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Yoongi se recarga en el respaldo de la incómoda banca de la escuela. Observa al resto del alumnado siendo demasiado ruidosos y gruñe frustrado. Definitivamente haberse desvelado viendo aquella película de zombies no había sido una muy buena idea. La cabeza le duele a más no poder y sabe que en cualquier momento, su cuerpo va a cobrarle todas y cada una de las noches en las que no duerme como debe de ser.

Coloca sus brazos sobre la mesa para poder crear con ellos una especie de soporte para su cabeza y se recuesta mientras cierra los ojos intentando dormir unos momentos antes de que su profesora de inglés llegue y comience a torturarlos durante 3 eternas horas. Siente como alguien se sienta a su lado y aprieta los ojos un poco fastidiado.

—¿No dormiste bien?—la voz de su amigo lo hace salir de su escondite. Yoongi niega lentamente mientras apoya su mejilla derecha en sus brazos mientras observa a Hoseok, quién luce una sonrisa radiante.—¿Qué te tuvo despierto, Yoongi?—la pregunta de su amigo se pierde en el aire cuándo toda la atención de Yoongi se concentra en cierto rubio que pasa por detrás del pelinaranja.

Y es como si el resto de las personas hubiesen dejado de existir. Yoongi siente un apretón en su pecho que lo hace respirar por la boca. No entiende qué significa toda esa adrenalina que está experimentando pero no aparta la mirada del muchacho hasta que lo ve adentrarse en uno de los edificios y suelta un suspiro.

—¿Me escuchaste, Yoongi?—la voz de su amigo suena lejana. Yoongi no puede apartar la mirada del edificio dónde aquel precioso muchacho se ha adentrado.

—Hoseok.—dice casi sin aliento.—Creo que acabo de conocer al amor de mi vida.

Minnie//YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora