Capitulo 10

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Mis tiernas caricias lo hicieron despertar despacio.

–¿No crees que es muy temprano para jugar?–Dijo sin abrir los ojos.

–No lo creo gatito.

–Bueno, entonces juguemos.– Dicho eso se giró y me abrazo firmemente para luego besarme.

Sin interrumpir acomode mis piernas a sus costados y él bajo una mano para ayudarme a comenzar el contacto, al sentirlo dentro de mi solté un leve suspiro y empece un lento vaivén con mi cadera. Hace tiempo que no teníamos un contacto tan delicado y placentero.

Luego de un rato de besos y caricias ininterrumpidas tuvimos que separarnos para tomar aire.

–¿Sabes qué es lo que más amo de nuestro matrimonio?.– Dijo mirándome fijamente con sus hermosos ojos verdes.

–¿Qué?–Respondí sonrojada

–A ti princesa.– Dicho eso volvió a besarme apasionadamente.

–También te amo mi gatito tonto.–

Rápidamente todo se volvió más intenso y mirándonos fijamente llegamos al punto máximo del placer, después de eso sólo me abrazo.

–Princesa yo... tengo que decirte,  bueno más bien quiero pedirte algo.

–Si cielo.– Dije mirándolo fijamente.

–Mmm no bueno, tal vez después.– Concluyó y volvió a abrazarme, después  me quede profundamente dormida.

–Vamos chicos ya es tarde queremos desayunar.– Se escucho la voz de Alya  reclamando al otro lado de la puerta.

–Si en un momento vamos.

Después de todo lo de la noche estábamos cansados así que decidimos bajar en pijamas al comedor.

–Bueno y hoy ¿Dónde iremos a desayunar?.– Preguntó Nino.

–Yo tengo otra idea ¿Qué les parece si en vez de salir nosotros preparamos el desayuno?.–Sugirió Adrien.

–Me parece bien, hoy hay que consentir a las chicas.

Luego de eso Alya y yo los observamos con atención sentadas a la barra mientras ellos cocinaban.
Después de unos minutos al fin pudimos desayunar, cuando terminamos salimos a observar con calma todos los detalles de la casa, al lado derecho de la sala estaba una piscina tachada y al izquierdo un jacuzzi, toda estaba rodeada de vegetación y en el segundo piso había una hermosa terraza con el techo transparente.

–Bueno yo creo que para empezar sería buena idea ver una película ¿Qué opinan?.

–Claro, es buena idea.

Inmediatamente Alya y yo nos pusimos a hacer palomitas mientras ellos elegían la película, una vez que todo estuvo listo nos acomodamos en los sillones frente a la pantalla gigante y Adrien piso un pequeño control remoto y persianas negras cubrieron los ventanales.
Durante la película todo fue silencio a excepción de unas cuantas risas pero fue un momento bastante relajante y divertido, cuando terminó Alya y yo nos quedamos a platicar en la sala mientras ellos iban a nadar un rato.

Después de una larga conversación sobre todos nuestros planes a futuro y mi incertidumbre por volver a la Universidad nos cambiamos y les hicimos compañía en la alberca.

En el agua el paso del tiempo fue muy rápido y cuando nos dimos cuenta ya habían pasado dos horas así que salimos, nos vestimos y está vez nosotras decidimos cocinar algo de pasta y una ensalada para comer.

Al terminar la comida ambas marcamos a nuestros padres para saber cómo estaban los gemelos y la pequeña Lina.

–Hola mis amores ¿Cómo están?.

–¡Mami! ¿Cómo estas? te extrañamos mucho ¿Y papá?.

–Aquí estoy mis pequeños ¿Cómo les va con sus abuelos?

–Bien Papi, el abuelo Tom nos esta enseñando a hacer macarrones. Sí y la abuela Sabine nos leyó un cuento muy divertido.

–Que bueno mis niños.

–Oye Mami ¿Cuándo regresan?.

–En dos días, tus tíos, tu mamá y yo estaremos con ustedes.

–¡Sii! que bien! , mami, papi ¿Podemos ver a Lina mañana–?Dijeron los gemelos emocionados, mientras nosotros veíamos  a nuestros amigos y ellos asentían con la cabeza.

–Claro peques, mañana le diré a su tía Nora que la lleve un rato a la panadería para que juegue con ustedes.

–¡Gracias tía Alya te queremos!.

–¡Hey! ¿Y que hay del tío Nino, a mi no me quieren?.

–Siii.

–Bueno mis gatitos portence bien con los abuelos ¿De acuerdo? y ya pronto nos veremos.

–Si mami adiós.

Luego de eso nos despedimos de mis padres y colgamos.

Ya por la tarde decidimos salir a caminar para admirar la naturaleza y distraernos un rato.

De nuevo en casa cenamos algo de fruta y Alya y Nino decidieron ir a su habitación mientras nosotros subimos a la terraza.

Ahí nos quedamos viendo el atardecer abrazados.

–Y dime amor ¿Qué es lo que quieres pedirme?.– Dije curiosa.

–No es nada princesa.– Respondió en mi oído.

–Adrien, te conozco y eso no es cierto habla.– Dije girando hacia él.

–Bueno esta bien, primero quiero que sepas que tienes mi apoyo incondicional para ahora y siempre y en todo lo que hagas... pero... Bueno... los gemelos ya tienen cuatro años... y yo... a mi me gustaría darles un hermano.

–¿¡Qué!?

–Quiero que tengamos otro hijo Marinette.

Magnetismo parisino [T2] [+15]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora