Capítulo II

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Otro día más en la oficina. Otro día en donde tengo que soportar muchos informes en donde desaparecen gente o pistas de los delincuentes más buscados por toda la ciudad. Pero es mi oficio, al fin y al cabo, soy policía y es mi deber proteger a la gente de los malhechores. Ya estaba llegando a mi sitio acompañado por la capitana Tashigi, que también formaba parte, y por Kaku y Lucci, dos inspectores que nos ayudaban con los casos.

No quería aguantar a esos dos jóvenes, pero eran las normas del Gobierno que estuviesen con nosotros. Dos años trabajando conmigo hasta enseguida les coges cariño a esos malditos. Y no eran los únicos inspectores, también estaban Kalifa y Spandam. Y hablando del Rey de Roma, se encontraba en su sitio con un montón de papeleo por órdenes de Lucci. ¿Cómo puede ser que ese mocoso sea su jefe? Todavía tengo esa duda en mi cabeza, pero creo entender el porqué.

El pobre, se lleva más palizas que cualquiera que trabaje en la comisaría. Doy un toque leve en la mesa para que se diese cuenta que ya estábamos ahí a lo que sonríe ampliamente.

—Al fin habéis llegado. —A veces me da arcadas escuchar su voz, pero es lo que hay.— ¿No me habéis traído café?

—En realidad no había presupuesto para eso —escucho decir Kaku en plan broma.

—Muy gracioso.

—Ah, y nos hemos encontrado con una vieja conocida tuya. —Lucci se sienta en su silla sin dejar de mirar al chico que puso cara de confusión hasta que captó el mensaje.

—¡¿Jewelry Bonney?! ¡Todavía no voy a olvidar por lo que me ha hecho esa zorra! —apuntándose a la cara. Si no fuera tan débil el desgraciado.

—Tuvo razones para golpearte en la cara. —Y ahí viene Tashigi con defender a las mujeres, y no es nada malo, lo que pasa es que lo lleva a unos casos demasiados extremos.

—Yo simplemente le pedí que viniese conmigo. Pero la desgraciada usó la fuerza bruta y no tuve más remedio que hacerlo —pone una escusa Spandam con unas hojas en las manos.— Por cierto, mientras todos ustedes se tomaban el café sin mí, he investigado el caso de Buggy.

—¿Buggy, el Payaso?

Un criminal que siempre se sale con las suyas. Cada vez que averiguamos su paradero se escapa. No se como lo hace el desgraciado, pero me pone de malhumor. Hasta mis ansías de fumar aumentan demasiado. Que, por cierto, ya tengo unos cuantos puros en mi boca. Me encantaba saborear esta parte.

—Smoker-san.

—Deja de estropear mi momento, Tashigi —gruño a la capitana. ¿Por qué tiene que reñirme sabiendo perfectamente como soy? Llevamos años trabajando juntos y aun así me pone de los nervios.

—¡Lo siento! —Y como odio que pida disculpas, joder.

—A lo que iba... —Spandam se levanta de su sitio empezando a entregar los papeles a cada uno de nosotros.— Hemos recibido notificaciones de que Buggy ha estado moviéndose de un lado para otro, pero no sabemos que planea.

—Pensará atracar un banco, como hace de costumbre.

—Eso sería demasiado fácil, Kaku. —Lucci clava la mirada en su compañero.— Además, la última vez nos engañó, en vez de robar un banco, robó una joyería. Caímos en su trampa como idiotas.

Me dispongo a leer el informe que nos dio Spandam, analizando detalladamente las conversaciones que tuvo con la gente si ha visto a Buffy. La última vez que hemos recibido noticias de él es por aquella trampa que ha mencionado Lucci. Me dieron ganas de darle una paliza a alguien al recibir esa noticia. Como odio que me engañen y delante de mis narices.

Amar a una "gorda" (Smoker x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora