Como debemos recorrer todo el país para llegar al lugar de nuestra muerte la gente se sorprende cuando solo nos vamos caminando, ¿Quién correría a su muerte?
La hija de Tyche resulta llamarse Adriana y tenía un novio de la cabaña de ares que casi hizo volar el campamento al enterarse.
Llevo el escudo que me regalo Patrick como lo usaba mi madre, en un collar fino colgando de mi cuello.
- ¿Qué hacemos primero? – pregunta Adriana
- Creo que conseguir un auto es una buena idea, probemos como trabajamos en equipo – supongo que es bueno probar si existe química entre nosotras
- ¿Qué auto queremos conseguir? – dice Alinka
- Creo que llegar a nueva york es elemental
- ¿taxi? - sugiero
- ¿Vamos a robar este? – dice la chica de Tyche que es bastante despistada
- No, a ellas les pagaremos para que nos lleven a la ciudad, a ellas no le engañan – dice Alinka seca como al parecer es ella
Supongo que nos vemos como un conjunto de chicas peligrosas, seguimos bajando la colina. Adriana a pesar de ser despistada parece ser bastante peligrosa, tiene el cabello castaño revuelto en risos completamente desarmados y esponjosos que lleva hacia atrás con un cintillo, sus ojos son azules tremendamente profundos, es alta como Alinka y yo y por lo que sé esta armada hasta en los dientes, literalmente. Alinka por otra parte es una chica ruda que sabe cómo verse bien, tiene el cabello rubio, largo que parece no haber sido peinado luego de la ducha pero que de alguna forma se ve genial, su piel blanca no tiene imperfecciones y es prácticamente como la leche. Yo por otra parte soy alta, de la misma estatura que las tres, mi cabello originalmente era negro, pero luego de la muerte de mi madre no quería verme de la misma forma y lo teñí color ciruela. Llevo una daga en mi cinturón, una chaqueta de cuero negro y unas zapatillas, entre otras armas por ahí.
- ¿Quién hará los honores?
- Yo lo hago – digo mientras lanzo la moneda al aire y la veo caer hasta que desaparece en el aire, pasan unos segundos y el auto al que me subí cuatro años atrás para venir a este lugar sigue igual de roñoso.
- Semidiosas, por los dioses, y sin ningún muchacho fuerte que las proteja
- Ustedes saben todo, saben que no los necesitamos – responde Alinka en una voz que yo no podría decir si estaba divertida o enojada por el comentario, Adriana le sigue y yo me subo al ultimo
- ¿Dónde van las valientes semidiosas? – pregunta avispa, que hoy tiene el ojo
- A la ciudad – digo mientras veo el taxímetro correr como la primera vez.
- Buen destino para comenzar el camino hacia la inmortalidad – dice ira
- No son para nosotras, solo vamos a pagar nuestra deuda – responde Adriana mientras se convence de que son las palabras correctas
- Quizás si de pagar deudas se trata, ¿no es la nieve siempre el mejor precio tempestad?
- ¿la nieve? Oh, sí, claro la nieve – dice tempestad mientras hace un quiño con la cuenca vacía del ojo derecho. – si yo tuviera que pagar una deuda seria con nieve - Adriana y Alinka no toman en consideración las palabras, pero yo me las grabo tan bien como lo hice con la profecía.
Nos quedamos en la ciudad unos días, solo posponiendo nuestra inevitable muerte, pero cuando comienza una tormenta para la gente de nueva york solo es algo que se les paso a los meteorólogos, pero para nosotros es la señal de que debemos seguir nuestro camino o algo malo nos va a pasar, cuando dejamos la habitación esta es derribada por un rayo que aparece de la nada.
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Semidiosas de la eternidad
FanficSoy Athina y este es el relato de mi camino a la muerte, el comienzo, las despedidas, los engaños, chantajes y por sobre todo el precio que hay que pagar cuando uno traiciona y es traicionado. Las profecías no son algo con lo que debas jugar. El de...