Secuelas del Pasado [Brittana/Faberry]

Cap. 39. Central Park

Después del encontronazo tan fuerte que había tenido con Sugar, Santana decidió que lo mejor por ese día era irse a casa y salir con Siku a pasear para despejarse un rato. Realmente desde que Brittany y ella se habían separado, había perdido la costumbre que tanto la gustaba, salir con el animal a Central Park.

Hacía mucho tiempo que no dedicaba tiempo a Siku y estaba arrepentida. Él no tenía la culpa de que todos sus mejores recuerdos con él estuvieran ligados a Brittany y sobretodo, a Nico.

Suspiró mirando por la ventana, pensando en qué estarían haciendo los dos en ese momento. Si siguieran aun juntas, ya llevaría un rato en casa y ahora estarían posiblemente viendo una película o preparándose para dar una vuelta. 

Intentando no pensar más en ello, cogió sus cosas en silencio y sin si quiera despedirse, salió de la discográfica.

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Después de un largo paseo por Central Park, Santana decidió sentarse en un pequeño lugar de hierba cercano al lago, rodeado por árboles que la daban sombra. Siku no había parado de correr a su alrededor y aunque no lo quisiera admitir, sabía que hacía mucho tiempo que el animal no estaba tan contento como ahora. 

Y era totalmente culpa suya.

En cuanto ella se sentó, el perro se tumbó a su lado, apoyando su hocico en las piernas de su dueña en busca de mimos.

Santana comenzó a reírse por el movimiento de Siku y comenzó a acariciarlo mientras sacó con su otra mano, una golosina del bolsillo y se la tendió.

- Cachorro, ya eres enorme... -susurró la chica mientras cogía al animal por la cara- siento haber estado mal contigo últimamente.  

Justo en ese mismo momento, frente a ella por el camino de corredores que había junto al lago, apareció de la nada Amy, la cual al verla sonrió y se acercó.

- Vaya, al final me encuentro contigo más que con cualquier otra persona -rió Amy mientras se secaba un poco el sudor de su frente- va a resultar que es cierto eso de que Nueva York es un pañuelo.

Santana comenzó a reírse mientras se levantaba con cuidado. Últimamente tenía algún que otro mareo cuando se levantaba de golpe y no quería caerse en ese momento. 

Siku, al contrario que su dueña, empezó a gruñir y a tirar en la dirección contraria a la recién llegada, haciendo que Santana lo mirara extrañada. Normalmente el animal no tiraba nada de la correa, sobretodo desde que Nico era el encargado de llevarle por la calle y estar con él. 

Tras obligarlo a que se sentara al lado de sus piernas y dejara de tirar, se centró de nuevo en la chica que los acompañaba.

- Si estabas ocupada o te molesto, me puedo ir -comentó Amy mientras señalaba el camino tras ella- te he visto y he pensado en saludarte pero...

- Te puedes quedar, tranquila. Estaba aquí con Siku un rato dando una vuelta. Poca cosa.

- ¿Día largo? -preguntó Amy al ver que la otra suspiraba llevándose la mano a la frente.

- Un poco.

- ¿Te apetece tomar algo en algún puesto de por aquí? -preguntó Amy mientras se limpiaba el sudor de su frente con su camiseta- llevó bastante tiempo corriendo y necesito refrescarme.

- Claro, vamos.

Las dos chicas junto al animal al cual, prácticamente iba arrastrando Santana, se dirigieron a un pequeño puesto cercano que estaba junto al lago. Se compraron unas bebidas frías y se sentaron en la pequeña terraza montada al lado.