20. Final A

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Una vez leyó la frase: Hay un ultimo día para todas las cosas
Eso era mas que innegable, por que ese seria su ultimo día sola, su ultimo día sin Logan.

Había logrado contactarlo después de mucho tiempo gracias a Nancy y ese día Alex por fin tomaría un vuelo para encontrarse con el. Tardaría tres horas en llegar, tres horas que le parecieron eternas, pero cuando lo vio ahi, esperando por ella con una sonrisa se dio cuenta que cada hora, cada día y cada año que paso lejos el uno del otro había valido la pena, por que solo la habia ayudado a aclarar sus ideas, a convertirse en una Alex mas fuerte y segura de si misma.

Alex corrió a abrazarlo y el reencuentro pareció una escena de película, por que aunque nadie les prestara atención ella supo que era así como se sentía el amor verdadero, como un montón de martillazos en el pecho, como la debilidad en las piernas y como una ola de mar que te sacude al llegar a la orilla, rápidamente y con fuerza. Logan era aquel mar que la arrastraba y la llevaba a lugares diferentes, pero siempre volvía por ella, por que ninguno de los dos podía considerar un mundo sin la existencia del otro, tan necesaria y tan vital como el oxigeno mismo.

Logan le pidió matrimonio esa misma noche, no quería perderla por tercera ocasión, ya la había dejado ir dos veces y sabia que no soportaría alejarse de ella nuevamente. Alex aceptó, para su sorpresa y unos meses después todo lo que podía escucharse llevaba incluida la palabra boda.

La mamá de Logan estaba feliz con la noticia

-Ya lo sabia- admitió orgullosa cuando los vio llegar juntos tomados de la mano

-¿Desde cuando?- pregunto Logan incrédulo

-Desde que dejaste de llegar temprano a casa después de salir de las clases en la universidad- Alex se sorprendió un poco, ella encogió loa hombros y les sonrió ampliamente - te iba a invitar a comer cuando los vi caminar juntos por el campus, lo supe entonces y lo supe cuando volví a ver a Alex, supe que ella era quien te haría feliz el resto de tu vida- Alex se conmovió por las dulces palabras de la mamá de Logan.

-¿Que hiciste todo este tiempo?-

-Me dedique exclusivamente al trabajo- admitió ella -trabajaba hasta dieciséis horas diarias, convertí el proyecto en mi vida. Y cuando concluyo me sentí vacía, tuve la oportunidad de regresar y entonces me ofrecieron algo nuevo-

-Un año antes- suspiro Logan -no estaba aquí, no te habría visto-

-Eso ya no importa Logan- le acaricio la mejilla -lo importante es que estamos juntos- el volteo a verla, eran almas gemelas, o al menos eso le gustaba creer a él, por alguna razón seguían encontrándose una y otra vez

-Te amo Alex-

-Yo también te amo Logan-

Los ahora esposos se retiraron temprano de la celebración, tomarían un vuelo directo al destino donde pasarían su luna de miel. Hawái había sido la opción de ambos.

Cuando llegaron al hotel Alex busco inmediatamente la comodidad de la cama y se encontró con una bella sorpresa sobre el cobertor. Era demasiado cursi y aun así le encanto el detalle. Logan había mandado pedir que cubrieran la cama con pétalos de rosa, la habitación también estaba iluminada por una gran cantidad de velas rojas y la música de fondo era inigualable, por que eran las olas de mar quienes la producían. Alex sonrió mientras Logan la abrazaba por la espalda, sus manos avanzando lentamente por su cintura

-Me parece increíble que estés aquí a mi lado- le susurro, su agarre haciéndose mas fuerte -te amo Alex desde hace seis años y se que a pesar de todo lo mejor que me ha pasado en la vida fue tener mi casillero a un lado tuyo- ella se giro a verlo, sus ojos de ese azul profundo, sus labios rosas y delgados, su piel blanca y el cabello oscuro. Era bello, esa clase de belleza que te quita el aliento. Alex siempre se había preguntado como un hombre podía ser así, tan contrastante, principalmente cuando su voz grave le erizaba la piel, cuando su cuerpo a pesar de ser delgado tenia la firmeza necesaria en las zonas necesarias. Alex quería que sus hijos se pareciera a él, no le importaba en absoluto tener unas tres o cuatro replicas exactas de Logan corriendo por su casa. Si eran hombres, serian guapos como él l y si eran niñas seguramente parecerían unas princesas

-¿Que estas pensando?-

-¿Cuantos hijos quieres tener?- Logan arqueo una ceja

-Uno o dos- dijo el sin ponerle mucho cuidado a la respuesta -¿y tu?-

-Por lo menos tres-

-¿Tres?- Alex se rio de la preocupada expresión en el rostro de Logan

-Deberíamos de empezar de una vez- dijo ella con picardía

-No tengo ningún problema con eso- contesto el, acariciando su mejilla y besándola lentamente. El moreno empezó a desvestirla poco a poco, sin importar lo que hiciera Alex sentía como se le erizaba la piel, principalmente cuando su boca viajaba por los rincones mas sensibles de su cuerpo y eso que apenas la tocaba.

Logan le acaricio la espalda hasta llegar al cuello donde cuidadosamente desabrocho el hermoso collar de diamantes que su madre le había regalado a Alex por su boda. Ahi se detuvo un instante para besarle el cuello dejando pequeñas marcas en el.

Alex lo miro a los ojos

-Te amo- le susurro y el le beso la mano

-También te amo, no tienes idea de cuanto tiempo espere para que regresaras- Alex lo beso en los labios, enredando sus brazos alrededor del cuello de su ahora esposo

-¿Por que sigues usando ese perfume?-

-Por que me recuerda a ti, fuiste tu quien me lo regalaste ¿recuerdas?- ella asintió

-Me encanta como huele- el le sonrió acariciándole la mejilla

-Que bien, por que vas a tener que acostumbrarte a que nuestras sabanas huelan siempre así- le advirtió Logan

-Jamás me quejaría de eso- contesto la castaña.

Logan la tomo entre sus brazos y la recostó en la cama, la miro un segundo antes de que sus cuerpos desnudos se encontraran nuevamente, la única diferencia era que ahora estaba seguro que Alex no se iría nunca.

Después de un corazón roto (Lily Collins, Aaron Taylor Johnson, Logan Lerman)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora