La primera historia: Therion, El Ladrón (I)

245 18 6
                                    

El reino de Orsterra era un reino mágico de la edad medieval. En el, vivían tanto humanos como todas las criaturas mágicas que os podáis imaginar. Pero hay ocho personas que sus destinos quedaron entrelazados para siempre, ocho personas con unos trabajos que les conducirán hacia una aventura que jamás habrían imaginado. Un destino con que jamás habrían podido ni soñar. Se tuvieron que ayudar los unos a los otros para cumplir con su cometido, "pues la noche es oscura y alberga horrores".

Comenzaremos la historia en el pequeño pueblo de Rocaudaz. Era un pueblo tranquilo, en la cima de unas montañas, en el centro del desierto. A simple vista, nadie diría que en ese lugar hubiera nadie especial: solo gente normal y mercaderes errantes, como en todos los pueblos.

Pero se equivocaban.

Ahí vivía un chico. Se llamaba Therion, y era un ladrón. Aunque su pasado era un secreto bien guardado, sus hazañas se conocían en todo el mundo. La sola mención de sus extravagantes robos infundía temor al corazón de los pudientes.

Tenía el pelo blanco como la nieve que le tapa la mitad de la cara, y vestía harapos que había ido robando al largo de su vida: una bufanda violeta que rozaba el negro y le tapaba la mitad de la cara, un poncho de color violeta, debajo de este una camiseta negra con pantalones del mismo color y zapatos de piel, todo preparado para poder pasar desapercibido a plena luz del día y ser rápido y silencioso. Nadie nunca le había visto la cara, ni sabían su nombre, pero le temían.

Su historia empieza en la taberna de Rocaudaz. Therion era un conocido del tabernero, y pidió lo mismo de siempre. El camarero le sirvió lo que había pedido.

- Como a ti te gusta. - añadió.

Mientras Therion bebía, oyó una conversación entre dos ladrones que estaban sentados en una mesa cerca de el.

- Ese ladrón ha vuelto a las andadas. - dijo el primero.

- ¿Que ha hecho esta vez? - preguntó el segundo. Therion sabía que estaban hablando de el.

- Ha dejado seco a un mercader nada más salir del orfebre. No le llegaría con dejar seca aquella mansión del otro día. Con la de guardias que había, aún no entiendo cómo lo hizo. Cuanto más tenga, mejor para él.

- No eran guardias reales, sino elementos decorativos. - pensó Therion, riendo bajo la nariz.

- En fin. - continuó el segundo -. ¡No tiene sentido asombrarnos por el trabajo de otro! Algún día, seremos unos ladrones igual de grandes. ¡Todo el mundo hablará de nosotros!

- ¡Eso! ¡Bien dicho, compañero! - y brindaron por ellos entre ruidosas carcajadas.

Therion cerró los ojos. Esas palabras le trajeron recuerdos a la mente.

- Compañeros de fechorías, ¿he? - pensó.

***

Hace ya diez años...

Nuestros caminos se cruzaron en una prisión especialmente sucia.

Recuerdo bien aquel encuentro...

Después de todo, fue de vital importancia en mi "carrera".

Therion, ya de pequeño, comenzó su "carrera" como ladrón. Hacía pequeños robos: manzanas, puestos ambulantes, borrachos que estaban durmiendo la mona...

Pero en uno de esos intentos, le atraparon, y lo condujeron a la prisión ya mencionada.

- ¡Adentro! - gritó el guardia, una vez ya había abierto la puerta de la celda.

Octopath Traveler: Una Aventura, Ocho Historias [PAUSADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora