XIX

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Su madre estuvo cuidando de él durante la noche y al día siguiente por su cuerpo haber sufrido los estragos de caminar sin paraguas en medio de la lluvia. Baek Hyun cogió un fuerte resfriado que le produjo una fiebre alta y estuvo inconsciente en su cama por más de varias horas. Recién, cuando percató que se sentía lo suficiente consciente para moverse solito, tomó su teléfono móvil. El cual se encontraba encima de su mesa de noche. Miró primeramente la hora y luego la cantidad de mensajes y llamadas que tenía.

No pudo evitar sorprenderse.

Tuvo dos llamadas y tres mensajes de Kyung Soo, cinco llamadas y diez mensajes de Jong Dae, dos llamadas y un mensaje de Se Hun, seis llamadas y cuatro mensajes de Bo Mi y diez llamadas y veinte mensajes de Chan Yeol.

Reviso primeramente los mensajes de Chan Yeol. Algunos fueron de la noche anterior, asegurándose de que llegara con bien a casa, otros sobre lo mucho que le quería y uno que decía encontrarse esperando en el aeropuerto hasta que llegara para despedirse. El último mensaje fue: Sé feliz, Baek Hyun. Vio la hora y sus lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. El mensaje fue enviado al mediodía y eran ya las cuatro de la tarde. Intentó mandarle un mensaje o llamarlo, pero todo indicaba que tenía el teléfono apagado.

Lloró aún más cuando empezó a oír los audios que le dejó en su casilla de voz, se encontraba en un principio animado, pero poco a poco su voz se fue apagando tras estar pidiendo por qué viniera a verlo, que le esperaría, que hasta atrasaría su viaje con tal de verlo por última vez. Pero era imposible. Con las horas que habían transcurrido era imposible que siguiera esperándolo.

Sus ojos se mantuvieron muy rojos y pesados que ya ni podía cerrarlos. Ni siquiera podía ver bien. Se sentía con los ojos más rasgados de lo habitual. Ya no tenía más lágrimas que soltar. Se había secado como una flor en un clima caluroso.

—¡Por qué diablos no contestas tu teléfono móvil, Baek Hyun! —gritó su hermana en el minuto que de una patada abrió la puerta de su habitación—. ¡Por tu culpa perdí al guitarrista de mi banda! —siguió quejándose, sin prestar atención al estado de su hermano.

—Bo Mi... —susurró.

—¡Era el mejor! —protestó, chocando sus puños contra el colchón donde se fue a sentar.

—Bo Mi...

—¡Era tan perfecto!

—Bo Mi...

—¡No sé si encuentre alguien como él!

—Bo Mi... —continuó insistiendo.

—¿Qué quie... ¡Diablos, Baek Hyun! —expresó asustada por el estado en el que notó a su hermano—. ¿Quieres que llamé a mamá? ¿Qué te ha pasado? —empezó a preocuparse.

—¿Puedes guardar silencio? —le pidió por estar cansado de que lo haga sentir más miserable.

—¿Has... —no terminó sus palabras, ya que lo vio por sí misma, Baek Hyun comenzó a llorar, dándose cuenta de que aún tenía lágrimas para soltar. Bo Mi se apresuró en abrazarlo con fuerza para reconfortarlo—. Baek Hyun, lo siento mucho.

Durante todo ese tiempo su familia y amigos trataron de animarlo. Tuvo paseos y cenas familiares. Fue al parque de atracciones, al acuario y de campamento con sus dos mejores amigos. Trabajo durante la temporada de invierno y de verano para distraerse. Hasta que por fin consiguió tener casi a la normalidad su estabilidad emocional cuando recibió su cartón de graduación. Baek Hyun había terminado por fin la universidad. Graduándose con honores. Y con un futuro prometedor.

Kyung Soo le comunicó días después que en una semana y media viajaría a China para emprender una cadena de cafeterías en aquel país, ya que su hermano se estaba dedicando a expandir el negocio en Japón.

Se busca guitarrista para la bandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora