Capítulo #33 - Julie regresa a casa

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Después de pasar una semana en el hospital, Juliette ya estaba de vuelta en casa con sus padres. Se veía muy feliz, cualquiera que la veía jamás sospecharía que la habían operado del corazón, era la misma niña traviesa, risueña, espontánea y berrinchuda de siempre.

Para Demi y Wilmer, esa fue la peor semana de sus vidas. Permanecieron en el hospital día y noche y terminaron totalmente agotados, especialmente Demi ya que su estado de anemia duplicaba su agotamiento. Cuando dieron de alta a Julie, Dianna se ofreció a cuidarla para que sus padres pudieran descansar.

Acabando de llegar ....

Dianna: Vayan a descansar, yo me encargo de Juliette

Demi: ¿Estás segura? Mira que el médico dijo...

Dianna: (interrumpiéndola) Ya se perfectamente todo lo que dijo el médico, y créeme que voy a seguir sus indicaciones al pie de la letra... usted váyase a descansar (guiándola hacia la escalera)

Wilmer: Sí Demi, tu mamá tiene razón, necesitas descansar.

Demi comenzó a subir las escaleras y no pudo llegar ni a la mitad. Bajó la cabeza, se agarró fuerte del barandal y cerró los ojos.

Wilmer: (desde abajo) ¿Estás bien?

Demi: No

Wilmer corrió hacia ella y la agarró por la cintura.

Wilmer: ¿Qué tienes?

Demi: Me siento muy mal, no sé qué me pasa

Wilmer: Tranquila... ven, pon tus brazos alrededor de mi cuello.

La tomó entre sus brazos, la llevó a su habitación y la acostó en la cama.

Wilmer: (acariciándole el cabello) Estás muy pálida mi amor, esta semana sin dormir no te hizo bien.

Demi: (agarrándole una mano) No te hagas el más fuerte que tú tampoco descansaste.

Wilmer: Pues no cariño, pero tú sabes que el doctor dijo que tenías que cuidarte, descansar bien y alimentarte bien... eso fue lo menos que hiciste durante esta semana.

Demi: Ya no te preocupes... ahora descanso un poco y se me pasa.

Wilmer: Nada de descansar un poco.... Te vas a quedar todo el día en la cama.

Demi: Pero Wilmer...

Wilmer: Pero nada... voy a buscar tus vitaminas y algo para que comas antes de dormirte.

Demi: (rodando los ojos) Está bien, PAPÁ (recalcando esa última palabra)

Bajó a buscarle algo de comer y como sabía que ella era muy necia y no iba a permanecer mucho tiempo en la cama, le puso un somnífero en el jugo.

Cuando Demi terminó de comer, Wilmer se acostó a su lado y la abrazó hasta que se quedó dormida. Minutos después, el cansancio lo venció y también se quedó dormido.

Mientras tanto, Dianna seguía a cargo de la terrible pero adorable princesita de la casa.

Dianna: Julie mi amor, deja de brincar, te vas a fatigar.

Juliette: binca abu, ven binca

Dianna: (riendo) Mi niña, abu no puede brincar y se supone que tú tampoco, así que ven, vamos a jugar con tu muñeca.

Juliette: ¿Y papá?

Dianna: Papá está durmiendo con mamá... siéntate en la cama que te vas a caer.

Juliette: ¡Oh no!

Dianna: Oh sí... y si te caes, tenemos que llevarte al hospital otra vez.

Dianna trató de mantener a Julie quieta, pero ella era una niña imparable, no podía estar tranquila ni un momento. Cuando por fin se cansó de brincar en la cama, le dio un baño y la acostó a dormir.

Demi durmió todo el día y cuando Wilmer despertó, se quedó en la cama viéndola dormir. Estaba preocupado por su salud, pues aunque ella estuvo tomando las vitaminas, se veía cada vez más agotada.

Demi: (abriendo los ojos) Wilmer

Wilmer: (sonriéndole) ¡Hola hermosa!

Demi: (con la voz ronca) ¿Qué hora es?

Wilmer: Ya casi va a oscurecer.

Demi: ¿Qué? ¿Dormí todo el día?

Wilmer: (sonriéndole) Sí... ¿cómo te sientes?

Demi: (estirándose) Mejor, pero tengo hambre

Wilmer: ¡Qué bueno! ¡Eso quiere decir que las vitaminas están haciendo efecto!

Demi: ¿Ya cenaste?

Wilmer: No, estaba esperando por ti (sonriéndole)

Demi: (levantándose) Pues vamos a bajar

Wilmer: Nada de eso... tú te quedas acostada y yo traigo la cena.

Demi: Carajo Wilmer, se me van a adormecer las piernas si sigo acostada.

Wilmer: No te preocupes, yo te doy un masaje cuando suba (guiñándole un ojo)

Wilmer bajó, buscó la cena para ambos y se encargó de que ella dejara su plato completamente limpio. Luego de cenar, Wilmer tomó los pies de Demi y los puso en su regazo para comenzar a darle un masaje.

Demi: (riendo) Ay bebé, me haces cosquillas.

Wilmer: Bueno, entonces te lo doy en las piernas.

Demi tenía un camisón puesto, lo que dejaba sus piernas totalmente descubiertas. Wilmer subió su mano hasta sus piernas y con movimientos muy suaves comenzó a masajearlas de arriba hacia abajo. Los movimientos eran tan lentos que poco a poco fue subiendo y cuando Demi se vino a dar cuenta, ya sentía sus manos sobre sus muslos.

Demi: WILMER (protestó)

Wilmer: ¿Qué?

Demi: ¿No te parece que ya has subido demasiado?

Wilmer: ¿Y?

Demi: (sonriendo) Desde que regresamos de Hawaii no hemos parado, parecemos conejitos

Wilmer: Ni tanto, esta última semana estuvimos en el hospital y no hicimos nada de nada.

Demi: ¿Me extrañas?

Wilmer: Mucho (besando su cuello)

Demi: (tomándole el rostro) No quiero rechazarte mi amor, yo también te deseo y deseo estar entre tus brazos, pero no me siento bien.

Wilmer: (besando su frente) No te preocupes mi reina, yo entiendo. Pero prométeme que mañana irás al médico.

Demi: ¿Para qué?

Wilmer: Para que te haga más exámenes Demi, mira cómo estás.

Demi: (rodando los ojos) Ya, ya, está bien.

Wilmer: Y recuerda que también tienes la cita con Clarisse pendiente. No puedes seguir posponiéndola.

Demi: (seria y levantando la voz) Carajo Wilmer, ya, ¿sí?

Wilmer: (poniéndose serio también) Solo me preocupo por ti Demetria, quiero que estés bien, tanto física como mentalmente.

Demi: (respirando profundo) Sí, tienes razón, lo siento, perdón por hablarte así

Wilmer: (Respirando profundo) Ya, está bien

Le dio un beso en la frente y se acurrucó con ella a ver varios episodios de su serie favorita hasta que ambos fueron vencidos por el sueño. 

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Nota de la autora:

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Gracias por leer!! 

xoxo

Un amor para toda la vida 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora