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Se podría decir que las mejores semanas de la vida para MinKi estaban llenas, aquel día de aniversario recibió su primera vez teniendo sexo con el chico de su vida, estaba bien decidido aquel hombre será con quién compartirá toda su vida perfecta y feliz en cada momento no se separaría de él.

Así mismo ambos estaban más felices cada día saliendo ambos de sus trabajos tenían una cita romántica podía ser en casa o una simple salida a comer en algún lugar de la ciudad, etcétera.

A pesar de que JongHyun hablara con SuBin algunas pocas veces en secreto aún mantenían su chat activo pues se escribían mientras el chico estuviera en su trabajo o en cualquier momento donde no se encontrará con su menor.
En  el mundo de MinKi todo era felicidad viviendo la vida de rosa cómo los cuentos de hadas creyendo en su amor y sintiendo lo bien en que ambos controlaban la relación a la perfección según el amor tal cual como aquel libro de la literatura con Richard Templar.

Pues al igual que ilustra la portada de este su amor brillaba tal cual lo rosado que se le caracteriza, y tan fuerte como la pasión del rojo.

Ambos sujetos se encontraban amarrados por la lujuria y el placer besándose con desesperación mientras entraban a casa y su mayor razón es que MinKi venía realmente molesto debido a problemas que había tenido con una clienta en su trabajo atendiendo, la chica se molestó tanto que rompió una enorme maseta de cerámica así que MinKi tuvo que pagarla quitándole su sueldo semanal. Su enojo era tan grande que ni se atrevía a hablar con JongHyun pero por ser su pareja no pudo ocultarlo y contó cada detalle así que el moreno con todo el atrevimiento del mundo había colocado su mano sobre la rodilla del menor. MinKi mal interpretó un poco pero logró sonreír pasándose solo un poco pues él mismo colocó su mano en el muslo del mayor muy cerca de su cadera.
JongHyun no podía controlar su cuerpo pues la mano del castaño se encontraba a centímetros de la entrepierna de este mismo así que en cada semáforo en rojo aprovechaban el momento besándose, MinKi de igual manera ya era un diablo sexual así que tomando el control del mayor, bajo la bragueta de el pantalón del conductor logrando sacar con mucho cuidado de no provocar un accidente de su pene.

Estacionándose en casa el miembro erecto de ambos ya estaba al tope en el máximo nivel así que volvieron a besarse pues a JongHyun no le importaría hacerlo en el auto.

-Vamos a casa, no dejaré que gente que pase vea mi cuerpo con el tuyo.-Si, el menor quería privacidad para si mismo, así que de forma rápida salieron ambos para adentrarse a casa continuando sus besos mientras caían al sillón.

Cuando ambos cuerpos cayeron en ese mueble, uno en cima del otro se miraban con lascivia extrema.

JongHyun colocó sus labios dejando varias marcas de que su MinKi era totalmente suyo provocando que retirara aquella camisa polo rosada que tenía puesta el menor para así mismo toparse y disfrutar del pezón del chico como si fuera una mujer a pesar de que igual manera se excitaban ambos.

El momento en que sus pantalones no fueran necesarios lo retiraron lanzándolos por cualquier sitio disponible, en ninguna circunstancia se dieron cuenta de que JongHyun ya tenía rota su camiseta de trabajo blanca que traía y su corbata estaba toda mal acomodada dejando ver su perfecto abdomen sexy como a todos le gustan verlo. Pero en special MinKi.

La ropa interior solo fue necesaria para atraer la excitación a otro nivel más fuerte, y a pesar de él menor tuviera aquellas bragas femeninas ponían de una manera muy libídene se sentían enamorados hechos uno para el otro, no querían perder aquel enorme amor que había entre ellos pues para ser verdadero necesitaban convivir entre tantos años juntos ¿No? Y ahora...al fin estaban uniéndose por segunda ocasión en la vida del menor.

Amour Non Partagé (JREN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora