•Capitulo 4•|Identidad|

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Y de pronto
Apareciste tú
Destrozando paredes e ideas
Te volviste mi luz.
—Lo Aprendí De Tí, HaAsh.

—Como sabrán, éste es su primer año en la Hinode High School así que les pido que se comporten como los alumnos respetables que son. —la maestra sacó de debajo del escritorio una pequeña caja —Empecemos el año con el pie derecho ¿si? Los asientos se decidirán por sorteo. Los llamaré por orden de lista y uno por uno sacarán un papelito con un número, ustedes se van a sentar en la mesa con ese número. El compañero al que le salga el mismo dígito será su acompañante por el resto del año lectivo. Empecemos con Asahina Fuuto. —se pudieron escuchar de fondo susurros y pequeños gritos de fangirls ocasionados por la presencia de un idol famoso en el salón.

—Número 5. —extendió la pequeña hoja a la profesora para que ésta verificara lo que el había dicho. En ese momento más de una debe haberse puesto a rezar para que el número que les saliera sea el cinco.

—¡Bien! La siguiente... —y así siguió, sin que a nadie le tocara el número de Fuuto,  hasta que me tocó a mi. —Kurosawa. —mezcle los papeles como si estuviese pidiéndole a la caja que seleccionara el papel por mi. Suerte es lo que más me falta ¿no? Y al parecer faltará hasta el final de mis días. El número, que se encontraba escrito en aquel papel, en mi mente estaba en negritas, cursiva y con letra tamaño setenta y dos.

—Veamos que número. —al ver que no le tendía la mano la maestra decidió acercarla hacia ella para leer con claridad. —Parece que la afortunada ganadora del número cinco, —¿en que momento se había vuelto una competencia con ganadoras y perdedoras? —en pocas palabras, el asiento a lado del increíblemente famoso Asakura Fuuto es ¡Kurosawa Haruka! —pude escuchar que aplaudía como si yo hubiese ganado un Oscar. Claramente, mi cara decía todo lo contrario a lo que esperaban. En vez de una cara sonrojada por la emoción, estaba una cara llena de confusión, y es que Asakura Fuuto me había resultado la persona más arrogante que he conocido en toda mi vida.

Volví a mirar el papel en mi mano y lo gire en todos los ángulos posibles para ver si en alguno lograba parecerse a un dos o un seis, más ese cinco estaba tan bien hecho que hasta mojado sabrían que número era. Me fui a sentar a mi nuevo puesto conciente de las miradas llenas de enojo, mandadas por la mayoría de las chicas, a mis espaldas.

—Pensé que me tocaría a lado de una chica más bonita. —se quejó conciente de que Haruka lo estaba escuchando. Las clases ya habían acabado y Fuuto no tenía mejor cosa que hacer que molestar a su nueva compañera de asiento, la cual estaba muy ensimismada buscando algo en su maleta como para darse cuenta de que estaba en pleno pasillo mientras ya todos se habían ido del Instituto. El se había quedado en el Salón de música practicando y, cuando estuvo dispuesto a irse, se la encontró.

—¿Tú? No es de mi interés parecerte o no atractiva. —mientras ella solo hacia esfuerzos por cerrar ese intento de conversación de una buena vez. Acomodó su bolso y se paró, con toda la voluntad para irse de ahí. Estar a solas con Fuuto no le daba buena espina.

—¿Huh? ¿Tienes idea de a quien le hablas? —pero una persona con el ego alto puede ser algo demasiado insistente.

—Si, a un idiota que no termina de entender que no quiero hablar con él. —que le llamen idiota estaba en su lista de cosas por las que se debe recalcar quien eres.

—A-s-a-k-u-r-a —me dijo mientras parecía querer descifrar el codigo morse en mi cara —F-u-u-t-o. Ten respeto, ordinaria. —Oh, si supieras quien soy no encontrarías muchas diferencias entre ambos. ¿Por que será que yo siempre voy a donde el va? De alguna forma siempre terminamos en el mismo lugar. Me le acerqué a él para decirle unas últimas palabras de afecto.

—Eres un ser realmente detestable. Ni la otra vez... —y, por andar defendiéndome a mi misma, me termino metiendo en problemas. El se limitó a mirarme, ahora con más interés.

—¿La otra ves? ¿Nos hemos visto antes? No me digas que eres una de esas fans llenas de hormonas que me siguen. —quería saber si la razon de que esa chica no le prestara atención era el hecho de ser una ex fan.

—¿Por que lo sería? Tengo cosas más importantes que hacer que andarte acosando. —esperaba que ella aceptara que, aunque sea un día, estuvo enamorada de el.

—¿Que es más importante que acosarme? —lastimosamente se le estaban acabando los medios para hacerla decir lo que quería oir.

—¿Te gusta que te acosen? —ella lo observó como si la última gota de respeto, que tenía por el castaño, hubiese desaparecido con eso.

—¡No es lo que...! —la falta de argumentos válidos lo obligaron a detenerse. —Pff. De nada sirve hablar contigo.

—Bueno, bueno. Te dejaré a ti y a tu ego alto hablar. —como iba diciendo, estar sola con Fuuto no le traía buena espina.

—Espera... No me respondiste. —ella ya se había dado la vuelta dispuesta a irse pero se detuvo y se giró para verlo a los ojos.

—¿Que cosa?

—¿Porque dijiste ni la otra...? ¿Usas lentes de contacto? —el se había interrumpido solo y Haruka se hubiese reído de no ser porque su identidad estaba siendo amenazada

—¿Eh? ¿C-como te diste cuenta? —su nerviosismo estaba al tope y ella no sabía que hacer.

—Tus ojos... Están opacos. Pensé que podía ser por la posibilidad de que uses lentes de contacto. —oh, el piensa.

Nadie nunca se dió cuenta de eso. Solo él.

—¿Por que miras mis ojos? —intentar cambiar el tema de la conversación puede ser la única salida de un momento incómodo.

—¡Es esencial mirar a los ojos a las personas cuando hablas! —¿donde decía eso?

Todos la miraban a los ojos. Nadie preguntaba. Nadie veía que sus ojos no tenían el brillo que deberían tener.

—Si, uso lentes de contacto. —admitió.

—¿De que color son tus ojos reales? —su corazón comenzó a latir demasiado rápido por la cercanía de sus rostros. Solo que eso no debía pasar, para nada.

—¿Por que debería decírtelo? —responderle de mala manera fue su última opción.

—¡Intento ser amable contigo! ¡Eso no lo hago con cualquiera! —se quejó por la falta de ayuda por parte de la chica.

—¿Te enamoraste de mi? —ella lo miro intentando ocultar su ansiedad con ironía.

—¡Sabes que no es eso! ¿Y por que la peluca? No me digas... ¡Eres un hombre travesti! —si ella ya lo consideraba un idiota, ahora el era un imbécil.

—¿Un que? ¡No! —negó con la cabeza.

Afuera del escenario nunca nadie se fijó que aquella famosa cantante caminaba entre ellos como una estudiante normal, disfrazada.

—Entonces... ¿Por que la peluca? —y parecía que, para su mala suerte, Fuuto no era de las personas que se quedaban con la duda.

—No tengo porque decírtelo.

—O me lo dices o lo averiguo yo solo. —la amenazó.

—Asi que usaras tus contactos ¿eh? Sin embargo no creo que...

—¿Quien dice que necesito de mis contactos para averiguar el por que de tu peluca?

—No creo que lo puedas hacer tu mismo.

—¿Por que? Puedo hacer muchas cosas yo solo. —el le sujetó la mano y la jaló, acercando su cuerpo a él, abrazandola y demostrando la gran diferencia de estatura pues ella le llegaba al cuello. Paso sus manos peinando los cabellos morados de aquella peluca y retirandola suavemente, dejando al descubierto el cabello, medio blanco con algunas líneas rosadas, de la chica. Y, sin importar el color avellana de los lentes de contacto, el pudo distinguir quien era. —¿IA?

Porque IA nunca dijo cual era su nombre real. Estaba en el anonimato. En ese entonces, nadie sabía que Kurosawa Haruka era la reconocida idol que había debutado para hacerle compañia a Asakura Fuuto en el mundo de la música.

See The Lights [Brothers Conflict]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora