Mr. Possessive [Taeyong]

07.

Taeyong

Me encuentro esperando en la oficina los documentos que Hannah debería traerme. Necesito la firma de los inversionistas que restan para poder dar de alta una importante propiedad.
Sin embargo, no hace acto de presencia.
Hay cosas que no tolero; la número dos es ser impuntual.

Mediante el teléfono pido a una de las asistentes de abajo que venga a ayudarme. Lo hace en cuestión de minutos. Agradezco su eficacia y sobre todo la manera de trabajar.

Ya pasado el medio día es cuando mi supuesta secretaria se digna en aparecer.

─Lo siento mucho, yo me quedé dormida y la alarma de mi móvil no se activo

─Por hoy puede irse, como habrá notado, ya está listo el trabajo. Mañana es la cena con uno de mis colegas, necesito esté aquí una hora antes de irnos

─¿Eh? Ah, si claro

─Que sea la última vez que llega a éstas horas al trabajo. Sea responsable, de no ser así .., la puerta está abierta para que pueda marcharse

Sin levantar la vista de mis papeles, miro de reojo como sus pies se dirigen a la salida. Respiro profundo, dejo de mover mis manos y decido salir de ahí.

Antes de abordar mi auto suena mi móvil, no es ninguna llamada o mensaje. Un simple recordatorio de la cita que hice con Yuta.
Dado que no hay nada para hacer me dirijo al lugar indicado.
Llego y lo visualizalo en una de las mesas del restaurante, sonrío avanzando a donde él. Toco su hombro derecho y tras verme se levanta para así poder abrazarme. Lo recibo con el cariño y aprecio mutuo. Hace mucho realmente quería verlo.

─¿Realmente eres el mocoso con braquets que no salía de la puta biblioteca? Te ves muy bien

─Mira quién lo dice, sólo no te enamores de mí, sería pecado

─Imbécil ─reímos y nos sentamos─. Dime, ¿que se siente ser el puto dueño de una maldita empresa? Sólo se de ti por los titulares de revistas sobre negocios y finanzas. ¿Debo pedir tu autógrafo?

─Creo que eres la primera persona en pedirlo, me siento halagado

─Oh vamos, no creo que nadie vaya por la calle y no pueda adivinar quién eres

─Supongo que solo personas relacionadas a éste tipo de profesión lo saben. Por cierto, ¿y tú prometida?

Su cara que hace unos segundos era alegre se comienza a desvanecer de manera lenta. Frunzo el ceño y cuestiono si algo va mal, se limita a asentir.

─Mi novia. Ayer por la noche le pedí matrimonio, creo que he sido rechazado

─Cómo, ¿aún no se lo pedías? ─niega.

─Cuando nos viéramos quería ya presentarla como mi prometida. Eso me ha jodido de muchas maneras, no tienes una puta idea de lo que la quiero

Mantengo mi silencio porque no puedo decir mucho.
Cambio el tema de manera un poco brusca. Quizá me he visto frío, pero él sabe que anteriormente tuve una relación la cuál no me funcionó. Solo me hirió y dejó marcado en muchos aspectos.
Esa es mi mayor excusa para solo divertirme con las mujeres. No tener que depender de absolutamente nadie para sentirme feliz. Como el quizá lo lamenta ahora.

Otro recordatorio se hace presente, debo volver a la empresa.

─¿Tienes algo agendado para hoy?

─Supongo que no, ¿Por qué?

─¿Que tal ir conmigo? Sólo firmare unos papeles, hay chicas muy atractivas trabajando a mi lado .., quizá necesitas desahogarte

A pesar de que niega divertido se levanta y pagamos la cuenta. Vamos camino a la empresa. Espero que su trago amargo lo pase rápido.

Estando en la oficina y sin ver de nuevo a Hannah voy a donde ella. No está. Esperaba que no se tomará de mala manera el regaño. Para cuando regreso de nuevo, me siento aliviado al verla frente a mi. Está parada en el umbral de la puerta.
Veo por encima de su hombro, Yuta parece muy entretenido consiguiendo el número de una de mis asistentes.

Me acerco tocando con la palma de mi mano su espalda baja. Se sobresalta y la carpeta que traía en mano cae al piso. Yuta se percata de nuestra presencia.

─Hannah, ¿que haces aquí?

─Me encantaría también saber lo mismo

Confundido no hablo. Veo como Hannah gira y sale de ahí hacia el elevador. Antes de que mi primo vaya tras ella, me adelanto y nos encierro en su oficina.

─¿De donde conoces a Yuta?

─Te hago la misma pregunta, no me digas que eres ..

─Somos buenos amigos, ¿y tú?

─Novia

Si bien no me gusta esa respuesta no digo más. Sonrio y ladeo un poco mi cara.

─Cenemos más tarde

─¿Eh? Te acabas de enterar que soy novia de tu amigo, ¿eso no te impide nada?

─No. Hasta dónde escuché de su boca de mi amigo tu y él terminaron su relación. Ahora y como siempre he sido desde que nos volvimos a ver seré franco, quiero que seas solo para mi a partir de éste instante