Capítulo XXII

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Me acaba de dar un escalofrío tremendo por todo el cuerpo, como si hubiera pasado algo mientras estoy ausente con mis tareas. No debería preocuparme, ¿o sí? Estoy en mi despacho, como siempre, revisando los documentos que me acaba de entregar los detectives ya sean temas de robos o personas desaparecidas. Con solo ver los expedientes me dan ganas de fumar y respirar hondo, para pensar con claridad mis pensamientos. Echo para atrás mis cabellos, una forma de estar tranquilo. Desde esta mañana no he recibido ningún mensaje de ___. ¿Estará bien? Claro que lo está. Lo único que me preocupa es Vergo. Él sabe donde trabaja y puede hacer cualquier locura para tenerla. Vamos, Smoker, respira hondo. No quiero que te comas la cabeza con esas cosas. Escucho la puerta abrirse y veo a Tashigi entrar con más papeleo de lo normal. Creo que hoy no saldré vivo de mi despacho.

—Siento que tenga un montón de trabajo, Smoker-san. —Se disculpa ella viendo los papeles acumulados en mi mesa.

—No te preocupes. Es mi trabajo, después de todo.

—¿Cómo van las cosas con ___? —pregunta, teniendo interés en mi relación con la chica.

—Va de maravilla. —Esbozo una sonrisa ladina. No puedo evitar de pensar como sería la vida con ella y con un bebé en camino. La verdad, me siento el hombre más afortunado del mundo—. No sabes la de cosas que produce ella en mi mente y en mi cuerpo —confieso cerrando los ojos y liberando el humo acumulado de mi boca.

—Me lo imagino.

—¿Y a ti como te va con Roronoa? —Al realizar la pregunta, ella se pone más roja que nunca.

—Pues igual que usted. Puede que sea un chico problemático, pero tiene buen corazón —dice con una sonrisa de enamorada en sus labios.

—Tashigi no quiero que te distraigas de tu trabajo.

—¡Ni usted tampoco, Smoker-san!

Río como un condenado porque ella tiene razón. Me estoy distrayendo mucho por culpa de mi pequeña. Pero es que ella es mi felicidad absoluta, no lo puedo negar. Tan inocente y, cuando quiere, atrevida. Me encanta todo de ella. Me dan ganas de abrazarla todo lo necesario y dejar unas cuantas marcas en su piel, mostrando que ella ya tiene dueño de piel y de corazón. Eso último ha sonado muy cursi, pero me da igual. Me he vuelto un blando a su lado y no lo niego. Me acomodo en la silla pensando con detenimiento algún sitio donde podamos pasar las vacaciones. Ya le dije en una casa cerca de la playa, pero ¿dónde? Debo buscar detalladamente y, para ello, necesitaré la ayuda del bendito internet. Sin embargo, mis pensamientos se esfuman cuando escucho una llamada del teléfono de la mesa. 

Veo la extensión y es Kaku. ¿Qué querrá este chico ahora? Me posiciono para cogerla ante la atenta mirada de Tashigi, que también siente curiosidad en que quiere. Espero que sea algo bueno y que los policías hayan atrapado a alguien.

—¿Sí?

—Comisario Smoker, tengo en línea a alguien que quiere hablar con usted. Y le puedo decir que por su tono de voz no es bueno. —Ya con eso, llamó mi atención.

—Bien, pásalo —ordeno y él me pasa la llamada—. Aquí el comisario Smoker, ¿en qué le puedo ayudar?

—Oh Dios, comisario Smoker menos mal que está usted ahí. —Esa voz me resulta un tanto familiar. ¿Dónde la habrá escuchado?—. Oh, perdone. Soy Carrot, empleada de la cafetería Chateaux. —Ah, la Mink y amiga de ___. Espera, ¿por qué me llama ella?

—¿Sucede algo, Carrot?

—Hace un rato, ___ salió para sacar la basura y no ha vuelto todavía. Señor Smoker tengo miedo en que le haya pasado algo y yo no me haya dado cuenta. —Llora desconsoladamente, no aguantando más—. ¡Por favor! ¡Venga rápido!

Amar a una "gorda" (Smoker x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora