Se busca guitarrista para la banda

XIII

Malas decisiones

La primera vez que vio un encuentro sexual entre hombres fue a los quince años en la casa de un compañero de escuela. Baek Hyun no quería asistir a esa pijamada, pero su madre lo llevó en contra de su voluntad. Por tanto, era uno más rodeando el televisor para ver un vídeo porno que habían puesto. La primera pareja que salió en escena era heterosexual. Se sintió inquieto, pero no tanto como alguno de sus compañeros que tenían una mano dentro de sus pantalones. La segunda pareja que apareció también era heterosexual y así desfilaron unas cuatro parejas más, haciendo que uno por uno o en grupo se fueran hacia el baño a desfogar.

Finalmente, cuando creyó que el vídeo había culminado, salió una pareja de hombres, con diferencia de alturas y de proporciones, para comenzar a darse placer en la cama. Sus compañeros soltaban comentarios en reproche o burla a diferencia de Baek Hyun, quien miraba atentamente cada acción que le causaba escalofríos en el cuerpo. ¿Cómo una cosa tan grande podía entrar en algo tan pequeño? Le daba curiosidad, pero también trataba de esfumarlo. Su madre no debía saber que vio ese tipo de vídeos. Entonces, ¿cómo le explicaría la mancha pegajosa en su sábana?

Cuando aceptó finalmente su orientación sexual, no supo cómo dar el siguiente paso. Se supone que debía estar probando diversas bocas para saber cuál le gustaba más y conseguir experiencia para llegar a segunda base para probar si realmente se dedicaría a esto toda su vida. Pero no había chico que le hiciera olvidar a su inalcanzable amor imposible; David. Era complicado. David era ese empuje que lo trajo a esto. Estaba enamorado. Perdidamente enamorado. Eso creyó hasta qué... Las imágenes de David en su cabeza comenzaron a ser pronto reemplazadas por cierto compañero de clases que lo hacía enojarse con facilidad.

Jamás le prestó tanta atención desde ese incidente en la enfermería. ¿Por qué su cabeza hacía aparecer la imagen de Chan Yeol cuando se sentía tranquilo? ¿Era para hacerlo enojar? ¿Para recordarle que sería un gruñón toda su vida? Su intención no era fijarse en esa persona. ¿En Chan Yeol? ¡Por favor! Debía haber alguien más esperándolo. Alguien que el oráculo predijo para él. Pero aun cuando realmente quería aquello, Chan Yeol siempre aparecía donde fuera que vaya. Era como si tuviera un reloj que le indicará la hora en la cual podrían encontrarse. No importa qué lugar fuera, Baek Hyun sospechaba que Chan Yeol estaría allí, muy puntual.

—¿Dónde... —alzó apenas su cabeza para dar una mirada a su entorno. Tenía su vista medio borrosa, por lo que talló sus ojos para observar mejor y levantar la espalda del colchón tras haberse sorprendido—. ¿Qué? —parpadeó, debía ser un sueño, pero por más que cerraba y abría sus ojos se veía en la misma habitación. De repente, su mirada viajó hacia su cuerpo, sobresaltando enseguida por verse desnudo. Una punzada repentina sintió en su espalda baja cuando trató de salir de aquella cama. El miedo se instaló en su rostro.

Su cuerpo cansado por lo que hubiese hecho anoche, en esta cama, lo tenía mirando el techo para pensar cómo le explicaría a su familia que se acostó con un desconocido y por eso no llegó a casa anoche. También reflexionaba cómo le explicaría a su futuro esposo que no guardó su castidad como seguramente él lo estaba haciendo. Ese sueño ya estaba roto. Desecho como la posibilidad de hacer una familia. Ahora debía imaginarse tan solo teniendo gatos y perros, muchos gatos y perros. Posiblemente, Baek Hyun cambie su carrera y sea veterinario. Así tendría perros y gatos a montones. Ese sería su nuevo sueño.

Justo en ese momento, la puerta de la habitación se abrió para dar paso al causante de todo esto. Baek Hyun se cubrió con la sábana hasta su rostro. Mientras pasos se podían oír estar acercando hacia donde se encontraba. Otro peso a los minutos se sintió en la cama, Baek Hyun sudaba frío, una mano fue a parar a sus descubiertos cabellos para propiciar suaves caricias que no pudieron hacerlo seguir permaneciendo en silencio.