Capítulo #47 - Julie conoce a Maia

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Luego de ir a comer helados, fueron a buscar a Julie para luego visitar a Marissa.

En casa de Marissa...

Marissa: ¡Qué bueno que vinieron a vernos! Estaba loca por ver a mi chiquita.

Demi: Tu chiquita anda media berrinchuda.

Juliette acababa de despertar y estaba un poco insoportable. Wilmer la tenía sentadita en su regazo y ella se aferraba a su pecho para que nadie la sacara de ahí.

Marissa: A ver, (tratando de hacerle cosquillas) ¿Qué le pasa a mi princesa?

Juliette: (empujando la mano de Marissa para que no la tocara) Déjame.

Marissa: Uy, qué carácter (rió) ¿A quién habrá salido?

Wilmer: Yo mejor no te respondo... (rió)

Demi: Sí, calladito te ves más bonito.

Marissa: Julie, ¿no quieres ver a mi bebé?

Juliette: (levantando su cabecita) ¿Bebé?

Marissa: Sí, ¿quieres que te lleve a conocerla?

Juliette: Siii

Marissa: Ven (dándole la mano) dile a mamá y a papá que vengan también.

Juliette: Ven (abriendo y cerrando su manita para que vinieran con ella)

Subieron hasta la habitación de Marissa, ella colocó a la bebé en el centro de la cama y los cuatro se sentaron a su alrededor.

Wilmer: (sonriendo) Es una princesita.

Juliette: Papá, ¿se llama?

Wilmer: Se llama Maia.

Demi miraba a Maia con ternura y no pudo evitar llenarse de emoción al recordar cuando su Julie estaba así de pequeña.

Marissa: (mirando a Demi) Anda, cárgala... se que te mueres por hacerlo. (sonriéndole)

Demi: (sonriendo) La verdad es que sí. (tomándola en sus brazos)

Juliette: (un poco celosa) A verla, mamá. ¿La toco?

Demi: Con cuidado, tócale la manita.

Marissa: Y ustedes, ¿Ya escogieron el nombre del bebé?

Wilmer: Todavía.

Juliette: Mamá, dame besho.

Marissa: Jum, por ahí hay alguien que está celosa.

Juliette: (poniéndose seria y gritando) ¡OH NO!

Wilmer: Nadie ha dicho que seas tú. (rió)

Demi: Wilmer, ¿quieres cargarla tú?

Wilmer: (sonriendo) ¡Claro! (extendiendo sus brazos para cargarla)

Juliette: Noooooo, tu no, papá... (mirando a la bebé) papá es mío (haciendo puchero y comenzando a llorar)

Demi: Ven mi amor, no llores. (abrazándola)

Juliette: (Llorando) Papá es mío.

Demi: Sí mi vida, papá es tuyo.

Wilmer: No te pongas así mi amor. Tu eres mi princesa (entregándole la bebé a Marissa) Ven (cargó a Julie y la sentó en su regazo) Eres la luz de mis ojos, bebé. (dándole un beso)

Juliette: (abrazándolo con fuerza) Ella no es pincesa.

Wilmer: (hablándole con ternura) Ella sí es una princesa, pero es la princesa de tu madrina. TÚ eres la nuestra.

Demi: Creo que es mejor que nos vayamos.

Marissa: Ay no, quédense a comer.

Demi: Es que Julie está muy berrinchuda y no quiero molestarte.

Marissa: Pero si ustedes no me molestan, al contrario, me hacen compañía.

Demi: Bueno está bien, pero yo te ayudo.

Marissa: ¡Vale!

Wilmer: Entonces vayan en lo que yo duermo a esta niña que lo único que tiene es sueño y por eso se comporta así.

Demi bajó con Marissa para "preparar" la comida, pero realmente lo único que hizo fue cortar los vegetales pues ella era un fracaso cocinando.

Marissa: Deberías aprender a cocinar.

Demi: (soltó una carcajada) ¿Para qué? Marta lo hace por mí. Tu sabes muy bien que la cocina no es lo mío.

Marissa: (rió) Lo sé.

Demi: (soltó un suspiro)

Marissa: ¿Pasa algo?

Demi: Estoy preocupada por Julie.

Marissa: ¿Por qué?

Demi: Ya viste su reacción cuando cargué a Maia, ¿y si rechaza a su hermanito?

Marissa: No es lo mismo Dem, ella lo verá todos los días, aprenderá a quererlo.

Demi: No sé cómo manejar eso, no quiero que se sienta desplazada. Ella está acostumbrada a ser el centro de atención en la casa.

Marissa: Me parece que te estás preocupando demasiado. Deja que llegue el momento e irás aprendiendo a manejarlo.

Demi: Sí, supongo que tienes razón

Las preocupaciones parece que perseguían a Demetria, ahora no solo le preocupaba la salud y el comportamiento raro de Wilmer, sino que también le preocupaba el giro que daría su vida siendo madre de dos. Su cabeza se llenaba de dudas y se preguntaba si sería capaz de dividir el tiempo entre sus dos hijos, Wilmer y el trabajo. No quería volver a pasar por lo mismo. Pero Marissa tenía razón, se estaba preocupando demasiado, solo le quedaba disfrutar de su embarazo e ir preparando a Julie para la llegada del bebé. 

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Nota de la autora: 

Me gustaría saber cómo imaginan ustedes a Juliette. Déjenme la descripción en los comentarios! Gracias por leer!! 

XOXO

Un amor para toda la vida 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora