Capítulo 5: Las cosas que no quería saber

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Jongin se preguntaba por qué la gente sin vida propia tenía que romperle la paciencia a él que solo quería dormir hasta tarde en un sábado. Sin embargo, seguiría siendo una incógnita y el molesto de turno mantenía la esperanza de que atendiera el teléfono.

Con la poca conciencia como para darse cuenta de que nuevamente su sobrino había cambiado el tono, estiró el brazo buscando el aparato en la mesita de luz.

-Hola -dijo sin abrir los ojos ni disimular su voz adormilada-.

-¿Kim Jongin? -la persona al otro lado parecía sorprendida de que hubiera contestado-

-Sí, ¿quién habla?

-Soy Junmyeon -pausa incómoda-. ¿Y Kyungsoo?

-No sé, ¿no atiende el celular? -cuestionó sin entender mucho pero con ganas de terminar la charla y volver a abrazar a su almohada-

-Este es su número -soltó como si fuera obvio-.

Tal declaración lo hizo despertar de golpe. Al abrir los ojos, la parte trasera de la cabeza del mencionado lo saludó desde el lado izquierdo de la cama. Por lo que Junmyeon tenía razón y ese no era su móvil. En serio iba a replantearse eso de beber cerca de Do.

-Kyungsoo -sacudió al contrario-. ¡Kyungsoo! -prosiguió dándole golpecitos en la espalda pero nada- ¡Maldición, Do Kyungsoo, despierta! -gritó en su oído-

-¡Auch! -se quejó el mayor- ¡¿Qué te pasa, enfermo?! -preguntó con enojo al reconocer a Jongin-

-Es tu secretario -le acercó el teléfono -

El mayor suspiró al darse cuenta que apenas eran las nueve de la mañana y se lamentó de no haber apagado la porquería esa.

-¿Acaso no entiendes el significado de "fin de semana", Junmyeon? -lo retó - ¿Crees que no abro la compañía los sábados porque soy buena onda? Pues no; es para dormir -finalizó con molestia -

-El periodista Choi estuvo molestando porque, supuestamente, estabas con Kim en una noche de pasión. Aunque supongo que "supuestamente" está de más.

-¿Te levantas más imbécil en la mañana o qué? -siguió regañándolo -

-¡Quiero dormir! -gritó Jongin que ya se había acomodado y tapado hasta la nariz-

-Enseguida, su Majestad -contestó con sorna pero levantándose para ir a hablar a su estudio -. Continúa, Myeon.

-¡Sabía que tanto odio entre ustedes dos iba a terminar en una follada salvaje! -la risa estruendosa le dio dolor de cabeza-

-Tu obsesión con mi vida sexual me perturba pero para tu información, no hubo tal follada salvaje -bostezó-.

-Claro, y Jongin está durmiendo desnudo en tu cama porque eres un buen samaritano que le da cobijo.

-En primera, Jongin no está desnudo; tiene pantalón. Y en segunda, se quedó en casa porque comimos pizza con cerveza y no era seguro que condujera -explicó -.

-E inexplicablemente, en vez de llamar a un servicio de conductor designado, lo invitas a quedarse y le compartes tu cama. Sip, muy creíble, Do -Junmyeon se burlaba a su costa-. ¿Tan difícil es reconocer que te lo llevaste a la cama? Tampoco es que fuera un delito.

-A diferencia de ti, somos dos adultos que pueden dormir en el mismo espacio sin pensar que el otro nos tiene ganas -la molestia por tener que aclarar la situación era obvia-. Ahora veo que tenía razón, te enredaste con Jongdae. En fin, si no tienes más que decir -continuó sabiendo que había dado en una fibra sensible-, volveré a terminar mi sueño.

Modelando tu odio (Kaisoo/Sookai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora