VIII

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—Creo que dejaré de vestir como un muchacho de revistas para adolescentes, por ahora vestir como un muchacho de revistas internacionales —comentó Se Hun en voz alta para que Baek Hyun pudiera oírlo a través de la música en alto volumen que habían puesto en el club.

—Estás bien así —le aseguró en un tono similar.

—¡Para nada! ¿Acaso no has visto a los demás? ¡Pensarán que vengo a predicar la palabra de Dios!

Baek Hyun comenzó a reír.

—¡Ya ves! ¡Sabes que tengo razón!

—Yo opino que te ves bien —volvió asegurarle.

—Deberías hacer lo mismo, hermano Baek Hyun.

Y Baek Hyun sabía que Se Hun se encontraba simulando ser un sacerdote, por eso le sacó la lengua de manera infantil.

—¡Idiota! —se burló.

—¡Me has insultado! ¡El club te está cambiando! ¡Ese es mi hermano!

Hasta el momento, Baek Hyun no se había dado cuenta de eso, de que la estaba pasando bien, demasiado bien.

—¿Estás seguro de que estas bebidas tienen coca cola? —señalando el vaso que traía en la mano.

—¡A quién le importa! —decía un aminado Se Hun.

Baek Hyun quiso regañarle, pero esa grata sensación que tenía en su cuerpo solo lo hacía unirse a su hermano para dejarse llevar esta noche.

Las luces cambiando de color, el anfitrión señalando que un grupo nuevo y espectacular tocaría por primera vez en el club causó la euforia entre la multitud. Baek Hyun y Se Hun hacían porras desde su ubicación para subir más la temperatura.

En cuanto el telón se abrió y un ruido de guitarra eléctrica sonó, el público comenzó a chillar, saltar y estar listos para lo que iba a suceder. Bo Mi saludó primeramente a la audiencia con unos sexys movimientos que atrajo silbidos y aplausos por un público mixto. Era una buena señal. Era la señal que necesitaba para comenzar con el show.

Desde su ubicación, Baek Hyun no podía ver detalladamente el rostro del nuevo guitarrista, pero su melena ondeada se movía de un lado a otro mientras sus trabajados y descubiertos brazos tocaban aquel instrumento de una manera que lo tenía pasmado, como siendo suficiente para admitir que Bo Mi tenía razón. El nuevo guitarrista era mejor que el anterior. Mucho mejor. A pesar de verse tan jodidamente ardiente, también se percató que tenía otra esencia, una donde no parecía ser lo que en el escenario mostraba. Baek Hyun no sabía si era el único que pensaba de esa manera. Quizá la bebida había desconectado todos los cables en su cabeza. De repente, eso era.

Se Hun se había dejado invadir por la música. Estaba saltando y gritando desde su sitio que ánimo a Baek Hyun hacerlo también. Bo Mi sonrió animada y le puso más energía a su actuación cuando llegó a ver a sus hermanos estar disfrutando como nunca antes lo habían hecho. Especialmente por Baek Hyun, quien no dejaba de gritar y sonreír como si rompiera sus propias reglas.

Nadie deseaba que la noche acabara, pero todo tenía su fin. La banda tocó su última canción para por fin darse un descanso por más de cinco minutos. Baek Hyun y Se Hun comenzaron a bajar los escalones para reunirse con su hermana detrás del escenario. Pero entre la multitud, ambos se separaron y tomaron caminos diferentes, Baek Hyun por poco y se cae contra el suelo si no fuera por un desconocido que lo sostuvo a tiempo de la cintura.

—Ten cuidado al caminar, lindura —le dijo aquel muchacho de cabello azul como el color de la pintura de la van de Xiu Min.

—Gr-gracias —Baek Hyun a pesar de estar acalorado, sintió un poco de vergüenza.

Se busca guitarrista para la bandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora