| Voltron | ••• Secreto Estelar [Shiro x Lectora]

Episodio 11: Constelación familiar.

Fui tragada -literalmente- por el león negro. Caí en la cabina donde Shiro hacía intensas maniobras para evitar a toda costa los disparos de la nave. La mira del león estaba puesta en el Galra y cuando el pelinegro iba a disparar me abalancé sobre él ocasionando que fallara el tiro.

- ¿Qué te sucede? -bramó enfadado, pues lo había perdido de vista.

- ¡No le hagas nada! -Pedí reincorporándome, me miró curioso y añadí-: Sé que te va a sonar increíble, pero ese tipo es Myce.

-Si soy sincero, no me sorprendería que fuera una especie de clon como tú, o que le hayan lavado el cerebro -Chasqueó la lengua, fruncí en ceño y lo vi con desprecio -. S-Sin ofender.

-Pues me ofende muchísimo -corroboré mirándolo seria-, haz que el león abra el hocico de nuevo.

-No voy a tragarme a la nave -advirtió obvio.

-No te la vas a tragar, yo voy a salir.

Shiro detuvo el vuelo del león, no estaba muy lejos del piso, pero si a algunos considerables pies de altura.

-No lo veo -se quejó buscando en todas direcciones.

Lo sabía, de cierta manera estaba ignorando mi petición, me alejé para tomar la espada y no pude prevenir el ser embargada por un deja vú al sostener el mango, me perdí en el filo del arma.

El león dio una sacudida violenta y surcó sobre la copa de los árboles de Olkarion. Agradecí, porqué ese movimiento me había hecho volver a la realidad, no podía permitirme distraerme ahora que Myce estaba aquí, vivo y posiblemente controlado por Haggar. Habían aparecido tres naves más además de Myce, no eran tan iguales entre sí, aunque todas tenían el emblema del imperio Galra. Extrañamente solo arribaron esas, no vino una flota ni la nodriza, solo cuatro naves de apoyo. De igual forma, los paladines llegaron a sus leones y disparaban a matar contra los invasores, ¿Por qué se les dificultaba acabar con ellos? ¡Sus vehículos son diez veces más grandes que la de los Galra!

¿Qué diablos estoy diciendo? Entre menos les disparen, mejor, mientras Myce está dentro, no quiero que lo toquen.

-Shiro, diles que detengan el fuego -me apoyé en su asiento y me incliné para ver por el vidrio delantero.

- ¿De qué diablos hablas? -Gruñó Keith a través del comunicador, una ventana con su cara enfadada apareció en la pantalla-, ¡Tenemos que detenerlos!

-Déjame sacar a Myce de ahí -supliqué mirando a Shiro -, solo déjame intentar hacerlo volver.

-No dejaré que te pongas en peligro voluntariamente -aseguró.

-Y no dejaré que tú equipo maravilla lo lastime -le aclaré-, así que déjame bajar de una vez.

Negó y frunció sus labios, apartó sus ojos de los míos y miró únicamente a la pantalla que tenía en frente, Keith me miró de soslayo por un segundo, con unas facciones idénticas al mayor.

- ¡Tengo uno en la mira! -expuso el moreno de ojos azules alegre.

- ¡Detente! -ordenó Shiro.

Y para mí mala fortuna, la nave que el león azul estaba próximo a atacar era la de Myce. Ver el disparo fue como en cámara lenta, el rayo que parecía hielo se coló entre las láminas de metal y llegó hasta él, cayó con una lentitud impresionante frente a mis ojos, parpadeé y el tiempo corrió con normalidad. Se estrelló contra el césped, entre dos árboles pequeños.