Capítulo XII

5.7K 432 210
                                    

Una hora antes de lo sucedido.

¡Cuánto trabajo! Nunca imaginé que el sábado iba ser el peor día de mi vida. ¿Como estará mi pequeña? No la he escrito en todo lo que llevo aquí metido en el despacho. Quiero llamarla y escuchar su voz de nuevo. Hace tiempo que no la veo. Mis ansias de fumar cada vez iba en aumento por cada fila de documentos que traían a mi escritorio. Firmas y firmas. Ser el único comisario que hay ahí es lo peor que me ha pasado en la vida.

Miro de vez en cuando fuera a través del cristal de mi despacho para ver si mis compañeros están trabajando. Parece que también tienen mucho ajetreo. Esto es una mierda, literalmente. Me daban ganas de tirar esos papeles a la basura, pero no debo. Tengo que firmarlos sea como sea o sino mi superior me riñe. Me estará echando de menos mi pequeña. Mi niña hermosa. Como me gustaría tenerla aquí y abrazarla como nunca. Escuchar aquella voz tan tierna y tan sumisa que tiene. Dan ganas de corromperla.

Joder, te estás volviendo un puto pedófilo de mierda, Smoker. Apoyo mis brazos en el escritorio donde mi barbilla descansa en mis manos y cierro los ojos un momento. No paro de pensar en ella todo el rato. En su voz, en su cuerpo... Debería de pedirle de ir a la playa y así poder verla con algún bikini. Esos muslos me daban ganas de apretarlos con mis grandes manos. Demasiada carne para azotar y agarrar. ¡Joder! Me estoy poniendo duro yo solo.

Y mis pensamientos se esfuman cuando escucho a alguien tocar la puerta. Abro de inmediato mis ojos encontrándome a Kalifa fuera con un rostro un tanto preocupante. Dime por favor que no es más papeleo. Ya me estaba cansando. Muevo la cabeza en señal de que entre a ver qué demonios quiere.

—Comisario Smoker, hay alguien que quiere verle.

—Dile que se espere fuera, ahora mismo estoy ocupado. —En mis pensamientos más recónditos.

Kalifa asiente con la cabeza cerrando la puerta dejándome solo en mi mundo de fantasía. ¿Por dónde iba? Ah sí, en mi querida ___. Quiero poseerla cuanto antes y para ello le he dejado tiempo. Suspiro levemente ya deseando acabar con este recado tan estúpido para ir a su casa y mimarla todo lo posible. Ahora que lo pienso, hoy se cumple un mes desde que nos conocimos y no tengo nada. Verla es suficiente, ¿no? Soy un desastre cuando se trata de regalar cosas.

O tal vez llevarla a un sitio para comer y llevarla a mi casa y hacerla mía de por vida. ¿Qué estás haciendo conmigo ___? Tengo ganas de abrazarte, besarte y decirte cosas absurdas que nunca imaginé decirlas. Me siento un adolescente enamorado.

—Hola Smoker.

Y mis ojos abren por completo al escuchar esa reconocida voz que es un tanto pesada para mí cabeza. Mi mirada se clava en aquella mujer que no ha parado de venir en todo estos meses pidiendo disculpas por lo sucedido. Mi ex: Hina.

—¿Qué haces aquí?

—He venido a verte. —¿Solo a verme o a comerme la cabeza con tus tonterías?

—Pues estás perdiendo el tiempo —dije muy seco levantándome de mi sitio.— Además, le he dicho a Kalifa que te dijera que estoy ocupado.

—¿Ocupado en tus pensamientos y no en el papeleo? Te conozco demasiado, Smoker. —Aquella mujer cruza los brazos.— Hina molesta.

—Hina ya hemos hablado y no pienso perdonarte.

—Smoker, entiéndeme que fue un malentendido. —Y vuelta a empezar.— No quería engañarte.

—¡Pues lo has hecho!

Como odiaba esto. De volver a discutir con ella de esta estúpida conversación que ya estaba finiquitado. Y esta mujer vuelve de nuevo queriendo dar explicaciones, cosa que no quiero escuchar. Que se marche y que no vuelva a mi vida. Eso es lo que quiero. Quiero vivir en paz sin que ella esté de por medio. Estar con ___ es suficiente para mí. Hasta que siento unas manos posar en mi brazo a lo cual lo aparto.

Amar a una "gorda" (Smoker x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora