See The Lights [Brothers Conflict]

•Capítulo 11•|Comprensión|

No tenía nada
El mundo era demasiado grande
Y yo era tan pequeña
Ahora no siquiera puedo imaginarlo.
—Begin, Jungkook (BTS).

—¿Mamá? —dijo intentando ocultar su emoción ante aquella llamada que parecía que nunca iba a suceder pero que estaba pasando justo en ese momento.

—¡Haruka! —dijo su madre al otro lado de la línea. Parecía que no se hubiesen escuchado en años. Así de dramáticas eran.

—¡Pense que te había olvidado de que tenías una hija o que ya me habías dado en adopción!

—¡Haruka! —la regaño.

—Lo siento, lo siento. Pero es extraño que llames. ¿Paso algo?

—Nada en especial. Solo me dieron ganas de llamarte.

—Eres rara. —se quejó. —Y... ¿como estás? ¿Va todo bien?

—¡Todo perfecto!

—¿Ya viste a papá? —ella no quería dañarle el día a su queridisima madre pero... de vez en cuando quería saber algo sobre él. A fin de cuentas, también era su padre. —¿Te dijo algo?

—No lo he visto... Miwa me dijo que lo vio en Japón pero no dio detalles. Ella sabe que a mi...

—¿¡Papa esta en Japón!? —esta vez, su emoción salio desbordante, haciendo que su madre se sintiera ofendida por ser interrumpida y que el motivo era nadie más que el estúpido de su ex-marido. —¿¡Donde está Miwa!?

—Creo que sigue en Japón... ¿me estas escuchando?

—Si, si. Debo ir a buscarla. Quiero hablar con papá.

—No estarás pensando en desearle suerte ¿verdad?

—Tu sabes que no. Solo quiero verlo para ver si puedo hacer que entre en razón. Me despido, má.

—Hasta unos meses, Haruka. No olvides cuidarte mucho y tratar bien a los hijos de Miwa, no descuides tus estudios y tampoco tu carrera musical y, aun más importante, no olvides que sus hijos son muuuy apuestos. —dijo alargando la 'u' para sonar mas convincente. —A tu madre no le importaría que escojas a alguno. —apenas dijo eso se formó un 'tic' en su ojo. Eso que le decia que algo ahí no andaba bien.

—Mamá... ¿que hiciste?

—N-nada.

—No engañas a nadie.

—Tal vez, solo tal vez, hice una apuesta con Miwa de con cual de todos te quedarás y ella apostó por Iori y yo... aposté por Fuuto. ¡Si vas a elegir a alguno que sea él! Tengo una reputaci...

—¿¡Que hiciste que!? —y de nuevo fue interrumpida, aunque esta vez no la culpaba. —¡Mama! ¿Cuantas veces te he dicho que tu hija no debe ser un motivo para que ganes dinero?

—Solo lo he hecho una vez.

—¿Huh? ¡No te las enumero porque ni tengo tiempo!

—Ya, no te enojes. Cuídate mucho ¿si? ¿Tienes el libro contigo ¿no?

—Siempre lo cargo...

—Mejor así. No permitas que nadie te lo quite, es muy importante. Ábrelo cuando sea necesario.

—¿Y cuando será necesario?

—Quizás cuando muera...

—¡No digas cosas así de aterradoras! —gritó al otro lado de la línea. —¡Te prohibo morir antes de que yo cumpla los cien años!