Capitulo 10: Simplemente no puedes

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Damon se me queda mirando y decide ir hasta la puerta. Yo aprovecho para acomodarme el cabello, que debe estar alborotado. Localizo el espejo que se ubica en la pared de la sala y corro hacia el.

Mientras termino, escucho la puerta abrirse y me apresuró a sentarme en el sillón individual. Stefan asoma la cara por un lado, queriendo comprobar que estoy. O eso es lo que creo. Lo saludó y el parece suspirar de alivio y me sonríe. Habla un poco más con Damon y este asiente. Regresa adentro junto con Stef y me besa en la mejilla.

— Mamá necesita ayuda con algo y Stef ya ayudó. Es mi turno. Nos vemos, Freya.— se despide con una sonrisa y yo me quedo ahí, embelesada por él. Trato de no pensar en lo que estuvo de ocurrir en el otro sofá. Quizás sea mejor; no quiero que Stef sospeche algo porque me ruborice y empiece hacer preguntas indiscretas.

Miro a mi mejor amigo y alzó la cejas, en gesto de pregunta muda.

— Ya él te lo dijo, yo no mentí...

— No me refiero a eso Stef, —lo detengo. Quiero saber que ya venido a preguntarme.— me refiero a eso que te hizo golpear la puerta de mi casa con tanta urgencia.

Él se queda pensativo. Tanto, que termina levantándose de sofá y camina de un lado para otro, como si fuera un lobo enjaulado. Yo me paro y lo tomo del brazo. Él me mira.

— Freya, te miro y se lo que está pasando. No puedes hacer esto. Simplemente no puedes...— y deja la frase inconclusa. Agacha su cabeza y yo creo comprender.

— Si te refieres a mi convivencia con Damon, tu fuiste el que dijiste que el me acompañara a la caminata en el bosque la otra vez y...

— ¡Sí, lo sé! Lo sé... Pero no quiero que salgas lastimada, Freya. Es mi hermano y todo, pero tú eres una chica mucho menor que él. Es un hombre experimentado y...— el se sienta y coloca la cara sobre sus manos, tapándose el rostro en el acto. Me acerco y me siento a su lado. Él en verdad parece angustiado por mí.

— No soy una tonta, Stef. Se muy bien que debo cuidarme. No va a pasar nada que yo no quiera. ¿Está bien?— le digo, mirándolo a los ojos, ya que al final a levantado el rostro. Estoy tan concentrada en reanimarlo, que no veo venir lo siguiente. Ya es muy tarde para cuando reaccionó. Tengo los labios de mi mejor amigo sobre los míos. Aunque no quiero besarle de vuelta, le terminó correspondiendo el beso. Sus labios son tan suaves como deberían serlo. Nunca me imaginé besándolo, pero era algo dulce y lento. No como Damon, que era salvaje y todo ardor. Damon, recuerdo entonces al susodicho. Esto no puede seguir.

Separo a Stef de mí y lo miro. El tiene un brillo muy especial en los ojos. Un brillo que quizás ignoré a propósito hasta ahora y nunca quise ver.

— No Stef, no podemos.— y le devuelvo sus palabras.— Simplemente no puedes. Esto arruinaría nuestra...— y él no me deja terminar, porque se separa de mí en el acto. Comienza a gesticular a la vez que habla.

— ¿Es por él, verdad? ¿Por Damon? Está bien Freya. No trataré de disuadirte de tener algo con él. Pelearé de manera justa.— y al decir esto sonríe. Yo me siento triste. Nunca he visto a Stef de ese modo, aunque ciertamente lo amo como parte de mi familia. Oh claro, ya no es la "friendzone", ahora es la "familyzone", me reprende mi conciencia. Le enseño mentalmente el dedo.

— Stef no...

— No Freya, tú no.

Dicho todo, el se va sin decir nada más, dejándome con un sabor amargo por sus palabras.

Dicho todo, el se va sin decir nada más, dejándome con un sabor amargo por sus palabras

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Freya: "Entre Música Y Amoríos"© Fanfic Story✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora