XXI

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Una boda de reconciliación

Deseó no haber ido con ellos hacia aquel restaurante y estar sentado en aquella mesa, esquivando las miradas de Chan Yeol cada vez que se cruzaba con sus ojos. Estaba tan incómodo hasta para meter un bocado de comida a su boca. Sonreía falsamente por tener que darse cuenta de que Chan Yeol se encontraba saliendo con otra persona. Así se lo hizo entender Lin Shu Wei en la conversación que tuvieron, en las interacciones que veía y cómo Chan Yeol parecía obedecer a todo lo que se le pidiera.

Trató de no verse afectado durante la comida hasta no estar en su departamento. Incluso resistió no caer en la petición de Chan Yeol para intercambiar números. O haberse negado siquiera a aceptar encontrarse con él en una cafetería sin la compañía de otros.

Jugaba nerviosamente con sus dedos cuando se encontró en la entrada de la cafetería. Dos puertas transparentes lo separaban de entrar y saber que estaba cometiendo un error. Se lo pensó por varios minutos. Aunque finalmente quiso probarse a sí mismo de que podía compartir una mesa con Chan Yeol como si fuera lo más normal del mundo. Sin verse inquieto. Sin esquivar sus miradas. Y poder intercambiar palabras sin que tuviera esas ganas de no tocar el tema. Por ello, a paso firme abrió una de las puertas para ingresar y seguidamente buscar con su mirada la locación de Chan Yeol, quien apenas lo vio, le regaló de esas sonrisas que aún seguían derritiendo su corazón.

—Hola —lo saludo en el momento que tomó asiento en la silla que se ubicaba enfrente de él. Compartiendo así un encuentro de miradas antes de que Chan Yeol alcé una mano para llamar a un mesero del local.

—¿Qué vas a pedir? —le preguntó en lo que echaba una rápida mirada hacia la carta. Baek Hyun ni siquiera podía actuar de la manera que él lo hacía; tan relajada, como si no se viera afectado de que un encuentro así se esté dando—. Baek Hyun —lo llamó, por notarlo distraído, y porque el mesero estaba esperando su orden.

—Lo mismo que él —mencionó, a pesar de que ni siquiera sabía lo que se había pedido. Él solo no tenía ganas de leer la carta. Tampoco estar sentado en ese lugar. Pero no podía retractarse. Y huir menos aún.

En cuanto el mesero se marchó, Chan Yeol volvió hablarle.

—Me gusta venir a este sitio regularmente. Es muy acogedor y agradable, ¿no crees?

Baek Hyun ni siquiera se había dado el tiempo de mirar el sitio. Desde que llegó solo tuvo ojos para Chan Yeol. Y era debido a su comportamiento que no lo dejaba de asombrar. ¿En verdad no se sentía afectado para nada? ¡Ah, cierto! Tiene novio. ¿Por qué se le olvidó ese detalle?

—Un buen sitio para pasarlo en pareja —comentó a la ligera, y si no fuera por la boca abierta que tuvo Chan Yeol en respuesta no se hubiese dado cuenta de sus palabras. Una vergüenza lo invadió hasta las orejas en el instante que se corrigió o trató de cambiar el tema—. D-digo... sí, un agradable, un agradable sitio.

Para su buena suerte, Chan Yeol decidió pasar lo ocurrido para seguir hablando de otro tema. Aunque Baek Hyun no pudo negar que se sintió un poco decepcionado de que sea verdad que Chan Yeol andaba de pareja y que este incidente no le afectaba ni en lo más mínimo.

—Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi y ahora te ves... —cortó sus palabras para quedar viéndolo por unos minutos. A diferencia de la primera vez que se encontraron y la cena que hubo después en el restaurante, Chan Yeol recién apreciaba detenidamente los rasgos de Baek Hyun. De una manera más personal. Donde lo observaba como si quisiera memorizarlo. Baek Hyun había cambiado lo mínimo desde la última vez que lo vio. Eran tan jóvenes. Pero ahora, con un aspecto más maduro pudo darse cuenta de que Baek Hyun seguía siendo hermoso. Con un poco más de relleno en las mejillas, pero aun así no dejaba de verse como lo recordaba.

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