16: primera parte.

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Cinco horas.

Llevábamos cinco largas horas de viaje, bueno la mayor parte de esas cinco yo me la pase durmiendo dos horas. Y en lo que llevaba despierta nadie se a dignado a tan siquiera comenzar una conversación. Tampoco es como que lo esperara si con costo Niall es capaz de dirigirme mínimo diez palabras y estoy segura que si por el fuera ni siquiera me hablaría. Y por el otro lado estaba Rust que en las cinco horas que llevábamos él estuvo dormido durante cuatro horas y cabe decir que sigue dormido.

Me acomodo en el asiento sentándome justo en medio, colocó mis brazos en los hombros del asiento del conductor y el copiloto y apoyo mi mejilla en mi brazo derecho, Niall me mira fugazmente por el retrovisor y yo le sonrió sin despegar los labios.

— ¿No estás cansado? —inquiero mirando su perfil disimuladamente mientras él mantiene fija la vista en la carretera.

— Para nada, Logan, amo conducir duraste casi seis horas y no sentir mi maldito trasero, es maravilloso —musita con ironía, ruedo los ojos inevitablemente.

Aquí vamos de nuevo.

— De verdad que tú cada vez que me hablas es para atacarme —hablo y ahora es él quien rueda los ojos.

— Me gustabas más cuando estabas dormida —masculló.

Esta vez le dejó ir un leve golpe en el hombro provocando una floja risa por parte suya. Parpadeo sin creérmelo y dejo escapar un chillido provocando que gruña.

— ¡Acabas de reír! —dejó salir sin creérmelo— Niall, el idiota que si por el fuera ignoraría a medio mundo, acaba de reír.

— Me das dolor de cabeza —se queja en un gruñido y yo río—. ¿Podrías callarte?

Yo lo miro divertida, Niall no me mira pero por su expresión noto que esta fastidiado. Dejo descansar mi espalda en el asiento mientras río por lo bajo.

— Okay, okay, ya me calmo.

— Eres exasperante —hago un ademán de que no me importa. Luego ambos nos quedamos en silencio hasta que Niall vuelve a ver fugazmente al chico dormido a su lado y le deja ir un no tan suave golpe en la mejilla logrando despertarlo y sobresaltarlo.

— ¿Qué? ¿Por qué me golpeas? —se queja el pelinegro mirándolo despectivamente al rubio.

— Porque ya quiero saber si ya estamos cerca.

Rust se acomoda en el asiento y talla sus ojos mirando al frente con el ceño fruncido.

— Tu sigue conduciendo y yo te digo donde detenerte —indica el de ojos azules.

— ¿Con los ojos cerrados? —réplica el de ojos celestes.

— Es instinto.

— ¿Sabes qué te puedo sacar del maldito auto?

— Eso quiero verlo.

— Chicos, podrían por favor no pelear —pido y los dos sueltan un bufido ante mis palabras.

Y en aproximadamente unos veinte minutos más tarde Rust le indica a Niall que detenga el auto, este lo hace sin decir nada y después el pelinegro se baja del auto, da un par de zancadas hasta plantearse frente al único árbol que hay en medio de la nada y después regresa corriendo y se sube al auto rápidamente.

— Dobla a la derecha —indica el pelinegro, yo vuelvo a ver a donde dice y solo logró apenas ver un camino de tierra ir a lo largo.

— ¿Estás seguro? —inquiero un tanto insegura.

Él asiste.

— Si —dice—, hace un par de meses cuando vine aquí, me di cuenta que ese lugar está ubicando justamente entre Nueva York y Washington.

Restart | #1 Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora