Mientras Draco y Hermione se rendían abrazados al sueño, en otra habitación de la casa se encontraba Lucius Malfoy, también dormido. Él no compartía dormitorio con su esposa. Si bien ella lo amaba y no le reprochaba ninguno de sus actos del pasado, él había preferido separar cuartos porque no quería incomodarla durante las noches, ya que constantemente tenía malos sueños y despertaba. A veces leía hasta tarde, evitaba por sobre todas las cosas quedarse dormido, pero el sueño era inevitable... Más bien, la pesadilla era inevitable...
En ese mal sueño aparecía ella, su otra parte... Bellatrix (o lo que quedaba de esa mujer) estaba dentro de él y noche a noche lo torturaba con palabras, recuerdos... y las instrucciones... el plan... el odio...
—¡No! ¡Vete! ¡Déjame en paz! —pero el grito quedaba silenciado por la imponente voz de ella.
—Sabes que no, querido cuñado. ¿Creías que solo mi amo Voldemort podía dividir su alma para asegurarse un regreso? ¡No! Yo también lo he hecho y tú has sido mi refugio todo este tiempo.
—Pero, ¿para qué quieres al niño? ¡Es mi nieto!
—Ni siquiera deberías preguntarlo. Ya has hecho todo lo que te he pedido, ahora solo debes esperar. Tú mismo sabrás qué hacer cuando sea la hora. En tu mente actuaré yo.
Despertó con el corazón latiendo acelerado y completamente sudado. Allí estaba nuevamente esa voz chillona y desquiciada que le retumbaba en la cabeza. Sabía que el hechizo de esa bruja mal nacida tarde o temprano se haría efectivo. A su vez, reconocía que había hecho cosas que para él no tenían sentido alguno... y todo era por obedecer a esa voz interna que lo obligaba a actuar de una manera determinada sin dejar espacio a la reflexión. Obligar a Astoria a estar con Draco, con tal que este no buscara otra mujer, era una de ellas. Pero claro, su hijo no se la había hecho fácil, pues jamás puso en práctica la palabra «fidelidad», y cada vez que podía se arrancaba con otra mujer; también le había prohibido que tuviera un hijo de Draco, incluso recurriendo a amenazas de muerte; y, la tarea más absurda y difícil de concretar, había sido encontrar entre tantas mujeres, una mestiza o una sangre sucia para que Draco se enamorara.
Todo se inició estando aún recluido en Azkaban...
Una tarde se había enterado, a través del medimago que atendía a los reclusos, que todos los síntomas presentados por él: decaimiento generalizado, vómitos compulsivos, trastornos digestivos, dolor abdominal, cefalea, mareo, enrojecimiento de la piel y algunas pústulas en partes íntimas, se debían a un maleficio. Lucius recordó una noche en donde Voldemort había sido tajante en decir que la familia Malfoy debía apoyar ciegamente la causa, si no las consecuencias serían graves. Aquella vez estaba presente su cuñada quien juró que jamás permitiría un error que pusiera en riesgo los objetivos de su amo.
Cuando Draco no fue capaz de acabar con la vida de Dumbledore, Bellatrix Lestrange sentenció a Lucius diciéndole que ese agravio ella misma lo vengaría, tal como se lo había advertido.
Así las cosas, cuando restaban solo unas horas para la gran batalla de Hogwarts (Draco en ese momento se encontraba allí), y él en su casa, Bellatrix aprovechó la ocasión para utilizar la varita y amenazarlo de muerte. Si bien Lucius no vio ninguna luz salir de ésta, un calor enorme lo envolvió, el cual no le causó ningún dolor, por lo que pensó que la bruja se había de atentar contra él o bien el hechizo se le había truncado.
Desde ese día hasta que le dieron la noticia en Azkaban, aquel extraño episodio lo tuvo guardado, incluso casi olvidado, mas cuando el medimago le dio la lamentable noticia, todos esos recuerdos regresaron. El hombre le dijo que él tenía muchas dudas respecto de las consecuencias del maleficio o cómo iba a evolucionar en el tiempo, por lo que había llamado a una junta de medimagos para analizarlo en detalle, concluyendo, que estaba condenado a una muerte lenta y dolorosa. Su cuerpo se iría deteriorando de apoco, pero su corazón y cerebro se mantendrían intactos viendo como todo su ser se corrompía y desintegraba frente a él.
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Y todo por una noche
RandomUna noche de pasión significó un cambio radical en la vida de la afamada diseñadora de alta costura, Herms Grennett... para sus amigos, Hermione Granger... quien, alejada de la magia, había labrado su destino como una distinguida y aclamada diseña...