NEGRO II

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Intento ponerme bien la corbata pero por quinta vez tengo que deshacer el nudo. Chasqueo la lengua y en seguida escucho la risa de mi esposa que aparece tras de mi en mi reflejo.

-¿De nuevo peleandote con la corbata?

-Ni siquiera se porque debo llevarla.Tan solo son unas clases, por el amor de Dios. Ni que fuera a una represantación ante magnatarios de algun pais extrangero.

-Cada cosa tiene su importancia.-Dice aprentando la corbata y sonriendome.- Dar clases no es menos importante que dar un concierto ante magnatarios de paises extrangeros.

No puedo evitar besarla escuchando como nuestra hija protesta desde la puerta.

-¿Ya estais otra vez? Voy a tener que comprar algo para manteneros separados.

Mi mujer se ríe algo avergonzada y yo no puedo evitar sonreir viendo el mohin de nuestra hija.

-¿Te sientes nervioso?-Me pregunta mi esposa mientras me tomo el café.

-No demasiado.

-No tienes de que preocuparte, tus chicos tiene once años. Podrás con ellos.

-Eso, tu encima animame.-Ella me sonríe- Sabes que odio a los niños.

-A mi no ¿verdad?-dice mi hija clavando sus ojos oscuros en mi.

-No, preciosa. Tu eres diferente a todos los demás.-Ella sonríe orgullosa. Solo tiene seis años pero es increiblemente inteligente.

Hace unos meses, me di cuenta de que apenas la conocía. Tenía una hija para la que solo era una imagen en las fotografías y una visita cada tres meses. Mi trabajo en la filarmonica me obligaba a viajar constantemente y el poco tiempo que tenia libre, intentaba pasarlo con ellas pero era insuficiente.

Un amigo trabaja en educación y me comentó sobre una sustitución. Al principio ni me lo plantee pero mi esposa me abrío los ojos a la posibilidad de una nueva vida, alejada de viajes y ausencias y cerca de mi familia. Dios, creo que nunca he pasado más de dos semanas seguidas con ellas. Y a pesar de quererlas como a nadie, siento que no las conozco.

-No pongas esa cara. Seguro que te los metes en el bolsillo con tu increible personalidad.-Me dice ironicamente mientras sonríe tras su taza de té.

-Muy graciosa.

El colegio no es diferente a los colegios donde yo mismo estudié. El profesorado es normal, aunque siento el ambiente algo distante. Es como si los profesores simplemente vinieran, hicieran su trabajo y no se implicasen personalmente en nada. En cuanto entro en mi nueva clase siento como las voces cesan y todos los alumnos me miran. Se ponen en pie, me saludan y vuelven a tomar asiento.

-Buenos días, soy el profesor Zangetsu. A partir de hoy sustituiré al profesor Mikado en la asignatura de musica.

Veo como veintitres pares de ojos me miran pero unos en especial llaman mi atencion. Una chica de pelo largo y moreno, con unos increibles ojos azules me mira sorprendida desde el final de la clase. Carraspeo en cuanto puedo liberarme de esa mirada y comienzo a pasar lista. Conforme los nombro, los alumnos se ponen en pie y me saludan. Cuando llega el turno de la chica del fondo me sorprendo al ver que no es una chica, sino un chico.

-Kuchiki Sen.

-Presente-De nuevo esos ojos intensos e increiblemente tristes.

Durante la primera clase con ellos me doy cuenta de que el anterior profesor simplemente les estaba enseñando la historia de la musica. Los clasicos y demás cosas. Normal que odien esta asignatura.

Caprichos del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora