XIV

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La idea general era no pensar en lo ocurrido. Tratar de meter miles de recuerdos en su lugar y así no torturarse demasiado. Pero cuando más tratas de alejar algo parece que regresa a ti como un bumerán. No sabes en qué día o a qué hora, pero de que regresará, lo hará, para enseñarte que todavía puedes estar a tiempo de reaccionar. Porque cuando ya es demasiado tarde no esperes que regresé a ti de nuevo. Lo único que te va a quedar será un recuerdo. De ese que será una carga más cuando estés triste, para hacerte sentir aún más miserable y darte cuenta de que vives atrapado en el «qué hubiera pasado...» como una espina que no puedes sacarte del dedo.

Un día estás durmiendo y al día siguiente, cuando despiertas, te das con la sorpresa que hay nieve en la entrada de tu casa. Que el clima cambió y es tiempo de ponerse unas botas de invierno.

Con una nueva estación encima, significaba que un nuevo semestre estaba por comenzar. Varios estudiantes se volvieron a reencontrar para saludarse en bienvenida o también despedir a su último año, pero había otros, como Baek Hyun, que querían siguiera siendo vacaciones. Él nunca hubiera pensado de esa manera otros semestres atrás, pero este, justamente, el penúltimo de su carrera, se sentía diferente. O era que él, quién se sentía diferente.

—Parece que has hecho un buen trabajo en la cafetería. ¿Ves que poner dedicación trae buenos resultados? —le comunicó Kyung Soo cuando se acomodó a su lado—. Harás un buen currículo. Creo que la buena suerte te sonríe, Baek Hyun —siguió hablando sin darse cuenta de que su compañero de asiento no le prestaba ni la más mínima atención.

Baek Hyun dejó de oír y ver a Kyung Soo cuando por la puerta entró Chan Yeol. Fue tonto imaginar de su parte que cruzarían miradas.

—¿Ocurre algo? —le preguntó Kyung Soo por notarlo distraído.

—Solo estoy algo cansado —mintió.

—Jong Dae me contó que estuviste muy distraído los últimos días. A mí parecer, solo pienso que estás desanimado —Baek Hyun se sorprendió un poco de que su mejor amigo lo conociera como la palma de su mano—. Sé que no es usual que sea el que hable mucho, pero sabes que estoy para lo que necesites, ¿verdad?

Baek Hyun quería llorar. Últimamente, había estado tan sensible que empezaba a considerar que su persona se estaba apagando. No tenía ganas de portarse como usualmente se portaba. Ahora solo veía todo en blanco y negro como un canal de antaño.

—Sí —afirmó, colocándose su maleta encima para levantarse de su asiento.

—¿Adónde vas? —le preguntó por aquella sospechosa actitud.

—A donde el viento me lleve —sonrió con sinceridad después de varios días.

—¿Estás seguro?

—No lo sé. Solo sé que me siento asfixiado. Necesito salir de aquí.

—Te daré mis apuntes, descuida. Lo único que te pido es que me cuentes luego que diablos hiciste. Tengo que ver si me alcanza para pagar tu fianza —se burló, y Baek Hyun despeinó sus cabellos a cambio. Eso a Kyung Soo no le gustó para nada.

—Mi venganza —le dijo, para salir rápido fuera del salón.

Ahora que se reveló a faltar a clases por primera vez, salió corriendo hacia el patio para sentir el frío envolverlo. Su nariz pronto se puso roja. Eso le causó reír en lo que buscaba una buena cantidad de nieve donde pueda ir a tirarse y comenzar a cerrar los ojos.

—Te vas a enfermar si te duermes sobre la nieve.

A pesar de que solo a sus cercanos veía a colores, ¿por qué Chan Yeol tenía colores ante sus ojos? Trató de ignorarlo.

Se busca guitarrista para la bandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora