El día que menos espero, que más odio y que pasa cada vez más lento. El día de San Valentín.
Si bien no sufro por amor, pero tampoco sufrí, el día me molesta. Si bien no me gusta nadie, me sigue molestando. Mientras más tiempo me lo pase encerrada en mi habitación, mejor.
Ni siquiera tengo la compañía de mis amigas. Ellas están por ahí, de paseo junto a sus novios. Les dije que no se preocuparan por mí, que estaría bien. Y sí que se lo tomaron en serio.
En este momento estoy haciendo el dibujo de unas flores extrañas que vi en internet. Me gusta dibujar, me distrae.
Pero que me guste no significa que en la escuela me guste la materia. Y en cualquier momento tendrían que empezar las clases. Y no quiero volver, quiero disfrutar de mi verano.
Con tan solo pensar en el regreso a clases, me sacan las ganas de vivir en este momento. Chismes, noviazgos, tarea, estudios, proyectos, compañeros nuevos. Todo. Y todo es malo para mí.
Faltan tan pocos días para que finalicen mis vacaciones…mejor no pensaré en eso. Mejor me distraeré con comida.
Y no, no soy gorda física, soy gorda mental. Por mas que coma mucho, tengo peso medio, y con eso me conformo. Después de todo, no me preocupa atraer a nadie.
Se siente lindo estar en este día pensando en comida, y no en antiguos amores que nunca tuve. Me enorgullezco de mí misma.
—Amy—grita mi madre desde la cocina, llamándome.
—¿Qué pasa?—pregunto sin ni siquiera molestarme en moverme.
—Sal a hacer las compras, no hay…
Con tan solo eso dicho, me paro de un salto para enfrentarla. No quiero salir hoy en mi día de encierro ¿Cuánta hipocresía recibiría si voy?
—No voy a ir—me cruzo de brazos.
—Sí que lo harás, a los padres se los obedece. Ahora cámbiate el piyama y ve.
—No quiero ir…no en este día.
Mi madre coloca las manos sobre su cintura, con una postura de fastidio.
—¿Miedo a la soledad?—pregunta con una sonrisita.
—No, miedo a la hipocresía y a las burlas.
—Si estás sola es porque estás esperando lo que te mereces.
—Exacto. Soy mucho para todos, incluso para ser tu hija.
Ríe.
—Enseguida cerrará. Deja de hacer tiempo y ve a comprar por favor. O no comeremos esta noche.
Bajo los hombros, iré igual o sufriré las consecuencias de no comer.
Me visto simple. Jean azul un poco ajustado, camiseta negra de “keep calm and sleep” y converse negras con blanco.
—¿Y si me secuestran?—pregunto a mi mamá insistente.
—Te devolverán. Ahora ve.
Me tiende la lista de compras y la tomo. Odio salir de mi casa, es lo peor.
Y así, comienzo a caminar hasta el mercado, esperando que este día termine rápido.
ESTÁS LEYENDO
En un día de San Valentín.
Novela JuvenilSinopsis. El día de San Valentín. Deprimente, cursi o hermoso, depende de qué manera lo veas o cuál sea tu estado. Amy, una chica “normal” de dieciséis años de edad, no es tan normal, ya que no le gusta ningún chico, los demás no la podrían definir...