Parte IV: de cómo se unieron.

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La tranquilidad no iba a durar mucho. El director que habían derrocado regresó como supervisor, lo que significó que Kathy volviera a pasar información de los compañeros, así podría tener más puntos negativos para reportar y, con mucha suerte, recuperaría su puesto. Kathy siguió aferrada con que eso les convenía. Habían hecho muy buena dupla. Regina y Renata únicamente se limitaban a seguirla y a acompañarla a entregar sus reportes.

Después, cuando estaban en la clase de Deportes, se sentía tensión en el grupo de amigas de Manuela que no dejaban de cuchichear y de mirar constantemente hacia donde estaba Kathy. Regina se sintió incómoda, pero prefirió vagar por el espacio en lo que les daban instrucciones de qué era lo que tenían que hacer. Fue ahí cuando se dio cuenta de que el supervisor, y aliado de Kathy, iba a estar presente durante la clase, pero fue la única que lo había visto llegar porque las demás estaban concentradas platicando. Hasta que la entrenadora les pidió su atención, fue cuando las demás notaron la presencia indeseada. Regina vio cómo Manuela camino hasta quedar enfrente de Kathy:

—¿Por qué no vas y de una le cuentas que no le queremos aquí?

—¿Ay, pero de qué estás hablando?—Kathy la miró con fastidio.

—Vaya... No finjas demencia, —Manuela se acercó lo más posible a Kathy— que te he visto cómo le cuentas todo chisme posible a ese hijo de...

—¡Cálmate! No te me acerques o...

—¿O qué? ¿Me vas a acusar con tu pseudo supervisor?—Preguntó Manuela retando a Kathy y tomándola por el cuello de la playera.

La entrenadora se acercó rápido a separarlas y les insistió que cualquier problema que tuvieran, podían solucionarlo con un juego de fútbol. A Regina se le hizo bastante tonto que les dijera eso, pero supuso que había sido por el hecho de que estaban supervisando su clase. Así comenzó el partido y no todas eran buenas para jugar un deporte de contacto, ya se había demostrado con la Lucha Libre, por eso la mayoría prefería trotar fingiendo ir a buscar el balón y fue entonces cuando Manuela usó toda su fuerza para patear el balón y darle de lleno en la cara a Kathy. Ésta cayó hacia atrás y no podía levantarse. Manuela y las demás no podían dejar de reír. Regina volteó a ver a Renata y vio la cara de sorpresa que tenía. Nadie reaccionó en acercarse a Kathy hasta que la entrenadora fue a ver cómo estaba. Cuando Kathy pudo levantarse, todas notaron que tenía una marca roja en la cara debido al golpe con el balón. Además de estar furiosa, lo cual aumentaba el color rojo. Kathy volteó a ver a Manuela y le gritó:

—¡Vas a ver, maldita española! ¡No sabes con quién te estás metiendo! ¡Me las vas a pagar!

A lo que Manuela respondió:

—Como digas, enana. Merecido te lo tienes por traicionera.

Se llevaron a Kathy a la enfermería y las gemelas esperaron afuera hasta que saliera. Regina seguía sin entender exactamente qué era lo que había pasado. Todo había sido muy rápido. También sabía que Kathy tenía oficialmente otra enemiga. Antes sólo odiaba a Manuela por ser amiga de Machu, pero ahora el odio era directo hacia ella también.

—Estoy aguantándome la risa desde que se cayó de nalgas, no sé cuánto más me voy a poder aguantar.—Dijo Renata con una mueca entre risa y angustia.

—Pues mejor ríe ahora porque en cuanto salga, si te ríes, te va a querer matar a ti también.

Renata soltó una carcajada agarrándose el estomago con ambas manos y escondiendo su cara en el hombro de Regina.

—En serio, siempre te estás riendo en los peores momentos. Neta estás mal.

—Ay, tú que eres una amargada. Estuvo súper cagado.

No contar nuestra historía sería una cobardía.Where stories live. Discover now