04; Kheit Tomlinson Styles

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Louis terminó quedándose en el hospital por cinco días, en esos cinco días, Harry estuvo a su lado en cada oportunidad, iba al trabajo, corría a casa y luego volvía para quedarse en las noches con él. Fue agotador, estresante y tan aburrido, pero el ojiazul no podría pedir a nadie más para compartir su vida y su futura paternidad.

Sin duda alguna se ha sacado la lotería con Harry y siempre estará agradecido de ello.

Un mes después de ello, Louis está en casa, terminando de comer un bolw de frutillas con cremas batida y arreglando la maleta del bebé, decidiendo que será la ropa que ocupará cuando lo vistan por primera vez y cúal será la ropa con la que vendrá a casa. Está terriblemente ansioso y enternecido. La ropita es diminuta y tan tierna y puede imaginarse a su bebé allí y siente sus ojos llenarse de lágrimas, ante la imagen. La verdad es que Louis está acabando de preparar la maleta porque ya está en su fecha límite, la doctora le dijo que desde ahora puede ponerse de parto en cualquier momento, aunque Louis espera que su bebito pueda esperar unos dos días, para así poder hacer la cesárea que se ha programado.

Cuando finalmente acaba, va hacia la cocina y comienza a preparar la cena, su chico estará en casa pronto y Louis quiere recompensarlo por ser tan bueno con él y cuidarlo y cumplir todos sus caprichos. Así que hace lo que mejor puede hacer y el favorito de Harry; Pollo relleno con queso mozzarella, envuelto en jamón de parma con una guarnición de puré de patatas. Sonríe, al recordar que esa fue la primera comida que hizo para Harry cuando comenzaron a salir y como a su rizado le fascinó y luego lo folló por primera vez en su cama, diciéndole lo hermoso que era y lo feliz que estaba de tenerlo a su lado.

Las patatas están hirviendo y el pollo cociéndose en horno, desprendiendo un grandioso aroma, cuando la puerta se abre y Harry entra a casa. Louis se vuelve hacia él, sonriendo como un niño pequeño, luego, caminando con pasos de pato se acerca a él. Harry recibiéndole con los brazos abiertos, los rizos revueltos y una expresión de cansancio en su rostro.

—Hola mis amores—murmura, abraza a Louis con cuidado y posiciona una de sus manos en el vientre abultado de su novio, recibiendo un golpe de parte de su bebé. Eso dibuja instantáneamente una sonrisa en su cansado rostro—¿Cómo están? ¿Cómo se sienten?

—Estamos bien—le tranquiliza Louis, colocando su mano sobre la de Harry, dándole un pequeño apretón—tu luces cansado ¿mucho trabajo?

Lo ve asentir y nota, las bolas oscuras bajo sus ojos. Louis se siente culpable inmediatamente por ello. Harry ha pasado noches en vela, durmiendo solo unas pocas horas, antes de levantarse, prepararle el desayuno a Louis e ir a trabajar. Se ha esforzado tanto por ellos.

—Ven—le dice tomando su mano—estoy preparando la cena, siéntate y relájate en lo que está lista ¿vale?

—Pero Lou, déjame ayudarte

—No—dice completamente serio—vas a ir a sentarte al sofá, te sacaras los zapatos y descansaras. Yo terminaré la cena y luego de comer nos iremos a la cama y vas a dormir al menos ocho horas ¿entendido?

Harry sabe que no tiene opción, cuando Louis entra en ese estado de mando, sabe que ha perdido, así que simplemente opta por asentir e ir hacia la sala. Donde se deja caer en el sofá y donde se quita los zapatos y se acomoda en ello.

El ojiazul vuelve a la cocina, revisa que la comida esté en orden y procede a arreglar la mesa, prepara té para ambos y busca las servilletas. Cuando tiene la mesa como a él le gusta, hace el puré de patatas y apaga el horno. Va hacia la sala, viendo a su novio medio dormido, sujetando su teléfono móvil, sonríe y se acerca para acariciarle el hombro.

Kheit » lsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora