Después de que entre Harrison, (un hombre de 30 años, con cabello café y ojos ámbar), Lewis, (un chico de 21, con cabello verde, si dije verde y ojos negros) y Scott me inyectaron un tipo de sedante, para inmovilizarme y trasladarme de la red a la jaula. Cuando el sedante por fin había dejado de surtir efecto y me había incorporado en mis cuatro patas gruñendo a todo aquel que se acercara que no fuera Scott.
Scott mando al par de cazadores a buscar a los demás lobos al norte de la manada, quedándome sola, ya que hace un buen tiempo, no sé cómo, ni cuando el sol se había ocultado y la luna estaba ahora ocupado su lugar en el hermoso cielo lleno de estrellas.
Como demonios iba a salir de esta sin dañar a nadie, o a mí, hace unos días estaba con el amor de mi vida acurrucados en una manta admirando las estrellas y la luna, ahora estaba haciendo lo mismo, pero en una jaula y sola. Después de dar vuelta como loca por este pequeño cuadrado me rendí y me recosté sobre mis patas a mira la preciosa noche, era como si el mundo no supiera que hoy era un día triste, trágico, donde había la posibilidad de que no pudiera salir de aquí y lo que más me importaba en este mundo fuera a desaparecer, eran altas.
Por el rabillo del ojo vi como una estrella fugaz pasaba por el horizonte, las estrellas eran como nosotros algunas quietas admirando el universo que las rodea cada día, unas viajando tratando de encontrar su lugar en este lugar tan hermoso y caótico que alguien había creado para nosotros, luchando por encajar encontrar su camino en esta vida, y si no en la siguiente y así sucesivamente, hasta encontrar nuestro lugar asignado en esa vida, en cambio la luna, ya tenía un lugar especial al lado del sol. Cuando el sol asomaba se llevaba toda la atención, pero la luna casi invisible en el cielo nunca lo dejaba.
Yo tenía que encontrar ese lugar de alguna forma, pero primero tenía que salir de aquí. Poco a poco fui cayendo en las garras del cansancio y del sueño.
...
-Pss- mi parpados se sentían pesados, no quería abrirlos quería seguir durmiendo –pss, Cassie, hija- esa voz la conocía más que bien la podía reconocer donde fuera, me incorpore rápidamente en mis cuatro patas –te voy a sacar de aquí- por dios si lo descubrían lo cuestionarían de por qué estaba hablando con una loba de más de un dos metros en medio de la noche... no soportaría perder a mi padre.
–Tranquila los cachorros siguen en la madriguera, un poco inquietos pero a salvo, tengo a Rayan y Jake cubriéndome las espaldas, no te preocupes, todo saldrá bien- mi papa se agacho para recoger un enorme roca, y estrellarla con el candado, pero antes de que pudiera dar el golpe que me daría mi libertad, una luz se prendió en una de las tiendas, y mi padre salió como rayo a ocultarse en lo arboles.
-Wow, sí que eres grande- era el anciano de ojos negros –como mínimo 2 metros- iba en una camisa interior blanca de tirantes, y unos pantalones de algodón a cuadros. Tenía su rifle en su mano derecha, podía asegurar que estaba cargado, así que tenía que tener cuidado –más vale que nos den muy buen dinero por tu piel- metió su mano por entre los barrotes y a medida que fue hablando la acercaba más a mí -ese pelaje negro y suave, no lo consigue cualquier, lástima que tu especie sea tan estúpida como para caer en una trampa tan vieja- su cercanía me daba escalofríos, pero de alguna forma que hablara así de nosotros, hacía se me calentara la sangre –son tan pero tan estúpidos, no puede creer que hayan organizaciones para protegerlos, son tan inferiores – mi paciencia había llegado a su límite, cuando el anciano acerco su mano a punto de estar a unos milímetros de mi pata trasera, en un movimiento rápido me lance por ella y mi puntería fue la acertada, la tenía entre mis colmillos y podía sentir la sangre que emanaba de ella.
El anciano dio un grito y estampo su puño contra mi hocico, con tal fuerza que provocara que soltara su mano -¡MALDICION!
Exclamo agarrando su rifle y apuntándolo hacia mí y en ese preciso momento antes de que jalara del gatillo, una masa oscura se abalanzó sobre él, maldición era mi padre tenía que salir de aquí pero ¿Cómo?
De un momento a otro Jake estaba enfrente de mi –Tranquila, te voy a sacar de aquí- lleva el torso descubierto, unos vaquero y estaba descalzo. Se inclinó para agarrar la roca que mi padre sostenía hace unos minutos, y la estampo contra el candado dejándome así en libertad nuevamente.
Cuando por fin estaba saliendo de esta maldita jaula, se escuchó el disparo, ese sonido que hizo que en solo segundos mi mundo se derrumbara en solo segundos.
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Luna de cristal. Finalizada
RomanceLágrimas de miedo escapaban de mis ojos. -No me mates.- dije entre gimoteos, por favor que no me odie. -¡DIOS!- grito al ver mi cuerpo desnudo tomado el lugar de la loba ante sus ojos y se alejó unos pasos de mí. - No te asustes- dije con lágrimas e...