—¿Qué está pasando aquí, Jongin? Y, al menos en este caso, exijo una explicación gay —demandó Minseok bastante sorprendido por la escena—.
—Lo mismo digo —respondió Kyungsoo sin dejarse ver avergonzado—. ¡¿Cómo es eso de qué Minseok duerme contigo?!
—Es porque tenemos la confianza de años de amistad —agregó el diseñador sin dejarle posibilidad al modelo de contestar—.
—Me tienes harto, Kim Minseok —el presidente Do abandonó la cama para enfrentarse al otro—. Al principio, lo dejé pasar porque creí que estaba siendo paranoico pero es evidente que tienes algo en mi contra.
—¡¿Piensas que soy tonto y no sé qué planeas?! —rió sin ganas ignorando el semblante de reproche del moreno— Tu oportunidad pasó, Do Kyungsoo; el mejor amigo de Kim Jongin soy yo y mantendré eso. Así que si piensas que haciéndote el moderno y ofreciéndole tu amistad con derechos vas a lograr algo, te estás equivocando.
Kyungsoo estaba preparado para empujar sus puños en cualquier parte disponible de Minseok; y era lo menos que merecía por esa alusión tan miserable. Sin embargo, la interrupción de Jongin los tomó por sorpresa a ambos.
—¡Suficiente! —gritó antes de tener que presenciar violencia— Minseok —llamó con gravedad—, estoy saliendo con Kyungsoo —confesó con la cabeza en alto—. Así que, por favor, abstente de ese trato con él.
La habitación se lleno de silencio; el diseñador trataba de cerciorarse que había escuchado con claridad y Kyungsoo respiraba de forma intermitente ya que no esperaba que el menor reconociera su relación con seguridad y sin previo aviso.
—Con salir —inició el diseñador—, ¿te refieres a salir-salir de verdad como en los cuentos donde comen perdices y aparece el Chapulín Colorado? —inquirió—
—Es "colorín colorado", no "apareció el Chapulín Colorado" —lo corrigió—. Pero sí, somos una pareja verdadera —sentenció dejando todavía más mudo al mayor—.
—¡Me lo hubieran dicho antes, idiotas! —se quejó— Yo pensando que Do quería robarme a mi mejor amigo y resulta que ustedes estaban agarrados de las manitas —se golpeó levemente en la frente sintiéndose un tonto—. ¡Me alegro tanto! —alzó los brazos en victoria— Y lo siento muchísimo, Soo. Me caes bien, así que me alivia que no seamos rivales —se acercó para palmearle el hombro—. Sin rencores, ¿sí? Dejemos esto para reírnos el día de la boda cuando yo sea el padrino, ¿bien? —sonrió con sinceridad—
—¡¿Quién te dijo que ibas a ser el padrino siquiera?! —lo acusó Jongin—
—¿Vamos a casarnos? —susurró apenas audible Kyungsoo—
Pero el par de amigos no lo oyó porque seguían discutiendo las atribuciones que Minseok creía tener y que Jongin le negaba.
Con un nuevo aire de felicidad e ilusión, Kyungsoo se fue de la habitación a preparar un té para cuando los otros dos se cansaran de pelear. Todo lo que invadió la casa Kim fueron los argumentos gritados del diseñador y el modelo y, por debajo de todo y a lo lejos, el tarareo de la marcha nupcial proveniente del presidente de una agencia de modelos.
...
—Tacón, punta, tacón, punta. ¡Oh Sehun, haz tacón, punta! —vociferó Jongin desde abajo de la pasarela subido en unos zapatos rojos— ¡Mentón arriba, Oh! —señaló— Espalda erguida que no estamos en Notre Dame*.
Mientras un sinfín de indicaciones le seguían llegando, Sehun creía que iba a quedar sin pies si continuaba usando esos stilettos con lentejuelas que, misteriosamente, Jongin había conseguido en su número. Hubiera preferido que el modelo lo regañara, lo golpeara o ambas por su descaro con el beso a Kyungsoo. Sin embargo, el mayor había llegado al salón de prácticas muy tranquilo para aclararle que no valía la pena usar palabras cuando iba a terminar tan agotado, físicamente hablando, que iba a desear ser un ser ápodo. Y, más allá de que tuvo que buscar la palabra ápodo en el diccionario, Oh le daba la razón.
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Modelando tu odio (Kaisoo/Sookai)
HumorKim Jongin es afortunado como pocos; tiene una carrera de modelo exitosa y su propia agencia, KJI Models. Sin embargo, aun no logra vencer a su rival de toda la vida, Do Kyungsoo. Pero un encuentro con un trabajador de oficina que tiene todo lo nec...