Cuando Draco abandonó la habitación, Hermione se quedó un rato más en el balcón. Necesitaba pensar. Sabía que con llorar nada lograría pero era imposible controlar las lágrimas, que jamás borraría los errores cometidos en el pasado y que, pasara lo que pasara, el sentimiento de profundo amor que llegó a sentir por Harry Potter, ya había quedo atrás, lo acababa de evidenciar.
Si en algún momento pensó que quedaban brasas de ese fuego, hoy solo comprobaba que ya no existía. El dolor causado por la decepción había sido tan grande que borró cualquier posibilidad de reavivar ese amor. Al verlo, probó que solo dolor le causaba su presencia. Harry, simplemente la había dejado a su suerte, olvidándose por completo de las promesas de amor y de un futuro juntos.
Y, a pesar del inmenso dolor que ella sintió, lo entendía. No era la forma correcta de actuar pero, al fin y al cabo, comprendía su actuar: ella no era nada en la vida de Harry... él era un hombre casado y con una esposa embarazada. No había por dónde perderse. Él solo había actuado de acuerdo a su convicción y esa era estar al lado de la mujer que le iba a dar un hijo. Ella era quien debía hacerse a un lado. Y lo había hecho. Yéndose lejos de todos para olvidar y que ellos la borraran de sus vidas.
El hecho de verlo nuevamente solo le provocó una enorme decepción al tener en frente al hombre que fue capaz de herirla de esa manera. Una herida que había provocado en su corazón una especie de valla impenetrable, la cual había mantenido alejada de cualquier relación amorosa. Negada al amor verdadero, dedicada única y exclusivamente al trabajo... A su pasión que era la moda, esa era la nueva Hermione, o como todos la conocían, la gran Herms Grennett.
Pero nada es eterno en esta vida... tenía que llegar ese memorable día de febrero en donde había vuelto a ver a otro hombre que, si no hubiese estado Harry antes que él, posiblemente su corazón estuviese teñido de gris plateado. Ese era Draco Malfoy: engreído, posesivo, humillante, pedante... pero tan endemoniadamente varonil y atractivo. Práctico en sus decisiones, directo en sus palabras y, como fuera, él jamás escondía su pasado y se mostraba tal y como era. Quien lo aceptara así, tendría su confianza y el que no, pues él se lo perdía. Así era Draco Malfoy y, si lo pensaba bien, así también era ella.
Reía para sus adentros y negaba con la cabeza, como si ese pequeño e involuntario movimiento borrara cualquier atisbo de realidad. No podía seguir fingiendo que no sentía nada por Draco, porque no era así. Nunca le fue indiferente, siempre lo vio como alguien inalcanzable y quizá por eso no fue capaz de buscar un acercamiento. Bueno, para qué negarlo a estas alturas, en medio de la guerra, las descalificaciones y el dolor vivido, poco y nada eran los momentos en que podrían haber cruzado palabras. Y cuando se daba, era única y exclusivamente para que él la hiriera y, a pesar de que se le pudiera calificar de cruel, esas palabras daban vueltas en su cabeza, logrando que él siempre estuviera presente en su diario vivir.
Y ahora... con el correr de los años, estaban tan ligados... un hijo los unía... un pequeño niño que vendría a dar un giro a sus vidas. Rió con cariño, mientras sus manos acariciaban la barriga. Se encaminó hacia la cama, debía reposar. Eran muchas las emociones para un solo día. Además a eso de las siete de la tarde tendría una visita. Eran las cinco, dormiría una hora y se levantaría a recibirlo. Lo bueno era que Draco había dicho que si llegaba antes Giovanni, éste sería atendido por alguien de la servidumbre. Total, solo le llevaría algunas pertenencias, por lo tanto no era primordial que ella lo recibiera. Ya más tarde se contactaría con él, cuando estuviera más descansada.
Se acomodó en la cama, con un cojín entre las piernas y con otro apoyó su panza en la posición de costado para evitar que ésta se fuera de golpe hacia la cama, además así evitaba que se le provocaran calambres o adormecimiento de alguna extremidad.
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Y todo por una noche
RandomUna noche de pasión significó un cambio radical en la vida de la afamada diseñadora de alta costura, Herms Grennett... para sus amigos, Hermione Granger... quien, alejada de la magia, había labrado su destino como una distinguida y aclamada diseña...