Capítulo dieciséis.

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Desperté y no pude sacar de mi cabeza todo lo que había pasado. Esta no soy yo.

Nunca había besado a alguien de esa manera, ni tampoco dejar que se me acercara de esa manera.

Estaba en la casa de dos personas que apenas conozco ¿Y si son traficantes de órganos? ¿Narcotraficantes? Siempre tuve la habilidad de pensar lo peor.

También acepté ir a una fiesta, donde solo conocía a Lena y algunas compañeras. Sin contar a Andrew y a Hannah.

¿Quién soy? ¿Por qué me demuestro débil frente a un chico? ¿Qué me está pasando?

Esto está mal, y lo sé. Pero sigo sin entender porqué actúo de esta manera.

Necesito liberar mis pensamientos, está claro que los demás, ni siquiera Lena, sirven de consejeras. Esta es una situación en la que me tengo a mí misma.

Me levanto de la cama. Anoche me puse la bikini para dormir, no tenía piyama y el vestido es totalmente incómodo. Además, nadie me vería.

Camino hacia la enorme ventana y la abro para ver la vista del hermoso balcón. Este tiene la vista a la calle, pero según mi reloj, son las once y media. Y en verano para todos esto es "temprano".

La calle está desierta, exceptuando por las familias que se despertaron antes y desde aquí se los puede ver haciendo las típicas tareas de la casa. Lo bueno es que no me prestan atención, están concentrados en lo que sea que hacen.

¿Hannah y Andrew se habrán despertado? No, no lo creo.

¿Qué mierda me está pasando? Yo no era así, la antigua yo hubiera esquivado el beso de él en vez de seguirlo. No sé qué me pasa.

Siento que estoy actuando como una completa puta, aunque me pase esto con un solo chico, pero igual. No me gusta actuar de esta manera y no puedo evitarlo.

Repentinamente, siento unos fuertes brazos que me abrazan por detrás, rodeando mi cintura (Nota de la autora: y no, no se la apoyó pequeñas pervertidas, puedo leer sus pensamientos). Era el típico abrazo tierno que podías ver en las películas, como en Titanic, sólo me faltaba extender los brazos y sentir como sopla la brisa en mi cara, aunque no puedo, ni siquiera hay viento.

— ¿Qué es lo que estamos haciendo?—pregunto y descanso mi cabeza en su brazo. Dejándome llevar por, seguún yo, el cansancio.

—Creo que es lo que sentimos que queremos hacer.

— Pero...no lo sé, apenas nos conocemos y ya estamos en esta situación. Es loco.

—Lo sé...aunque no lo creas me siento un mujeriego.

—Y yo una completa puta. ¿Qué estamos haciendo con nosotros mismos?

—Ya lo respondí, Amy. Es loco lo sé, pero piensa, es amor es loco en sí.

Eso me tomó por sorpresa, tanto que se me erizo la piel. Sonríe al percatarse de lo que causa en mí.

—Entremos, tengo frío—pido aunque sé que es mentira.

Sin dudarlo me acuesto en la cama como si no hubiera dormido nada, mis pensamientos me estresan, u hormonas, o lo que sea que me haga actuar de esta manera.

Mi celular zumba y antes de que lo siga haciendo, lo coloco en mi oído sin fijarme quién es.
Andrew abandona la habitación con una sonrisa dibujada en sus labios.

—¿Hola?

— ¡Amy! ¿Y? ¿Pasó algo? Para mí que ni siquiera dormiste.

—Lena, pervertida de mierda. ¿Dónde estás? Me vienes a buscar ahora.

Ríe, la desquiciada.

—De acuerdo...de seguro me agradecerás, valió la pena quedarse en casa.

—¿No te fuiste a lo de Liam hija de puta? Ya verás.

—Ups. Me lo agradeces por dentro. Yo sé que lo hicieron...

—¿Qué? No. Que no soy puta Lena. Vienes ahora.

—Es el siglo 21, Amy. Estoy en camino.

~*~*~*~*~

Lena vino en mi búsqueda y yo,enojada, subí al auto.

—¿En serio, Lena? ¿En serio?—es lo primero que digo. De tan apurada que estaba me puse la ropa de ayer y apenas pude despedirme de Hannah por el servicio.

—¿Qué? Cualquiera hubiera deseado una amiga así.

—¡Pero yo no! Mierda. Yo sé que siento algo por él. Pero si tenemos algo quiero que sea algo serio ¿Sí?

—El chico no se acerca a ninguna chica, excepto a ti y a su hermana.

—Lo sé, pero quiero saber si tuvo novia y la sigue amando. Porque el día que fui al cementerio vi una dedicatoria muy romántica, creo—cuento rápidamente—. Y era de él a Anabelle Pattinson y le estoy pidiendo que me cuente quién era desde ayer y no me lo dice. ¿Qué puedo pensar Lena? Tiene que ser la novia y no creo poder salir con un chico que perdió a su novia y todavía no sale de esa etapa para que preguntes por ella y se ponga triste. ¿Y si me usa para olvidarse de ella? No quiero eso.

Lena asintió a cada palabra y yo puedo sentir mis nervios explotar, pero al fin me liberé y eso era lo que necesitaba.

Todo lo que necesito es un puto consejo en vez de un "Te entiendo, es horrible" por que no saben lo que se siente.

—Amy, perdona. Hace mucho no hablamos bien o de cosas serias. Y esta es una, sabía que te pasaba algo con él pero no que sentías miedo, pero si que le tienes afecto. Perdona, si te hubiera preguntado no hubieras pasado ese momento incómodo. Mi culpa.

—No Lena, no te disculpes. Sólo querías darnos un empujón, lo entiendo.Es mi culpa , por no contarte antes, sé que puedo confiar en ti y no sé porqué no lo hice.

—De las dos, creo. ¿Adónde quieres que—mi celular zumba y la interrumpe y lo agarro para luego colocarlo en mi oído, sin fijarme quién es.

—¿Hola?

— AMY. ¿Dónde te metiste? ¿Dónde estás?

Mierda, mierda, mierda. Es mi madre y parece enojada. Mierda.

En un día de San Valentín.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora