Freya, es una chica dulce con una hermosa familia, hasta que esa fachada se derrumba.
Su vida tendrá muchos cambios, entre ellos un triángulo amoroso cuando el guapo hermano de su mejor amigo regrese al pueblo como profesor de artes escénicas.
Frey...
Estoy en el hospital, lo sé. Escucho el típico y errático sonido del holter. Comienzo a sentir que despierto. ¿Qué sucede conmigo? Quisiera saber porque me desmayé, ese golpe que me dio Meredith debió ser demasiado fuerte. ¿Acaso está loca?
Abro por fin los ojos y me siento terrible. Es como si un tren hubiera pasado sobre mí. Miro a mi alrededor y no hay nadie. La puerta se abre y veo a mis padres entrar. Mamá se agita en cuanto me ve despierta; se acerca rápidamente y me habla.
— ¿Estás bien cariño? ¿Cómo te sientes?— todo lo pregunta de manera frenética. No sé qué haría sin su amor. Lágrimas comienza a brotar de mis ojos, lo cual la hace asustarse. Me toca las manos con la suyas, acaricia mi rostro y cabeza a la vez que sigue hablándome, tratando de saber que me sucede.— ¡Oh, cariño! ¿Te duele algo?
En respuesta, yo solo niego con la cabeza. La verdad en estos momentos siento que las emociones me rebasan. Quizás se la medicina.
Papá se aclara la garganta, mamá y yo giramos la cabeza en su dirección. Él se acerca y posa sus manos sobre las mías.
— Nos preocupamos por ti, cariño. Nos haz dado un tremendo susto. Stefan nos llamó...— y en cuanto menciona a Stefan, ahí dejo de escuchar. Pensé que habría sido Damon que les avisara, pero bueno. Lo importante es que ellos están aquí.—... él está afuera junto con su hermano y Jeremy, quieren pasar a verte.
En estos momentos, no quiero ver a ninguno de los dos. Sólo quiero estar rodeada de mi familia, quiero sentirme protegida y amada. Por más que adore a mi mejor amigo... No puedo verlo ahorita. Y Damon, quien me sigue causando emociones que van desde la tristeza hasta la cólera... Yo había decidido estar con él o esperar... Sé que aún soy joven y eso le traería problemas. Esperaría a graduarme y ya estar en la universidad para así tener o tratar tener algo con él. Sé que no me es indiferente, uno no puede fingir tanto en una mirada y un beso; al menos, eso creo yo.
— Gracias papá, pero no quiero ver a ninguno de los hermanos Salvatore por ahora.— le sonrío.— dales las gracias, pero me siento muy cansada. No sé si sea cuestión del golpe o las medicinas que me hayan administrado.
Mis padres me miran un momento y luego lo hacen entre sí. Ambos asienten y dicen que me dejarán descansar. Antes de que mi mamá salga le pregunto en donde estoy y menciona al mencionar el nombre del hospital, me doy cuenta que es el mismo de Caroline. Vaya, vaya... Yo que pensaba venir a visitarla y me fuerzan a ser una paciente más.
Decido abandonarme a la inconsciencia, pensando en todos mis amigos y familiares. Stefan y Damon son los últimos en mis pensamientos al quedarme dormida.
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DAMON
Estoy que me lleva el diablo. Stefan y yo estamos en un punto de quiebre en nuestra relación como hermanos. Él está enamoradísimo de Freya y yo no pienso interferir en eso; me voy a hacer un lado, como el buen hermano mayor que debo ser. Aunque ella me atrae y causa ternura a unos niveles que nunca había sentido jamás, debo mantenerme apartado. Ella todavía necesita crecer, madurar... Yo no pienso robarle su juventud por un capricho de mío. Además, ella y Stef tienen su historia: son mejores amigos de la infancia, ambos han estado el uno para el otro, apoyándose. ¿Qué punto yo aquí? Ella solo está deslumbrada por una cara bonita, no me conoce realmente, no sabe nada de mí y mis demonios internos...
