Cap. 28. Casualidades

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- ¿Qué haces tú aquí?

Quinn notaba como la persona que tenía enfrente se iba acercando poco a poco a ella, invadiendo su espacio personal.

- Qué casualidad -comentó Hayley mientras la iba acorrando contra la barra, separadas solo por las bebidas que la fotógrafa había cogido- te he visto desde hace un rato,  le comentaba a mis acompañantes que estás preciosa esta noche.

- Eso mismo la comenté yo cuando salimos de nuestra casa.

Las dos chicas se giraron viendo como Rachel se acercaba con una sonrisa a la pareja y se ponía al lado de Quinn, haciendo que la otra diera varios pasos hacia atrás. Sin decir nada más dio un ligero beso en los labios de su novia. Después se giró con una sonrisa de triunfo hacia Hayley.

- Creo que no nos conocemos. Soy Rachel, la mujer de Quinn, ¿tú eres?

- Hayley, una amiga.

- Más bien alguien con la que trabajé una vez -aclaró la fotógrafa mientras tendía la cerveza a su novia.

Las otras dos se saludaron con un ligero apretón de manos sin decir nada. Hayley rió ligeramente por la pose defensiva de la recién llegada.

- Bueno, creo que me tengo que ir ya, me están esperando. Ha sido un placer.

La pareja se despidió de ella con la mano hasta que la perdieron de vista entre la gente. Después, Quinn se giró suspirando hacia Rachel. No quería arruinarla la noche por esta tontería.

- Está loca, de verdad. Trabajamos juntas en una sesión de fotos en la discográfica de tu hermana, ella te puede decir que yo no...

Sin dejarla seguir, Rachel tomó su cara con ambas manos para besarla apasionadamente. Quinn sin saber cómo reaccionar agarró la cerveza como pudo para no tirarla. 

- No tengo que preguntar nada a nadie. Confío en ti, sé que no has hecho nada ni lo vas a hacer. No tienes que darme explicaciones -aclaró la morena mientras pasaba las manos por su cintura y dándola un beso en el cuello- además, mi hermana me contó todo eso de tu novia menor de edad. No está bien que ligues con menores Fabrey... a ver qué le digo yo a nuestra hija cuando salgas con alguien de su clase.

Quinn gruñó mientras Rachel reía y evitaba que se separara de ella enfadada. 

- Es broma, idiota -bromeó- vamos a bailar, que aun la noche es joven.

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Santana abrió los ojos debido a la luz que entraba por la ventana. Normalmente bajaba la persiana todo lo que podía antes de dormir, pero anoche estaba tan cansada que ni si quiera la dio tiempo. Se desnudó, dio las buenas noches a Brittany y se durmió prácticamente en el acto. 

Hablando de la rubia, no notaba su cálido cuerpo enredado al suyo. Por regla general, los domingos se levantaban las dos al mismo tiempo para llevar al niño a algún sitio, pero hoy aparentemente no era uno de esos días, ya que no había rastro de ella ni de su ropa, que previamente preparaba por las noches. 

Giró su cabeza hacia la mesilla encontrándose una nota de la mano de Brittany:

Cariño, he ido a buscar a Nico a casa de Blaine. Sé que dijimos de ir las dos a recogerlo para luego hacer algo hoy, pero llevas una semana que apenas duermes y necesitas descansar. Llegaremos sobre la hora de la comida.

Te quiero. XO.

Santana sonrió mientras cogía su móvil y enviaba a su novia un pequeño mensaje para que supiera que estaba despierta. Su reloj marcaba las once de la mañana, aun tenía tiempo hasta que los dos volvieran a casa para comer.

Secuelas del Pasado [Brittana/Faberry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora