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Normalmente tú dirías que eres una persona común en la sociedad.
¿Sabías que entre esas personas que piensan de esa manera son totalmente diferentes a lo que tú puedes imaginar?.

Pues no me creerás si te digo que las hay. Como el caso de JongHyun, un recién graduado de pedagogía, quién comenzará  a dedicar su vida en leer  garabatos de los infantes, enseñándoles acerca de los estudios.

Ahora mismo necesitaba un buen trabajo que le favorezca, para su futuro por lo que decidió solicitar empleo a varias escuelas, pero por el simple hecho de que era un antes estudiante, no confiaban en él (por no tener un buen historial).

''Primaria Seúl''
Leyó aquel sujeto en ver el nombre de la escuela a la cual entraría.

-al parecer, los fundadores no tuvieron una buena idea al escoger el nombre para su institución.-se dijo a sí mismo el sujeto que recién entraba a la sala del director.

-Kim JongHyun. ¿Es verdad?, hace un mes que te graduaste. Veintitrés años ¿cierto? No tienes ningún antecedente con niños. Sin embargo, tus calificaciones son realmente buenas. Lo cual indica que eres profesional. Estás contratado. Un profesor  está a punto de jubilarse, por lo que podrás dar esa clase.

-¿de verdad? ¡Wow! Le prometo que daré lo mejor de mí, no se arrepentirá.

Dicho aquello, ambos estrecharon sus manos cerrando el trato con algunas firmas en papeleos.
Ya que en una semana más JongHyun daría su primera clase.

Los siete días pasaron volando, como un colibrí, ya que era demasiado veloz y no sentía que días eran.

El lunes había llegado, por lo que JongHyun se había levantado con tantos ánimos e incluso antes de que su despertador sonara.
Realizando su rutina matutina, desayunó, se duchó y se vistió adecuadamente para irse a su nuevo empleo. No sin antes despedirse de su madre, pues como puedes leer, aún era un recién graduado y seguía viviendo con aquella persona. Sin embargo ese día sería el mismo en que al fin le darían las llaves de su nuevo hogar.
No muy lejos de donde se ubicaba la escuela de Seúl.

Al llegar observó como las alumnas del último grado sonreían viéndolo. Y otras profesaras también hacían el mismo gesto, eso sin contar que los profesores miraban extrañados a su nuevo compañero.

Se dirigió a la sala de maestros donde fue bienvenido por todos allí, teniendo una parte de saludos. Pero no duró mucho ya que él era el profesor más joven que impartiría una clase con su corta edad y gracias a ello, tenía un cutis perfecto y el cuerpo se podía  decir que estaba mejor formado que el profesor de deportes.

-buen día señor Kim. Ahora mismo le presentaré la clase donde será usted el tutor. Sígame a quinto año en el salón dos.-habló el profesor saliendo de la sala de maestros con las campañas de fondo, anunciando que las clases estaban dando su comienzo y las puertas de la entrada cerrarían.

-clase, como pueden ver tienen un nuevo profesor, por lo que les pido que presten atención a sus palabras ya que también será su tutor de clase.-presentó el director de aquella institución mientras que el sujeto hacia una reverencia formal ante su nueva clase.

-¿puedo pasar? Fíjese que había mucho tráfico y no podía pasar.-un alumno hablaba un poco agitado mientras miraba la situación.

-Choi MinKi llegando tarde como siempre, todos sabemos que vienes caminando. Te quedarás unos diez minutos, que ese fue tu retraso a limpiar ¿de acuerdo?. Adelante toma asiento.

El Niño sonrío dirigiéndose a su asiento mientras se escuchaban murmullos de sus compañeros hablar y reírse del sonriente chico con cabello largo.

Amour Non Partagé (JREN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora