NARANJA II

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Suspiro cuando las puertas del ascensor se abren sintiendo el peso del carro que empujo lleno de sabanas usadas. Odio tener que hacer este tipo de trabajos, prefiero quedarme en la cocina al lado de mi padre, ayudandole y hablando con él pero uno de los chicos que entraron encontró a su destino y él se encargaba de este trabajo.

Voy tirando de las sabanas para sacarlas del carro e ir introduciendolas en la gran lavadora cuando escucho la puerta de abrirse y veo un rostro bastante conocido que me sonríe. Yo siento como la cara me arde y tengo que desvíar la mirada para seguir haciendo mi trabajo pero una de las sabanas está demasiado enredada y cuando tiro con más fuerza para sacarla se me resbala de las manos y caigo hacia atrás.

Por suerte no llego a dar contra el suelo ya que unas manos y brazos fuertes y musculosos me sostienen evitandolo.

-¿Estas bien?

-Si...-Digo incorporandome rapidamente. ¿Por qué tengo que parecer tan torpe delante de él? Pero en cuanto sonríe toda molestia desaparece.

Kariya Jin. Desde que entró en el hotel puedo sentir como me mira y como mi cuerpo parece reaccionar ante esa mirada. Es como si la conociera o se me hiciera familiar. Esa fuerza, ese brillo pero hay algo que no termina de conectar con mis recuerdos.

-¿Necesitas ayuda?-Me pregunta y siento como una de sus manos acaricia la mia haciendo que mi cuerpo se sienta extraño. Incomodo. Pero ¿por qué? Cuando la retiro él me mira extrañado y alza una ceja.-¿Te ocurre algo?

-No, solo me sorprendi.

-Eres tan inocente...-susurra acercandose más a mi.-No te pareces a ningun otro chico del hotel.

Instintivamente retrocedo pero mi cuerpo queda atrapado entre el suyo y el carro de la lavandería. Sus ojos han cambiado, ahora parecen ser los de una fiera que acaba de encontrar a su presa y siento que no quiero estar aquí, con él.

-¿Estas nervioso? No tienes porqué.-Sus manos me acarician la cara pero cuando se acerca para besarme giro el rostro evitandolo.- Si te portas bien conmigo, yo me portaré bien contigo... Byakuya chan...

Un grito escapa de mi garganta a la vez que me incorporo viendo como algo de claridad comienza a entrar por la ventana. Dios. Me llevo la mano a la cabeza y siento como aun me tiembla. ¿Por qué he tenido que soñar con él?¿Por qué ahora? Ya casi lo había olvidado pero, desde que Renji apareció, es como si todo mi cuerpo tirara en diferentes direcciones y siento que me volveré loco si sigo así.

Me levanto y observo mi cuerpo, totalmente desnudo a la luz del amanecer. El pelo me cae sobre los hombros y espalda. Me ha crecido mucho desde la ultima vez que estuve despierto. Estoy sudando por culpa de la pesadilla y no puedo evitar arrugar el entrecejo cuando veo la cicatriz que recorre una de mis caderas.

-Maldito.

Me abrazo a mi mismo intentando alejar la sensación que ha quedado en mi cuerpo tras ese sueño. Ha sido tan real que casi creí volver a estar allí, con aquel hombre. Camino hacia la ducha y me meto bajo ella sintiendo como el agua fría contrae todos mis musculos pero tambien siento como arrastra cualquier sensación que quedara de sus caricias, de mi pesadilla.

***Ichigo***

Camino por el pasillo hacia la habitación de Renji cuando veo salir de otra habitación a un pedazo de tiarrón moreno y musculado al máximo. Cuando se gira y me ve, sonríe de manera autosuficiente y se echa parte del cabello hacia atrás. Yo intento que no se me note la impresión que me ha causado pero él viene directo hacia mi y se para justo delante mio.

-Tu debes de ser Ichigo.-Dice estirando su mano y sonriendo de manera totalmente seductora- Soy Kugo Ginjo pero puedes decirme Ginjo.

-Si ¿como lo sabes?

Caprichos del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora