Capítulo 2

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Le dejo un papel al enfermero diciendo: gracias por el chocolate, me tuve que ir.

Supongo que eso le ayudara a explicar cómo perdió a la chica que tenía que cuidar. Espero sinceramente que no se meta en ningún problema.

Sigo al músico por cerca de dos cuadras cuando él decide que es momento de detenerse.

-     Supongo que desde aquí está bien

-     ¿bien para qué?

-     Para llamar al taxi

-     Habían taxis en la calle que dejamos atrás

-     No el taxi que buscamos

El chico me muestra una moneda de oro que hace girar entre sus dedos y luego lanza a la acera

-     ¿tienes una moneda de oro y recibiste mi propina?

-     Eso es … tienes razón, está muy mal de mi parte

Lo siguiente es un poco difícil de describir pero de la nada aparece un taxi, es el típico taxi de NY que ves en las películas pero esta viejo, la puerta cuelga floja de un lado y en vez de un conductor son tres señoras bastante insalubres.

-     Espero que tengan dragmas, ustedes semidioses están acostumbrados a embaucarnos, muestra el dinero – El chico del violín les muestra una bolsita llena de oro – hasta cambiamos el auto hace unos meses, nos hace parecer más a la moda ¿no creen?

-     Seguro que sí, pueden apostar

-     Esto es mucho – digo mientras el chico me empuja para que entre a ese carro de la muerte

-     Es muy seguro, no tienes nada que temer – me adentro al auto flotante de humo taxi y veo como el taxímetro va corriendo. El muchacho sube después.

-     Al campamento mestizo – les dice a las señoras, luego me habla a mí – ellas son Ira, avispa y tempestad. Quizás deberías saber que solo tienen un ojo que comparten entre las tres. Solo para que no entres en pánico

Las mujeres parecían llevarse bien con el chico porque las tres se voltearon y me sonrieron dándome la bienvenida, les devolví mi mejor sonrisa considerando que tenía ganas de llorar por mi madre y de vomitar al ver las cuencas de cinco ojos vacías.

-     Un gusto

-     Es una agradable muchacha la que encontraste. Lamentamos lo de tu madre Athina

-     ¿Cómo saben mi nombre y lo de mi madre?

-     Lo sabemos todo, o muchas cosas – dice la que supongo es tempestad

-     Tu nombre es muy lindo – dice el chico – mi nombre es Patrick, por si te lo preguntas

-     No me lo preguntaba – digo mientras miro hacia afuera como las ventanas son solo una mancha verde, las mujeres ríen

-     Hemos llegado jóvenes, por lo de su madre ella viaja gratis, pero solo esta vez.

-     Gracias señoras – dice Patrick mientras me ayuda a bajar, apenas mi cuerpo deja de tener contacto con el auto este desaparece en la nada nuevamente.

Caminamos en silencio unos metros y estamos a la entrada de lo que realmente parece un campamento, hay un pino justo en la cumbre del cerro, es un pino realmente gigante y hay, ¡oh dios mío! Es un dragón.

Hola a todos, espero que comiencen a disfrutar de esta nueva historia, me ha costado mucho escribirla (no es que sea lo mejor) es más que nada por el poco tiempo que dispongo para ella, entre mi practica de hospital, los ramos y examenes que tengo que pasar. Espero que la disfruten y contarles que en unos capitulos más habra una sorpresa para aquellas/os que leyeron "Diana semidiosa del sol", espero que les agrade, gracias por leer. 

Semidiosas de la eternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora