Mr. Possessive [Taeyong]

16.

Capítulo Final

Hannah

Salgo de la cama y me estiro en lo que camino hacia el pequeño balcón que hay en nuestra recámara.
Todo éste maravilloso paisaje es de lo más reconfortarte.

Escucho un silbido, me giro y noto que hay un tipo señalandome lo bueno que está mi culo. Claro, se nota porque hay pequeños barrotes que conforman cierto barandal. Estoy en bragas y sinceramente no me importa.

A punto de enseñarle el dedo medio, siento a Taeyong detrás de mí.

─Más hermosa la vista, no puede ser

Dejó por completo de lado a ese idiota y me giro a recibir con mis manos en su cuello, a quién desde hace un mes me tiene malditamente encantada.

Se propuso conocerme, quizá no fue lo mejor.
¿Por qué? Porque descubrí que no es un cabrón que solo busca sexo las veinticuatro horas del día. Tiene sentimientos, tiene corazón.

Desde que regresamos de el extranjero hemos pasado por una serie de cosas extrañas.

Yuta se entero de lo nuestro, jamás me dijo como fue que lo supo. Me hizo sentir mal todo eso y de hecho deje de verme con Taeyong cuatro días seguidos. Me emborraché con Eri en las oficinas en las que antes laboraba. Pero como pasan en las estúpidas peliculas; mi hombre sexy fue por mí. Me encerró en su departamento hasta que cedí a hablar con él. Por supuesto lo extrañaba, y no me negué.

Le conté sobre Dong Si Cheng, me acompañó incluso donde ahora descansa. Ese día fue sinceramente muy emotivo, ni Yuta lo sabía, probablemente por eso también comencé a acercarme aún más.

Su ex volvió a aparecer, pero ésta ocasión le hice saber que tan perra había sido, y no la ha vuelto a buscar; por su bien, espero que así se mantenga.

─¿Que haremos hoy?

─Tengo planes ..

Sus palabras me sorprenden un poco porque se supone no había nada agendado.

─¿Que planes?

─Besarte como un maldito loco es mi puto plan

Si, todo éste rato en que oficialmente estamos saliendo, he escuchado cosas más cursis que esa.

─Señor Lee que cosas dice .., alguien puede vernos

─Me pones duro al hablarme así ─susurra tomando con sus labios el lóbulo de mi oído.
No es necesario describir que su acción me mata y me moja.

Meto mis manos debajo de su camisa, se siente tan bien.

─Traslademos el trabajo a la cama

─Por supuesto

Sus grandes y suaves manos bajan a mi culo y aprieta fuerte para cargarme, de ese modo me lleva de nuevo al colchón.
Aprovecho que está sentado y yo puedo besarle aún cuando me sigue cargando.
Mientras su tacto se mantiene acariciando mis muslos, mis dedos se meten en su cabellera.
Siento sus besos y lengua saborear con agilidad mis pezones.