Ginevra Weasley llegó a la tienda de Sortilegios Weasley, luciendo su característica larga, lisa y bien cuidada cabellera color fuego, de la mano con su hija menor, Lily de cuatro años que era una réplica de ella a esa edad; con ojos vivaces, muy activa y capaz de defenderse a como diera lugar de sus dos hermanos mayores. Ginny se veía reflejada en Lily porque le recordaba a ella misma siendo la menor de los Weasley, un hogar en donde el poder masculino era mayoría. Pero ella, en base a esfuerzo y temple, había logrado imponer su personalidad, evitando a toda costa que sus hermanos la vieran como indefensa y que intentaran cuidarla como si fuese de cristal. Al contrario, ella era una mujer fuerte, inteligente, agradable y que a pesar de algunos sucesos en su matrimonio, éste había logrado vencer el tiempo y mantenerse indemne. Pero bien sabía que esa prolongación era fruto de su dedicación y por cierto, de callar ciertas cosas, ya que si de Harry dependiera, esa unión hacía rato se hubiese deshecho.
Aun así, no se quejaba de Harry, era un buen marido, a pesar de no ser apasionado ni expresarle abiertamente amor, era preocupado por ella y por sus hijos. Aunque siempre había sabido que algo ocultaba, que en su vida existía un episodio sin terminar. Sin embargo, para Ginny Weasley, ese pasado tenía nombre y apellido y que estaba a punto de regresar, se trataba de Hermione Granger, la exesposa de su hermano y, en un tiempo, también su mejor amiga y miembro del famoso trío dorado, el que fue fundamental al momento de defender al mundo mágico del mago desquiciado que intentó apoderarse de él.
En cuanto a Ron y Hermione, jamás se enteró de las razones verdaderas del rompimiento de su matrimonio. Él jamás desveló lo acontecido entre ambos, sin embargo, ella sabía que algo muy grave debió haber sucedido, al extremo de fracturar irremisiblemente la relación entre Harry y Ron. Nunca volvieron a ser los mismos. Cada vez que la familia se reunía y ella llegaba junto a Harry, Ron se excusaba y desaparecía. Harry, por su parte, también procuraba no coincidir con Ronald en otras actividades. Era indudable la separación y la lejanía, quizá la enemistad, que no expresaban a viva voz, pero para quienes los conocieron siendo amigos estaba claro que algo había sucedido entre ambos. Situación que ella no podía asegurar, puesto que jamás los vio pelearse, aunque de algo estaba segura: Hermione estaba de por medio.
Luego que se divorciara de su hermano, ella simplemente se fue. Solo una carta de agradecimiento había dejado a Molly y a Arthur por los años en que fue bien recibida en su hogar, luego de lo cual nunca más supo de ella.
A través de Ron estaba al corriente de que Hermione se encontraba bien, no sabía si entre ambos siguió algún tipo de comunicación, pero cada vez que ella le preguntaba a su hermano por noticias acerca de Hermione, él decía: —Sé que está bien y sé que es feliz—, pero no entregaba en detalles. Ron era tan distinto al joven que estudió en Hogwarts o que peleó en la guerra. Era retraído, introvertido e incluso podría asegurar que dentro de esa caparazón trabajólica que lo cubría, se escondía un ser totalmente triste y depresivo, tratando de ocultar un pasado amargo y que hoy regresaba de la mano de alguien que también juraban olvidado: Draco Malfoy.
Tomó a Lily en brazos para subir una escalera que guiaba hasta el despacho de su hermano. En la entrada se hallaba la fiel secretaria de Ron: una señora de edad avanzada sentada detrás de unos pergaminos revisando algunas cuentas.
—Señora Potter, ¡qué gusto verla! —saludó la mujer regalando una mirada de cariño a la niña.
—¡Abby! —exclamó Lily, bajándose de los brazos de su madre para ir a saludar a la secretaria. La mujer la recibió contenta besando su frente.
—Si quiere, llevo a la niña a la sección de juegos infantiles para que usted pueda entrevistarse tranquilamente con su hermano.
—¡Sí! —dijo Lily deseosa de ir a ese lugar lleno de sorpresas y los más diversos y deliciosos dulces
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Y todo por una noche
De TodoUna noche de pasión significó un cambio radical en la vida de la afamada diseñadora de alta costura, Herms Grennett... para sus amigos, Hermione Granger... quien, alejada de la magia, había labrado su destino como una distinguida y aclamada diseña...