Cap. 10. Confusión

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A la mañana siguiente...

- ¿Seguro que estás bien? -preguntó Howard preocupado, sujetando el rostro de su hija menor con ambas manos- sé que algo no va como debería. Podemos cambiar los billetes y quedarnos un par de días más.

Santana se revolvió incómoda bajo la penetrante mirada de su padre. Después de un par de horas de sueño, estaban en el aeropuerto, concretamente en la puerta de embarque número tres con destino a Hawai. Los padres de Rachel y Santana no tenían previsto irse tan pronto de Nueva York, pero era parte de la sorpresa que tenían ambas preparada para ellos por su aniversario de bodas que era en unas pocas semanas.

Pero el regalo se había quedado en un segundo plano tras el incidente de la noche anterior entre Santana y Brittany. A pesar de que la latina había intentado aparentar normalidad al despertarse para entregarles el regalo, todos sabían que ella no estaba bien.

Es por eso que Howard quería intentar hablar con ella antes de irse, apartándola del grupo y teniendo un momento a solas.

- Es vuestro regalo papá y no se puede devolver. Iros a Hawai y pasarlo bien mientras os tomáis un mojito en una tumbona de la playa por mi -dijo con una pequeña sonrisa mientras lo empujaba hacia la puerta de embarque- todo está perfecto, de verdad, no os preocupéis.

El hombre asintió sin decir nada más. Sabía perfectamente que cuando su hija se cerraba en sí misma, nadie era capaz de hacerle contar las cosas o de desahogarse.

Henry, Quinn, Rachel y la niña, que estaba prácticamente dormida en brazos de la morena, estaban también despidiéndose antes de embarcar. Al ver que se acercaba a ellos la otra pareja y se acercaba la hora de partir, se volvieron a abrazar.

- Estar pendientes de Santana estos días -susurró Henry al oído de su otra hija y su mujer- ya sabéis que siempre que la ocurre algo, termina por explotar de alguna manera y no quiero que...

- Lo sé papá -respondió Rachel interrumpiéndole- necesita tiempo pero estará bien. Nos encargaremos de ello.

- Y tú Quinn -dijo esta vez dirigiéndose solo a la rubia- intenta que no se maten entre ellas.

- ¡Papá! -gritó Rachel mirándolo con cara de pocos amigos- no hace falta que la dejes de niñera...

- Lo haré Henry, no te preocupes.

- ¡Quinn! -regañó la pediatra haciendo que el resto de grupo se riera.

- Tenemos que embarcar Henry, o nos quedaremos en Nueva York.

La pareja se adentró por el largo pasillo hacia el avión y las chicas se quedaron allí hasta que los perdieron de vista. Quinn besó la cabeza de su hija que ya estaba totalmente dormida y cogió a las otras dos por los hombros.

- Vamos a casa, a desayunar antes de volver a la vida real de nuevo.

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Santana estaba sentada frente a la mesa de mezclas mientras que James tocaba con su guitarra una nueva canción para su disco dentro de la sala de grabación. Desde que la latina se había dedicado por entero a estar a la sombra de grandes artistas o futuras estrellas, podía pasar horas en esa pequeña sala. Era una de las cosas por las que se había enamorado de su trabajo.

Pero esa mañana era diferente.

Tras salir del aeropuerto, había llamado al chico para grabar una canción que tenían pendiente desde antes de su parón de la semana anterior pero por más que intentaba concentrarse en el sonido que la llegaba por los cascos y en las pequeñas sugerencias que su ayudante, no lograba nada más que hacerlo durante unos pocos segundos.

Secuelas del Pasado [Brittana/Faberry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora