Capítulo 8: Dejando de eludir la realidad

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Do Kyungsoo no era un hombre que fácilmente perdiera el don de la palabra, así que Junmyeon estaba guardando el momento en su memoria mientras le acercaba un té con la intención de que dijera algo.

Luego de digerir el hecho de que Kim Jongin le había enviado regalos con un significado oculto, el bajito solo se había sentado en su sillón ejecutivo a observar las rosas como si nunca hubiera visto una en su vida.

—Kyungsoo, mira, te traje té y galletitas —dijo mientras acomodaba las tazas porque, por supuesto, esto merecía LA CHARLA y él sería un buen amigo que se toma un descanso de sus obligaciones y brinda apoyo—.

—Junmyeon, ¿estás seguro de que Jongin me envió esto? —solo decirlo le parecía irreal—.

—Sin dudas, Minseok me lo confesó —dio un sorbo a su té haciendo gala de sus modales de familia acomodada—. Él lo obligó a venir como mensajero.

—No entiendo el porqué.

—Capaz le debía un favor y se lo cobró —se aventuró a adivinar—.

—Me refiero a por qué me envió estas cosas a mí —le dedicó la mirada de “eres tonto a veces”—.

—Ahhhh, eso. Creo que es obvio que te está cortejando —Kyungsoo seguía manteniendo su expresión de confusión —. Ya sabes, quiere que se conozcan mejor —aún nada—. ¡Que le gustas, por Dios! —se exaltó y la pobre galletita fue a parar al fondo de la taza— Y después soy yo el que no entiende.

—Eso no es posible, Jongin me odia.

—Pues creo que lo superó y quiere pasar a una página más dulce —le sonrió con picardía —. Lo que nos lleva a algo más importante, ¿estás seguro que no me ocultas nada?

—¿Otra vez con lo mismo, Kim Junmyeon? Pensé que ya había quedado claro.

—¡Ay, por favor! Dormiste en su cama, te besó, se embriagaron juntos, lo metiste en tu cama y tuvieron manoseo con lengua en un baño. ¿Cómo puedes decir que no hay nada cuando todo eso ocurrió y ahora el tipo te manda regalos que él mismo eligió? —se tranquilizó un segundo porque con estos asuntos delicados había que tenerle paciencia a su jefe — Kyungsoo, ni yo sabía que eras alérgico al cachemir y va Jongin a decirle a Minseok que la traiga de lana común por tu salud. Si eso no es amor, no sé qué lo sea.

—¿Amistad? —un folder se estrelló en su cabeza— ¡Mierda!

—Te lo merecías. Tu negación me pone agresivo.

—Es que—

—Es que nada. Seokjin, Woohyun y Yixing piensan igual que yo.

—Un momento, ¡¿ellos también saben?! —Junmyeon se dio cuenta de su desliz— ¡Estuviste ventilando mis intimidades, imbécil! —ahora los golpes con el folder iban para el otro lado— ¡¿Cómo pudiste?!

—Es que es la ley de la plantita de la convivencia —dijo mientras se protegía de la golpiza—.

—¿De qué plantita de mierda hablas?

—Aunque sea por seis meses, todos seremos compañeros de trabajo y el apoyo principal tuyo y de Jongin, así que organizamos un chat. Pero para evitar los malentendidos y fomentar el buen trato juramos ser sinceros y compartir información pertinente. De esa forma, la plantita de la convivencia es regada con buenas intenciones y crece.

Kyungsoo lo miró sin poder creer la cantidad de idioteces que estaba oyendo. Definitivamente seguiría golpeándolo hasta sacar esas cosas de su cerebro.

—¡Auxilio! —logró escapar del agarre del menor hasta que recordó la caja de galletitas costosas y quiso tomarlas—

—¡Ni lo pienses! —le arrebató la caja— Se quedan conmigo.

—¡Para que sepas que ni las quería! —se marchó pero volvió a abrir al segundo — Solo volví para recordarte que tienes reunión en quince minutos y que Kim Jongin aún sigue yendo tras de ti. Buen día —y cerró con un portazo—.

El presidente Do se estiró en el escritorio. Estaba abrumado y le dolía la cabeza. Y encima, para peor de todo, le encantaba la bufanda. ¡Maldito Kim Jongin que confundía a las personas!



Ya había pasado casi una semana desde el incidente del mensaje y en ningún momento Jongin pareció tener la intención de cambiar su decisión con respecto a Sehun.

El menor esperaba y anhelaba poder hacer las pases con su hyung pero sin importar cuánto se esforzara, el otro no daba el brazo a torcer. En un momento, pensó que su jefe se desligaría de él por completo a excepción de lo que tuviera que ver con el diseñador Kim pero fiel a su palabra, Jongin siguió impartiéndole clases y tomándole examen.

Aun así, algo se había roto y Sehun no sabía cómo repararlo. Era como Mérida en “Valiente” creyendo que por coser un tapiz su relación con su madre se compondría pero su problema radicaba en que no sabía otra cosa que “coser tapices”. Intentó ser aplicado en las clases prácticas ensayando arduamente sus expresiones e hizo esfuerzos monumentales por sacar dieces en las lecciones teóricas pero más allá de un “buen trabajo” no recibió nada.

Aunque le gustara el jefe Do como hombre, eso no quería decir que pretendiera firmar con su agencia. KJI era de su agrado desde el comienzo y, seguramente, habría firmado con ellos si Kyungsoo no se hubiera acercado con su propuesta. Por eso se estaba tomando el tiempo de sopesar su decisión. Y aún si hubiera elegido a Devil Ent., jamás habría querido terminar en una mala relación con el presidente Kim.

—Bien, Sehun, eso es todo —Minseok demandó su atención —. Ya tengo tus medidas y las telas llegarán esta tarde. Trataré de avanzar rápidamente por lo que, probablemente, te haga venir seguido para las pruebas. Eres libre por hoy.

Después de firmar el contrato, el diseñador Kim creó su mini colección en velocidad récord y esperaba tenerla finalizada en una semana o menos. Todo dependería de cuánto café soportara su sistema. Pero se encontraba emocionado e inspirado, lo que hacía que se dedicara de lleno al trabajo.

Por otra parte, ambos presidentes habían acordado darle días libres de eventos a Oh, ya que prontamente estaría a disposición de Minseok, seguido de los días de montaje —que según el mánager Woohyun se haría en Jeju—, más promociones, conferencias y lo que sea que ocurriera después.

Para colmo de males, Chanyeol había viajado a China para una seguidilla de meetings de su drama “Memorias del alambre” y no tenía a más nadie con quien pasar el tiempo. ¡Extrañaba al jefe Kim!

Al parecer, esta era el fin de la amistad entre Oh Sehun y Kim Jongin.

Modelando tu odio (Kaisoo/Sookai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora