Capítulo #43 - Antojos de media noche

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Wilmer estaba quedándose dormido mientras Demi revisaba su celular, sentada en la cama.

Demi: (moviéndolo) Wilmer...

Wilmer: ¿hmmm?

Demi: (moviéndolo otra vez) Mi amor...

Wilmer: ¿hmm?

Demi: (levantando la voz) ¡WILMER!

Wilmer: (levantándose desorientado) ¿Qué, qué pasó?

Demi: Carajo, hazme caso

Wilmer: Mi amor, me estaba quedando dormido

Demi: Pero es que tu bebé tiene hambre

Wilmer: ¿Cómo? Si acabamos de cenar

Demi: (hablando como bebé) Pues sí, pero tiene ganitas de comer algo dulce

Wilmer: A ver, ¿de qué será el antojo de esta noche?

Demi: Mmm, quiero fresas

Wilmer: Bueno, ya vengo (dándole un beso en la frente)

Wilmer bajó a la cocina, escogió varias fresas, las cortó en trozos y las colocó en un envase para luego llevárselas a Demi.

Wilmer: Toma mi amor, (entregándole el envase con las fresas) ahora sí, buenas noches (metiéndose entre las sábanas)

Demi: ¡Gracias mi cielo!

Demi comenzó a comer las fresas con una mano mientras con la otra seguía viendo sus redes sociales. Siguió corriendo su dedo por el celular y entre medio de las publicaciones apareció un anuncio de galletas. Se mordió un labio, miró a Wilmer que ya estaba dormido y lo pensó un poco antes de despertarlo, pero realmente se le antojaron así que no le importó despertarlo.

Demi: Wilmer, bebé

Wilmer: ¿hmmm?

Demi: Quiero galletas de chocolate

Wilmer: (medio dormido) Demi, ¿es en serio?

Demi: Sí, anda, compláceme

Wilmer: (gruñendo y rodando los ojos) Está bien...

Con toda la paciencia del mundo, Wilmer volvió a bajar y buscó lo que su mujer le había pedido para complacer sus antojos. Pero una hora más tarde....

Demi: (susurrándole al oído) Wilmer...

Wilmer: ¿hmm?

Demi: Mi amor...

Wilmer: ¿Qué pasa Demi?

Demi: ¿Qué crees?

Wilmer: Ay no... ¿no me digas que otro antojo?

Demi: Siiiii

Wilmer: Mi amor, ¿no puedes esperar hasta que amanezca?

Demi: Pero es que no soy yo, es el bebé

Wilmer: Demi, tengo mucho sueño

Demi: (haciéndose la mártir) Está bien, duérmete tranquilo y deja que tu hijo se muera de hambre

Wilmer: Ash, está bien, dime... ¿qué quieres?

Demi: (haciéndose la mártir y cruzándose de brazos) No, ya déjalo, no me traigas nada... no quiero que te sientas obligado.

Wilmer: Mi amor, no te pongas en ese plan, en serio, dime lo que quieres y yo te lo traigo.

Demi: No me traigas nada, yo misma iré a buscarlo (levantándose)

Wilmer: Hey, (halándola del brazo) ¿a dónde vas?

Demi: A complacer a mi bebé, ya que su padre no quiere complacerlo.

Wilmer: Mi vida, ven... acuéstate, dándole un beso en los labios

Demi: (con lágrimas en los ojos y hablando como bebé) Es que tú no me entiendes, no sabes lo difícil que es cargar a un bebé durante 9 meses y que a cada rato te haga comer

Wilmer: (abrazándola) Ya mi amor, tienes razón, quizás no logre entenderte mucho pero créeme que hago el intento... (dándole un piquito) ¿me perdonas?

Demi: Sí

Wilmer: Ahora sí, dime... ¿qué quiere comer mi bebé? (con ternura)

Demi: Tarta de coco

Wilmer: Mi amor, aquí no hay tarta de coco

Demi: Pero yo quiero eso

Wilmer: ¿Y dónde voy a conseguir tarta de coco a esta hora?

Demi: A 15 minutos de aquí hay una tienda que está abierta 24 horas

Wilmer: ¿En serio me vas a hacer salir?

Demi: (fulminándolo con la mirada) A menos que prefieras que la madre de tus hijos se exponga, saliendo sola a estas horas de la noche porque su marido no tiene ganas de salir (haciéndose la mártir)

Wilmer: (respirando profundo) Ok, ok, ok... voy a ir

Se vistió, buscó dinero y salió rumbo a la tienda más cercana. Al llegar, buscó y buscó pero no encontró tarta de coco. Se llevó las manos a la cabeza porque no podía regresar sin esa tarta, de lo contrario, se buscaría un problema con Demi. Preguntó a cuántos minutos quedaba la próxima tienda que estuviese abierta y condujo hasta ella unos 20 minutos. Para su suerte, ahí si tenían tarta de coco, así que tomó 2 por si acaso, pagó y regresó a la casa 35 minutos después.

Cuando subió y entró a la habitación, Demi se había quedado dormida, apretó un puño en señal de coraje, pero volvió a mirarla, respiró profundo y negó con la cabeza. La verdad es que no podría enojarse con ella, se veía tan tierna dormida que en un momento olvidó todo lo que tuvo que hacer para complacerla.

Finalmente, se acostó a su lado, la abrazó y le dio un tierno beso en la frente. 

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Nota de la autora: 

Capítulo corto pero subiré otro en unos minutos para compensar. Gracias por leerme!!

PD. Este capítulo parece exagerado pero fue basado en mi, los que han tenido la oportunidad de conocerme, saben que siempre tengo antojos y a veces tengo que salir de casa para complacerme....... y no, no estoy embarazada. 😂

XOXO

Un amor para toda la vida 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora