Extra #2

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Segunda semana

Mi alarma sonó a las 6:30, lo que significaba que era hora de levantarme.  Vi a Jared echado en su cama totalmente dormido y la verdad que dudo mucho que alguien en este preciso momento lo despierte.  De seguro ha tomado lo suficiente ayer en la fiesta como para despertar en la hora de almuerzo.

Fui al baño para darme una ducha rápida.  Mi primera clase empezaba en una hora exacta, así que me tomé el tiempo medido para disfrutar de mi ducha.

Mi primera clase de esta semana era "análisis y diseño de estructuras", el mismo nombre me indicaba que la materia sería interesante.  Felizmente logré convalidar algunas materias que ya había pasado en mi anterior universidad para no tener que repetirlas aquí.

Luego de vestirme, salí de la habitación sin molestarme en no hacer ruido, pues Jared ni con el sonido de mi alarma despertó.

Los pasillos vacíos.  Dos opciones, o todos siguen durmiendo y no les importan sus clases o algunos tienen clases más temprano.  Me quedé con la primera opción puesto que creo que nadie pasa clases a las cinco de la mañana.

Primer error mío, todos estaban en la cafetería comiendo el desayuno de una forma apresurada, ya que las clases empezaban en menos de veinte minutos.  Fui directo a una máquina dispensadora y simplemente elegí un paquete de galletas de chocolate; mucha hambre no tenía.  Y con mi paquete en una mano y mi cuaderno en la otra, me fui directo al salón a esperar a que empiece la clase.

Doce personas, contando conmigo estábamos esperando a que llegue el docente respectivo, escuché la voz de alguien que de alguna forma pude reconocer al instante.  Giré mi cabeza de manera disimulada hacia atrás y me encontré a Vanessa, riendo junto a un chico.  Al principio no se percató de mi presencia, pero creo que luego de un tiempo decente se dio cuenta que alguien la estaba viendo, así que ni bien ella dirigió su mirada hacia mí, yo volteé inmediatamente.

- Hola - Resulta que se acercó y se sentó al lado mío - Niall, ¿cierto?

- Sí. 

- Oye, quería agradecerte, ahora que estoy sobria, por lo que hiciste anoche.  Fue muy amable de tu parte.

- No te preocupes, no podía dejarlas simplemente en el estado en el que estaban.  ¿Cómo amaneciste?

- Mucho mejor.  Bueno, con un poco de dolor de cabeza, pero ya pasó.  No vuelvo a tomar como ayer.

- Así que también estudias arquitectura - Lo dije más como una afirmación que como una pregunta.

- Sí, y aparentemente tú igual.  Pues, bienvenido compañero.  Dicen que esta clase es divertida y muy interesante.  ¿No te molesta que me siente contigo o si?

- No, tú tranquila - Le sonreí.

A los segundos, llegó el docente.  En toda la clase, Vanessa y yo no volvimos a hablar.

...

Muero de hambre, y eso que hace unos diez minutos terminé mi almuerzo.  Literal estaba sentado en un banco solo viendo a los demás estudiantes convivir entre ellos.

Sigo sintiendo una sensación extraña, ya que aún no logro adaptarme al 100% pero eventualmente lo haré; la verdad es que me cuesta un poco hacer amigos, supongo que eso significa que soy algo inseguro.

- Hola amigo, no te vi más en la fiesta - Escuché a Jared.

- Pues, empecé a recorrer la casa por un rato y luego me fui.

- ¿En serio?

- No porque quería irme en realidad, bueno, tal vez un poco.  Pero llevé a unas chicas a sus habitaciones porque estaban muy mal.

- ¿A quiénes?

- La verdad, ahora no recuerdo muy bien sus nombres.  Sólo el de una de ellas.

- ¿Si? ¿Quién? - En ese momento la vi pasar, caminaba mientras hablaba por celular con alguien, aparentemente no disfrutaba de la conversación por el simple hecho de que su expresión en el rostro lo demuestra - ¿Hola? Niall, amigo, ¿a quién ves? - Jared voltea y se percata - ¿Vanessa?

- Sí, ella.  A ella y a sus dos amigas las llevé.

- Es linda, sólo que tiene ciertos problemas.

- ¿Qué clase de problemas?

- Familiares más que todo.  Aparenta estar bien, pero la verdad es otra.

- ¿Y eso cómo lo sabes?

- Salí una vez con Amanda, una de sus amigas.  Me contó algunas cosas porque no sabía cómo ayudarla.  A veces, en realidad muchas veces, las personas ocultan sus demonios porque piensan que de alguna forma podrán combatirlos solos.

...

Menos mal que no hay un toque de queda en la universidad, ya que en este preciso momento me encuentro en el mismo banco a las nueve de la noche pensando.

En eso me entra una llamada.

- ¿Hola?

- ¡Niall! - Reconocí la voz de Harry - ¿Cómo te va?

- Harry, me va bien.  Aquí adaptándome poco a poco a la nueva universidad.  ¿Cómo estás tú?

- Pues bien.  En realidad de maravilla.

Estuvimos hablando como unos diez minutos, poniéndonos al día sobre lo que está ocurriendo allá.  Extraño mucho a mi familia y a mis amigos.  Lo bueno es que nunca faltan los mensajes que me ayudan a subir el ánimo.

Luego de despedirnos, me levanté para ir a mi habitación, estaba un poco cansado y con algo de frío.  Caminé hasta que escuché un sollozo, de una chica para ser más exactos.  Seguí el sollozo hasta un pequeño rincón, encontrándome con Vanessa, quien claramente estaba llorando y puedo decir que de algo muy importante.

- ¿Vanessa?

Se sobresaltó - Niall, ¿qué haces aquí?

- Pues, ya estaba por irme a mi habitación pero escuché un sollozo.  ¿Qué ocurre?

- Cosas mías, no te preocupes.

Me senté a su lado - No me gusta ver a las chicas llorar y tampoco me gusta no poder hacer algo.  Pero si te sirve algo de ayuda, puedes contarme.  Sé que apenas, bueno, no nos conocemos para nada a excepción de nuestros nombres y la carrera, pero si en verdad necesitas desahogar todo lo que te está atormentando, estoy aquí.

- Gracias Niall, que tierno.

- Lo digo en serio.  No es por presumir pero mis amigos dicen que soy una persona muy confiable.

Sonrió - En serio gracias Niall.  


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⏰ Última actualización: Jan 22, 2019 ⏰

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