NARANJA V

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Poso mi mano en el pomo de la puerta que tengo delante deteniendome unos minutos antes de abrirla. Creía que jamás volvería a entrar aquí pero mi desesperación es tal que no se me ocurre nada más para solucionar el problema que tengo entre manos.

La oscuridad es absoluta hasta que pulso el boton que hace que la persiana se eleve, aunque no la elevo del todo. El aire es calido, humedo y un poco viciado. Se nota que lleva mucho cerrada y más debería haber estado.

Me giro y observo el cuerpo que descansa sobre la cama. Hace años que descansa sin despertar y así debería haber seguido. Cuando todo sucedió no tuve valor para borrarlo tal como él mismo me pidió, así que simplemente lo puse a dormir para siempre.

Su rostro se ve relajado y puedo apreciar como ha crecido su cabello. Dios, verlo dormir tan placidamente, con esa cara de total relajación me tienta a volver a cerrarlo todo y olvidarme de que existe, tal como me había prometido pero, una vez más, mi egoismo no parece tener fronteras.

-Mmmm.-Protesta ligeramente mientras comienza a despertar.-¿Ura... hara san?

-Si, soy yo.

-¿Qué sucede?¿Por qué...?

-Lo siento mucho. Sé que me pediste que te dejara morir pero... necesito tu ayuda...

***Ichigo***

Despues del pequeño encuentro con Grimmjow en el desayuno decidí subir a la piscina para hacer algo de ejercicio. Lo haría en el gimnasio pero entonces nos volveríamos a encontrar y despues de lo de esta mañana... He intentando acercarme a él pero es como si simplemente me odiara. Supongo que ahora que sabe quien soy y lo que sucedio en el pasado me detesta.

Siempre me culpe por lo que le sucedio. Si yo no me hubiera escapado esa noche para verlo, si no lo hubiera esperado para que me firmara aquel autografo seguramente seguiría vivo. Fue la segunda muerte traumatica que sufrí en poco tiempo, primero mi madre en un atraco y luego Grimmjow atropellado por salvarme.

Salgo de la piscina sintiendo los musculos totalmente tensos y ardiendo por el fuerte ejercicio. Dios, como necesitaba descargar energía. Me acerco a la banqueta y tomo la toalla comenzando a secarme los cabellos hasta que escucho un ruido que llama mi atencion pero antes de poder ver quien está acercandose unas fuertes manos me pegan de cara contra el suelo usando la toalla para que no pueda ver a mi agresor. La primera persona en la que pienso es en Grimmjow. ¿Ese imbecil quiere volver a violarme? Dejo de luchar durante unos segundos. Yo mismo quise tener algo con él y me rechazó, tal vez solo se excite si me resisto.

-Eso es precioso.-La voz es profunda y me tenso al instante. No es Grimmjow.- Si no te resistes todo acabara antes de lo que piensas.

Siento como me aprieta las muñecas en la espalda mientras la mano que mantenía mi cabeza contra el suelo desaparece para comenzar a bajarme el bañador. Muevo compulsivamente la cabeza hasta que consigo mover la toalla lo justo para ver a quien se mueve sobre mi cuerpo. Es un tipo descomunal, con una sonrisa diabolica y unos ojos oscuros llenos de maldad.

-Vaya, eres guapo a demás de tener un cuerpo perfecto para violar.

-Pues tu no eres nada atractivo y no eres el tipo de tio que me gusta para violarme.

-Oh, así que no es tu primera vez...-dice agrandando su sonrisa mientras su mano se cierne como una tenaza en mis muñecas y su otra mano termina de descubrir mi cuerpo.

Tengo que hacer algo o este tio me va a violar. El recuerdo de mi primera vez con Grimmjow acude a mi mente. Es cierto, él también me violó, me puso exactamente como este tipo me tiene y me penetró sin compasión para follarme sin hacer caso de mis quejas o suplicas. Sin embargo, en cuanto vi su reflejo en los espejos, todo mi cuerpo pareció encenderse y cuando me tocó me endurecí pese a la violencia del acto. Sin embargo este tipo me da tanto asco que solo imaginarme tener su polla dentro me hace resistirme a pesar del dolor.

Caprichos del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora