| Voltron | ••• Secreto Estelar [Shiro x Lectora]

Episodio 8: Enana amarilla

Spoiler: El episodio 9 y 10 estarán demasiado cargados de emociones :'D

La erudita del grupo había terminado el transmisor en menos de cinco doboshes, se trataba de una caja del tamaño de la palma de una mano y del grueso de un dedo.

Según palabras de Ryner, entre más rápido actuaran sería mejor, ya que en el tiempo que los galra tenían en el planeta, jamás habían sido agredidos por los habitantes y el ataque sorpresa sería nuestro as bajo la manga. Los paladines tenían unas supuestas armas que llamaban "bayard", no estaba segura de su poder, pero si ellos confiaban en sus aparatos, debía hacerlo yo también, aunque para ser sincera, el trabajo en equipo siempre me fue muy difícil. 

Mi sable estaba en la casa de Ryner, pero me impidió llevarlo.

—Te reconocerían —me dijo—, será mejor que hurtes alguna de las armas que tienen en el puesto de carga, será más fácil.

Sin rezongar asentí con la cabeza, ya la había desafiado demasiado y no quería parecer una malagradecida con la persona que me había aceptado en su planeta sin siquiera conocerme. Como había predicho –y era de esperarse– Shiro guió la infiltración desde el bosque hasta el inicio de los suburbios.

— ¿Dónde está la base? —preguntó Lance en cuclillas observando a los edificios entre los árboles.

—En el corazón de la ciudad -respondió el mayor—, avanzaremos entre las calles, en zigzag evitando ser vistos.

Levanté un poco la cabeza por encima de los arbustos, me di cuenta que no se encontraba ningún soldado a la vista, ya que no era su estilo esconderse y emboscar, además no había rastros de olor cerca. Con lentitud extrema poco a poco comencé a ponerme de pie. Keith me detuvo.

— ¿Qué crees que estás haciendo? —Preguntó jalándome de nuevo al suelo—, ¡Pones en riesgo la misión!

— ¿De qué diablos estás hablando? -Contesté zafándome—, los galra no patrullan esta parte de la ciudad.

—Podrían estar escondidos —sugirió Shiro.

—No es su estilo —objeté de inmediato—, ellos atacan de frente, nunca en las sombras.

— ¿Por qué estás tan segura? —infirió Lance.

Suspiré no muy orgullosa y me volví a levantar—: Los conozco más de lo que quisiera. Vamos, no tenemos que retrasarnos.

Despacio y con cautela salí de entre la maleza, en este momento Shiro y yo éramos los únicos desarmados, él aún no tenía su bayard y yo... bueno, yo robaría lo primero que me encontrara. Al llegar a la pared de la primera construcción me pegué a ella y miré si había alguien más al norte.

Despejado.

Les hice una seña para que vinieran en mi dirección, uno a uno comenzaron a llegar, primero el de armadura azul, luego el de rojo y al final el negro. Después nos pasamos a otro edificio y así sucesivamente hasta llegar al frente de la base, que posteriormente rodeamos para entrar por la puerta de carga. Únicamente había tres galra cuidando, dos de ellos estaban bajando cosas de una nave y el restante estaba pendiente a los alrededores. El vigía era el más grande y corpulento, traducido, era al que debíamos dejar fuera de combate primero, los cargadores eran más o menos de mi estatura y un poco menos musculosos que Shiro, así que no suponían un problema mayor.

—Bien —Shiro atrajo la atención de los jóvenes que lo seguían—, este es el plan.

Siendo sincera, no escuché ni una sola palabra que dijo, me distraje viendo los movimientos de los hombres de piel morada cuando los dos caminaron dentro de la base, el centinela se dio la vuelta para asistirlos y yo actué como si estuviera a control remoto. Salí disparada, con una rapidez que no pudo ser prevista por los que me acompañaban, una de mis manos fue directamente a su hombro y lo obligó a girarse con brusquedad, le arrebaté el arma y lo golpeé en la frente con ella, haciéndolo retroceder, la dejé en el suelo sin hacer ruido y mis piernas y brazos capturaron su cuerpo que cayó al suelo sobre mí, le hice una llave al cuello que lo haría desmayarse.