Capítulo III

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Unas horas antes...

¿Por qué tuve que acceder a ir? Tal vez porque echaba de menos a mis amigos y hacía tiempo que no quedaba con ellos. Y aún así no quiero. No me gusta llevar ropa elegante porque hace que se me vea algún michelín o algo parecido. Y encima van a venir Nami y Robin para ayudarme en qué me voy a poner. ___ no tenías que haber aceptado. Eres demasiado estúpida.

Y lo peor de todo es que había sacado toda la ropa del armario para saber que demonios me voy a poner para que nadie se fije en mí. Lo que hago es una estupidez, pero es la única manera. De vez en cuando, miraba el reloj porque se supone que dentro de un rato iban a venir ellas dos. Tan guapas y con novios. ¿Por qué siento que soy una desgraciada en la vida? Comiendo lechuga y rodajas de tomates para sentirme por una vez en la vida bien. Me dan ganas de llorar y desaparecer de este mundo.

Y por alguna extraña razón, recuerdo el sucedido del lunes con Bonney y con aquel hombre. Como me miraba. Una mirada un tanto diferente al de cualquier ser humano. Pero ¿por qué? ¿Por qué tuvo que ayudarme? Es policía, lo sé, pero no tenía que interponerse. Yo no le importo a nadie. Bueno menos mis amigos, aunque por un breve corto de tiempo.

Escucho como alguien toca el timbre y sé perfectamente que eran ellas. Paciencia ___, solo quieren ayudarte a que estés bien contigo misma. Camino lentamente hacia la puerta para abrirla y encontrarme con las dos chicas que ya estaban vestidas. Y no venían solas, estaban con sus respectivas parejas. Lo que me espera hoy.

—¡Hola ___! —Me saluda Luffy entrando a mi casa para luego abrazarme.— ¡Cuánto me alegro de volverte a ver! —Este chico me sorprende con la energía que tiene.

—Hola Luffy.

—Luffy que manías tienes de entrar así —riñe Nami tirándole un poco de las orejas.— ¿Cómo estás, amiga?

—Pues volviéndome loca. —Me sincero sin dejar de mirar a la puerta y sonrío a la siguiente pareja.— Me alegro de veros Robin y Franky.

—La verdad es que hacía tiempo que no te veíamos. —La morena me dedica una de sus típicas sonrisas.

—¡Súper! ¡Estoy es demasiado bonito! —Y ahí viene Franky con su pose dramática. La verdad es que el tipo me caía muy bien.

—Muy bien. Chicos quedaos aquí, Robin y yo vamos a ir al cuarto de ___ para ayudarla con la ropa.

—¿Puedo comer algo mientras?

—... No encontrarás gran cosa.

Por un instante, recibo una mirada de desaprobación de Nami que apoya las manos en sus caderas.— ¿No me digas que estás haciendo esa estúpida dieta?

—No quiero hablar del tema —camino hacia mi cuarto deteniéndome en la puerta.— ¿Vais a venir o...?

Nami quería seguir hablando; sin embargo, gracias a Robin, la detuvo apoyando la mano en su hombro y decide caminar hacia donde estaba seguida de los cabellos de color naranja. Ya dentro las tres, decido cerrar la puerta para tener algo de intimidad. La verdad, no me gustaba que ningún chico me mirase, incluso si fueran mis amigos. Hay confianza, sí, pero no me siento cómoda.

—¡Qué desastre!

¿Por qué tenía la sensación de que diría algo así? Doy un suspiro largo mientras me siento en una de las sillas que hay en mi cuarto sin echar un vistazo al espejo que estaba tapado. Nami y Robin comenzaron a separar o echar una ojeada la ropa. No es gran cosa, ya se veía en sus caras que no les agradaba la ropa que tenía. No obstante, Robin solo me dedica una pequeña sonrisa que para mi era sincera. Ahora que caigo:

Amar a una "gorda" (Smoker x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora