Capítulo #48 - Ya lo sabía

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Wilmer había recibido una llamada misteriosa y salió de inmediato sin darle explicaciones a Demi. Varias horas después, cuando regresó a la casa tuvo que enfrentarla y decirle la verdad.

Demi: (seria) Por fin llegas, tardaste mucho. ¿Dónde estabas?

Wilmer: Se me atravesó una situación. (se frotó la frente con los dedos) 

Al ver la cara de preocupación de Wilmer, ella suavizó su actitud.

Demi: Pero... ¿todo está bien? ¿Te pasó algo?

Wilmer: No, estoy bien.

Demi: Y entonces, ¿por qué traes esa cara?

Wilmer: Amor, tengo que decirte algo.

Demi: Ay no... me estás asustando.

Wilmer: (tomándole las manos) No te asustes, ven, siéntate. (sentándose a su lado)

Demi: ¿Qué pasa Wilmer?

Wilmer: ¿Recuerdas la llamada que recibí hace unas horas?

Demi: Sí...

Wilmer: Era Ofelia...

Demi: (extrañada) ¿Ofelia? No conozco a ninguna Ofelia.

Wilmer: Es la madre de... (le costaba trabajo mencionar ese nombre en frente de Demi)... es la madre de Roxanne.

Demi: (levantándose un poco nerviosa) ¿Ah sí? Y... ¿Qué quería?

Wilmer: Amor... Yo sé que esto que te voy a decir quizás no te agrade mucho, pero necesito que seas lo más compresiva posible.

Demi: Habla ya, me tienes nerviosa.

Wilmer: Roxanne está muy enferma y está sola.

Demi: (apoyándose en el espaldar de una silla para no caerse) ¿Estás seguro de eso?

Wilmer: ¿De qué?

Demi: De que está enferma...

Wilmer: Sí, la vi... realmente está muriendo.

Demi se llevó una mano a la cabeza y la subió mirando hacia al techo para buscar el aire que comenzaba a faltarle.

Wilmer: (levantándose y acercándose a ella) ¿Qué tienes?

Demi: (con la respiración agitada) Nada. Es solo que no me esperaba esa noticia.

Wilmer: Sí, es muy fuerte. Lo peor es que ha estado sola durante todo el proceso.

Demi no aguantó más el cargo de conciencia y estalló en llanto.

Wilmer: (abrazándola) ¿Qué pasa mi amor? 

Demi: Perdóname, por favor.

Wilmer: (separándose un poco y tomándole el rostro) ¿Qué te perdone? Pero ¿Por qué?

Demi: (entre sollozos) Yo lo sabía Wilmer... lo supe varias semanas atrás y no te dije nada.

Wilmer: ¿QUÉ? ¿Qué dices?

Demi: (llorando) Lo siento... de verdad lo siento. Ella fue hasta mi oficina para pedirme ayuda, pero yo no le hice caso, pensé que solo quería estar cerca de ti.

Wilmer: (dándole la espalda) No puedo creer lo que estoy escuchando.

Demi: Sé que hice mal... perdóname por favor.

Wilmer: (mirándola a los ojos) ¿Te das cuenta de lo que hiciste?

Demi: Perdón. (bajó su mirada) 

Wilmer: (molesto) No pidas perdón. Demi, si Roxanne me buscó era porque no tenía a nadie más en Los Ángeles... estaba sola. 

Demi: Además, ella intentó matarte.

Wilmer: (molesto) Eso fue un accidente y quedó en el pasado. A pesar de lo que pasó, Roxanne siempre fue una buena persona y no merecía pasar por esto sola. No puedo creer hasta dónde pueden llegar tus celos.

Demi: Ya te dije que lo siento.

Wilmer: (gritándole) CON QUE LO SIENTAS NO VAS A REMEDIAR LO QUE HICISTE. (abriendo la puerta)

Demi: ¿A dónde vas?

Wilmer no dijo nada y salió de la habitación.

Demi: (gritando entre lágrimas) WILMER... (tirándose al piso y llevándose las manos al pecho) Dios mío, ¿qué he hecho? (llorando)

De repente el bebé comenzó a moverse demasiado, nunca lo había sentido así, estaba muy inquieto.

Demi: (acariciándose el vientre) Tranquilo mi amor, todo va a estar bien.

Se levantó del suelo, se metió a bañar para luego recostarse.

Las horas pasaban y Wilmer no regresaba. Demi no dejaba de mirar el reloj, el sueño y el cansancio la estaban venciendo. Se volteaba para un lado y luego para el otro hasta que por fin logró quedarse dormida. El sueño en el que cayó era tan profundo que ni cuenta se dio cuando Wilmer regresó.

A la mañana siguiente, cuando Demi abrió los ojos, Wilmer se estaba vistiendo.

Demi: (con la voz ronca) Amor... ¿A dónde vas tan temprano?

Wilmer: (serio) Al hospital, le prometí a Roxanne que la acompañaría en los últimos días que le quedan.

Demi: ¿Quieres que te acompañe?

Wilmer: No, prefiero ir solo. (muy frío)

Demi: Sigues molesto, ¿verdad?

Wilmer: No quiero hablar sobre el tema.

Demi: Está bien, como quieras. Me pregunto si ¿todavía quieres que te acompañe al evento de esta noche?

Wilmer: Es un evento familiar. Ni modo que llegue solo. Es obvio que tengo que ir con mi familia.

Demi: Está bien. ¿Regresas temprano?

Wilmer: No lo sé. Y trata de comenzar a prepararte temprano, no quiero llegar tarde al evento.

Demi: No te preocupes, no te haré esperar.

Wilmer salió de la habitación sin siquiera despedirse de ella.

Demi pasó la mañana en cama con náuseas y mareos. Marta tuvo que hacerse cargo de Julie pues Demi no se sentía en condiciones de andar tras ella por toda la casa. Cuando Wilmer regresó, la encontró donde mismo la dejó.

Wilmer: (serio) ¿No piensas bajar a comer?

Demi: No tengo hambre.

Wilmer: No es cuestión de que tengas hambre, tienes que comer.

Demi: No quiero Wilmer.

Wilmer: (levantando la voz) Quieras o no, tienes que comer.

Demi sentía deseos de llorar, pero su orgullo la hizo aguantarse. La forma en que Wilmer la estaba tratando le partía el alma, él no acostumbraba a tratarla de esa manera. Se levantó de la cama y sintió un fuerte mareo, le dio la espalda y apretó los ojos mientras se agarraba muy fuerte de la mesita de noche para no caerse.

Demi: Vete, ya voy a bajar.

Wilmer: No te tardes. (saliendo)

Una vez la dejó sola, cayó sentada en la cama y se llevó una mano a la cabeza. Realmente se sentía mal pero no quería dejárselo saber. Volvió a levantarse, se echó agua en el rostro y bajó al comedor antes de que Wilmer volviera a buscarla.

(Continúa en el próximo capítulo) 

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Nota de la autora: 

Ya hemos llegado a las 4mil vistas!!!! Muchas gracias por el apoyo!!! Pendientes al próximo capítulo que es la continuación de este!

Xoxo

Un amor para toda la vida 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora