Capítulo trece.

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—Debemos irnos—anuncié. No quiero que me crea una acosadora. Por cuarta vez.

—No, no y no—mueve su dedo índice de un lado al otro frente a mis ojos—.
Prometiste quedarte. Así que ahora lo harás.

—No, Lena. Creo que ya debo graduarme de acosadora.

—Pero si no le hablas ni lo miras, no pensará eso.

—Igual no me quedaré.

—Lo harás. Yo tengo las llaves del auto, nos fuimos a una supuesta piyamada. Además si vas a tu casa tu madre te tratará de mentirosa y no volverá a confiar en ti. Ni tampoco tienes dinero suficiente como para pasar la noche en un hotel.

Ladeo la cabeza, pensando.

—Odio cuando tienes razón—dicho esto, seguimos caminando.

Cuando pasamos por la piscina donde se encuentra Andrew y Hannah, finjo estar totalmente entretenida hablando con Lena.

—Amy—llama Hannah, creo, y sigo caminado haciendo como si no escuché nada.

—Amy—esta vez es la voz de Andrew, pero mis pies no obedecen a mi mente y  me detengo en seco.

Volteo y me encuentro al hermoso chico de ojos verdes sonriéndome al igual que su hermana. Son tan parecidos. Tanto en lo físico como en lo personal.

Pero luego recuerdo lo que vi en el cementerio y maldigo en mis adentros.

—Mejor los dejo solos—susurra Lena en mi oído y se va con una antigua compañera nuestra que ni siquiera se molestó en saludarme.

—Andrew, Hannah—sonrío incómoda—. ¿Qué hacen aquí?

—Necesitabamos divertirnos—la rubia se encoje de hombros—. ¿Y tú?

—Lo mismo.

—Ven con nosotros—invita ella.

Doy un paso pero me detengo al recordar que no me cambié.

—Debo cambiarme.

Y apenas dije eso, Hannah salió de la enorme piscina.

—Te acompaño.

Se puso los zapatos y caminó a mi lado hasta llevarme a alguna habitación que no esté ocupada.

—Es aquí—indica y señala la puerta blanca de la casa. Casa no es una palabra correcta, más bien es una quinta.

Me visto y saco mi maquillaje antes de que mi rostro se transforme en un desastre facial.

Cuando termino, abro la puerta revelando a una Hannah temblorosa a causa del frío.

—Lin-da Bi-i-ki-niii—tartamudea.

—Gracias, mejor vamos antes de que te agarre una hipotermia.

Asiente y caminamos hacia la piscina que no se encuentra muy lejos de ese baño.

El chico rubio que está con Andrew me examina de arriba a abajo lo que causa que me apure para meterme dentro del agua.

Qué raro que Lena no vuelva, considerando el gran físico del rubio.

—Se siente raro estar con ustedes, otra vez.

—Agradécele a las latas de durazno. Sin ellas mo hubiera pasado nada de esto.

—¿Latas de durazno?—pregunta el rubio que aún no me sé su nombre.

Y así le contamos la incómoda y vergonzosa historia de cómo nos conocimos y nos encontramos tres veces...en un solo día.

—Eso es lo más raro que me han contado

Asienten y yo me sumerjo en el agua así refresca mis sonrojadas mejillas.

—¿Nadas, Amy?—pregunto el rubio llamado Gabe.

—Sí. No muy bien, pero lo hago.

—¿Nos haces una muestra?

Niego con la cabeza.

—Vamos, Amy. Estoy aburrido. ¿Por qué no hacemos todos lo mismo?

—Si todos lo hacen, sí—propongo—pero empiezas tú.

Asiente y sonríe pícaro. La única sonrisa que tiene al parecer, la sonrisa de superiodidad.

Hace un par de piruetas en el agua que nunca me saldrán. Creo que no propuso esto para divertirse, sino que lo hizo para destacar.

Luego Hannah, que hace lo normal y Gabe la burla. Siento que conmigo hará lo mismo.

Andrew, que hace lo mismo que el presumido Gabe y más. Lo aplaudiría, creo.

Y finalmente yo. Patada de trol y esas cosas. Luego trato de hacer 'mariposa' pero me cuesta debido a la falta de práctica.

—Tienes un problema con el movimiento de cintura—dice Andrew, creo que por eso no logro hacerlo.

—Sí...supongo.

—Deja que te ayude—No, no quiero su ayuda.

—N-no-tartamudeo—. No es importante.

—Sí, si lo es.

Se acerca a mi y sin previo aviso noto que Hannah y Gabe se van. ¡No! ¡Sola con Andrew no! ¡No otra vez!

Al parecer Hannah es peor que Lena...

—El problema es aquí—coloca sus manos alrededor ds mi cintura causando que se me erice la piel-. Estás tensa, relájate.

Tú me pones tensa, estúpido.

Mi mente dice ¡No me toques! Pero mi cuerpo se derrite al sentir su tacto y lo deja seguir.

Le doy una última mirada para descifrar su intención. No hay perversión, ni otra emoción en sus ojos, se ve muy concentrado en lo que sea que piense.

Sin aviso alguno me voltea por la cintura y choca sus labios con los míos. Mis labios savorean los suyos sin poder creer que esté pasando.

Aún no lo creo. No puedo creer que nos estemos besando tiernamente.

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Hoy se cumplieron dos profesías

•Es 31 de Agosto ahora y estoy subiendo el capítulo trece.

•AgusWiggeta dijo que se besaban en el cap 13, y tenía razón.

Gracias por leer C':

En un día de San Valentín.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora