Mr. Possessive [Taeyong]

06.

Hannah

Estar nerviosa a éstas alturas ya no va. Es decir, ese tipo piensa que es mi dueño, que estarán mis piernas abiertas para él cada que quiera .., sí, me siento deseosa y caliente al verlo tan .., tan malditamente apetecible con esa mandíbula tan perfecta la cuál quisiera besar sin control alguno toda una noche entera. Pero no. Debo controlarme o lo próximo sería aceptar que tiene control sobre mi.

Saco el aire contenido mientras me miro al espejo. Limpio el poco sudor acumulado en mi frente, bajo mi nariz y en la línea de mis senos.
Puedo decir que es el efecto Lee Taeyong. Pero eso sería sobre valorar sus habilidades en la cama. Algo que aunque no quiera admitir, merece él muy maldito.

Creí que Eri estaría en la fiesta, pero desde la ceremonia he estado buscandola sin tener éxito.
Camino con pasos decididos hacia el mesero que va repartiendo copas de vino tinto y champagne.

Mi móvil comienza a vibrar, es Yuta.

─Cariño, ¿pasa algo?

─Extrañarte como un maldito loco es lo que me pasa, he salido de la empresa más temprano de lo previsto, ¿mi reina quiere que vaya por ella?

Si me llegasen a preguntar el por qué  estoy con Yuta, es simple; sus atenciones me vuelven loca.

─Ven, necesito de mi hombre ..

Riendo me indica que no tardará en llegar, finaliza la llamada y soy sorprendida al sentir la respiración de alguien muy cerca de mi oído.

─¿Tú hombre?

Verlo de tan cerca me hace mal así  que doy un paso atrás.
Esos ojos tan decididos a querer desvestirme en éste instante hacen que mi respiración se atasque.
¿De ese modo mirará a cada mujer con la que ha estado?

─¿Eh?

Sonriendo de lado se acerca más a mi. El olor de su colonia me marea, pero me provoca demasiado también.

─¿Quién es tú hombre?

─Mi novio, claro

─No lo veo por aquí, ¿su novio es consciente de que su chica está en la mira de al menos cinco cabrones?

─Tiene una vida a parte de mí, no soy una novia obsesionada ni posesiva para exigir que esté todo el tiempo conmigo

─Por ese lado, creo que usted y yo nos vamos entendiendo cada vez más

Un mechón de mi cabello es colocado detrás de mi oreja, su siguiente movimiento es acariciar mi mejilla. Su pulgar pasa de mi barbilla a la línea de mi boca, acto que me hace mordisquear mi labio inferior.

─No lo hagas

Prestó atención a sus gestos, de igual modo se está conteniendo. Eso me gusta, sufre.

─¿Qué debemos hacer?

─Realmente no he parado de imaginarte entre las sábanas desde que te volví a ver, necesitas calmar las malditas erecciones que provocas .., es justo

Harta de contenerme tanto, giro dándole la espalda.

─Sígueme

"Espera en la fiesta junto a Alisson, dejaré a Eri en casa, se le han pasado las copas. No tardo, cariño".

El mensaje es enviado. Estoy a dos pasos de los cuartos privados que tiene éste gran salón. Uno de ellos mi primita lo ocupará con Johnny más tarde.
Taeyong no es el único que necesita descargar toda la tensión sexual. Estoy dispuesta a hacérselo saber.

Su camisa está siendo desabotonada, los tacones se van mientras no despegó mis ojos de su cuerpo. No recordaba que fuese tan .., resumiré lo anterior con la oración; 'Estoy empapada'.

Mientras se deshizo de el pantalón, comencé a saborear mis labios, está completamente erecto y listo para mi. Quería proseguir a quitar mi vestido, sin embargo me detuvo posicionando su pecho contra mi espalda, fue entonces que la prenda cayó. Viajó directo hacia mis senos, cuando sintieron tal tacto, mis pezones se levantaron.
Su boca no se quedaba quieta en ningún instante, besaba y mordía en el lugar que le gustase. Mi cabeza y pensamientos estaban en blanco. No tenía ni idea del por que me sentía tan relajada y excitada al mismo tiempo.

Giró de manera lenta mi cuerpo y al estar frente al otro, bajó su boca a la mía. No tuve tiempo ni siquiera de echarme para atrás.
Me saboreo lentamente y con tal avidez que no me quedo más que ceder y disfrutar de lo que me ofrecía su lengua.
De ese modo me recostó en la cama, envolvió su miembro con un preservativo y comenzó a dejar más besos en mi zona v.
Se acomodó entre mis piernas, y de manera ansiosa me penetró.
Las embestidas eran firmes. Cada que entraba y salía la húmedad en mi interior se escuchaba. Eso parecía excitarle todavía más.
No renege a su petición de cambiar de lugar. Subí sobre su cadera y volvimos a juntarnos.
La fricción era aún más placentera, por los gemidos era fácil darse cuenta que lo disfrutaba mucho.
Bajé el ritmo al sentir que ya no podría más, o cada que un nuevo orgasmo se hacía presente.

Comenzaba a sudar de manera intensa, fue ahí que con sus manos bajó mi rostro al suyo e invadió por primera vez mi boca.

Una de sus manos bajó a mi cadera sólo para juntarla aún más. No paró de besarme mientras se corría. No podía siquiera terminar de procesar como es que lo había dejado besarme.
Cuando me alejó de sus labios, pude apreciar su ceño fruncido.
Traté de levantarme pero no me dejó.

─De ahora en adelante yo soy tu único hombre ..,  ¿entendido?